jueves,18 agosto 2022
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Cese forzado de Figar y Victoria para pactar con Ciudadanos

De autora de la máximas subidas autonómicas en educación al banquillo de acusados por corrupción

Redacción
Las dimisiones de Lucía Figar, consejera de Educación y responsable de Comunicación del PP en Madrid, y de Salvador Victoria, consejero de Presidencia, ambos imputados en corrupción dentro de la operación Púnica, fueron pedidas por la candidata Cristina Cifuentes para ayudar al pacto con Ciudadanos. Unos medios atribuyen la decisión final a Rajoy y otros la principal a la vicepresidenta Soraya Sáez de Santamaría, dentro también de las luchas de poder para lavar la cara al PP ante las generales.

La prensa impresa da el OK a ese lavado de cara del PP ante los pactos. De momento, aunque la mayoría de la prensa se ha fijado más en la dimisión de Salvador Victoria, la pieza más relevante (justo dos días después de que el últimosondeo del CIS indicara que retoma fuerza entre las preocupaciones d elos ciudadanos) es la de Lucía Figar, pues fue la responsable de ejecutar los recortes que negaba Aguirre de la Educación en la comunidad autónoma que desde el 2011 más ha encarecido la universidad para las familias, según datos oficiales del INE obtenidos por Ibercampus un 52%, el doble de la media nacional.  Es además esposa de Carlos Aragonés, jefe de Gabinete del entonces presidente Aznar. Y se la considerauna de las aspirantes (antes de ser imputada) a sustituir al ministro Wert en la remodelación que prepara el presidente Rajoy para facilitar la salida hacia París y la OCDE del actual ministro con su número 2, Monserrat Gomendio. De ahí que algunas interpretaciones como la de Hispanidad hablen de que los sorayistas realizan así una inmolación colectiva y rápida de altos cargos del PP, imputados o simplemente sospechosos.

Figar y Victoria, los dos consejeros de la Comunidad de Madrid imputados por el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco en el curso de la investigación de la operación Púnica, presentaron su dimisión el jueves de Corpus, festivo en Madrid, para no crear problemas en la negociación del PP con Ciudadanos y para no perjudicar al PP y favorecer así la constitución de un gobierno regional encabezado por Cristina Cifuentes, según explicó a la prensa la exconsejera de Educación. "No quiero que mi continuidad perjudique la creación de gobierno en Madrid. No tengo interés de hacer uso de mi privilegio de aforamiento, no quiero que se retrase un día más mi comparecencia ante el juez. No tengo ningún apego, lo que no quiero es perjudicar lo más mínimo el Gobierno de Cifuentes", señaló Figar, tras advertir que había adoptado una decisión personal y que ningún responsable del partido le había pedido la dimisión. En la misma línea, el consejero de Presidencia, Salvador Victoria, anunció mediante un comunicado de prensa su intención de dimitir "para facilitar el pacto" entre PP y Ciudadanos para gobernar en la Comunidad de Madrid".

Pese a lo manifestado por los consejeros, algunos diarios interpretan hoy que sí hubo una intervención directa en su dimisión del Gobierno o del partido. Así, EL PAÍS señala que "Rajoy destituyó a los dos consejeros a petición de Cifuentes". Por su parte, EL MUNDO afirma que "Cifuentes se impone a Aguirre y logra echar a los implicados en la operación Púnica".

Acuerdo con Ciudadanos

Tras conocerse las dimisiones, el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, declaró que "es evidente que ha cambiado algo en la política española y que se empiezan a ver los primeros frutos". No obstante, añadió que por el momento su formación votaráno a la investidura de Cifuentes, ya que todavía no ha firmado su pacto anticorrupción ni ha negociado ninguna de las medidas que proponen. "El problema del PP es si Cifuentes tiene libertad para hacer limpieza y expulsar la corrupción. Es la gran pregunta que nos hacemos", señaló Rivera, para añadir que "no es que desconfíe particularmente de Cifuentes como persona, el problema es que está al frente de una lista que no ha hecho ella y que no preside el PP de Madrid".

Según desvela LA RAZÓN, en las conversaciones mantenidas por Albert Rivera con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y con secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, el líder de Ciudadanos les habría propuesto apoyar en las elecciones catalanas del 27-S a la lista más votadas de los partidos no independentistas. Algunas encuestas, añade el diario, apuntan a que Ciudadanos puede ser, tras CiU, la fuerza política más votada en Cataluña, por encima de ERC, desbancando al PSC como segunda fuerza no soberanista.

Poco antes de que dimitiera, Figar era apoyada hasta por el responsable del programa económico de Ciudadanos (C´s), Luis Garicano, quien salidó en defensa de la aún consejera en funciones de Educación, Juventud y Deporte de la Comunidad de Madrid diciendo que la Guardia Civil "se ha pasado esta vez". En un mensaje publicado el miércoles en su perfil de Twitter, Garicano incluyó un enlace a una información según la cual Figar contrató con dinero público a Eico Online, una de las empresas implicadas en la trama Púnica, para que creara y actualizara "su blog personal", desde el cual se difundieron "noticias favorables sobre su gestión para ocultar las críticas".   "Leyendo la noticia sobre Lucía Figar me parece que la UCO se ha pasado esta vez".

OK de la prensa al lavado de cara

El PP prescinde de imputados para responder al mensaje de las urnas (EL PAÍS):El debate sobre si la imputación judicial es suficiente para que el afectado abandone la vida pública o si hay que esperar a la apertura de juicio ha quedado atrás por la presión social contra la corrupción. Los nuevos dirigentes tienen necesidad de demostrar a los ciudadanos que han emergido para algo, por eso Albert Rivera ha atribuido a su partido el mérito de las dimisiones de los consejeros de la Comunidad de Madrid, Lucia Figar y Salvador Victoria. Tras las elecciones del 24-M es imposible sostener que los ciudadanos blanquean la corrupción en las urnas o que les importa poco. Los nuevos políticos han impuesto la agenda de la regeneración de la vida pública. Es sensato que las autoridades o dirigentes afectados por una investigación judicial sobre corrupción se aparten de la vida pública y se defiendan como personas privadas. La política ha jugado a combinar con excesiva soltura las responsabilidades penales con la rendición de cuentas por la gestión realizada. El político tiene que responder ante los electores y no solo ante los jueces.

Cifuentes tiene los votos y la legitimidad para gobernar Madrid (EL MUNDO): Tras la dimisión de Salvador Victoria y Lucía Figar, los dos consejeros imputados en la Operación Púnica, Albert Rivera aseguró que Ciudadanos no va a apoyar a Cifuentes hasta que demuestre un compromiso inequívoco con la limpieza del partido en Madrid. El problema es que ella no puede dar esas garantías porque ni ha hecho las listas ni controla el aparato del PP madrileño. Es comprensible que Ciudadanos medite con cuidado su política de pactos, pero al igual que corre el riesgo de perder su virginidad mediante acuerdos con partidos manchados por la corrupción, también existe el peligro de que se convierta en una fuerza inane si no utiliza con sentido común los votos que le han dado las urnas. 

Las negociaciones postelectorales, un examen por etapas para socialistas y populares (ABC): Para socialistas y populares las negociaciones con las minorías emergentes se han convertido en un examen por etapas a cargo de Ciudadanos y Podemos. Ayer cayeron Figar y Victoria para facilitar un acuerdo del PP con Ciudadanos en Madrid. Los electores han sido muy claros contra la corrupción y Rivera e Iglesias ven un filón en este estado crítico de la opinión pública y evitan en sus planteamientos de las negociaciones aspectos de gestión concreta de los problemas de los ciudadanos. La fragmentación del voto empieza a mostrar su peor vertiente, la del mercadeo de condiciones y liderazgos, de minorías de bloqueo y mayorías inestables, bajo la sospecha de que la inestabilidad es un buen negocio para los nuevos partidos.

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