El supuesto falsificador remitió su delito en dos ocasiones, para aparentar que su hijo había aprobado 1º de Bachillerato, el cual había repetido ya con anterioridad, y poder solicitar así una plaza en un ciclo formativo de grado superior. El padre incluso reflejó en el programa que su hijo había superado todas las asignaturas en primera convocatoria con una nota media final de 6,5m según señala El Correo.
Así el joven pudo entrar en un grado superior de Eficiencia Energética y Energía Solar Térmica, que acabó abandonando el curso siguiente, en febrero de 2011. Tras esto, el acusado confeccionó una nueva certificación académica que permitía que su hijo pudiese cursar nuevamente el primer año de otro ciclo de formación, en ese caso, el de Profesional de Animación de Actividades Físicas y Deportivas.
Con estos datos sobre la mesa, la Fiscalía entiende que los hechos son constitutivos de un delito continuado de falsedad en documento oficial cometido por un funcionario público en el ejercicio de sus funciones. Una delito que está previsto y penado en el Código Penal y que podría conllevar para el acusado una condena de cinco años de cárcel. La pena también implicaría una multa de 20 meses con una cuota diaria de 9 euros y la inhabilitación para el ejercicio de las funciones públicas durante un período de seis años.