jueves,18 agosto 2022
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Responsable biblioteca del Museo del Prado

Docampo: «La revolución informática en el arte ha cambiado las formas de expresión y comunicación»

Maestro Ciruela
Javier Docampo, veterano bibliotecario y conocedor en profundidad del mundo de las bibliotecas públicas, es el responsable de la recién estrenada biblioteca del museo español más reconocido internacionalmente, el Museo del Prado, ubicada en el Casón del Buen Retiro y que está al servicio de cualquier ciudadano interesado por el arte.

 1. Historia personal y currículum vital.

Nací en Madrid en 1962 y he vivido toda mi vida en la capital, salvo una estancia de casi tres años en Galicia, tierra de origen de mi familia paterna. Estudié Geografía e Historia en la Universidad Complutense y me licencié en la especialidad de Historia del Arte en 1985. Mis primeras intenciones al terminar la carrera fueron dedicarme a la enseñanza, que ha sido siempre la ocupación más habitual entre los titulados en Humanidades, pero pronto una serie de contratos en el ya desaparecido Instituto Bibliográfico Hispánico me mostraron la existencia de otro camino profesional que comencé entonces y del que nunca me he arrepentido. Fueron años de aprendizaje práctico y también de formación teórica, a través del Curso sobre Bibliotecas, Archivos, Documentación y Museos que impartía el CEU y que constituía la única vía de formación en el Madrid de entonces.

En 1986 aprobé la oposición de la escala de Ayudantes de Biblioteca de la Universidad de Santiago de Compostela y estuve hasta 1990 en distintos centros de la ciudad de Vigo, primero en el Colegio Universitario y posteriormente en la escuela de Ingenieros Industriales. La experiencia en bibliotecas universitarias fue muy enriquecedora y me permitió enfrentarme por primera vez a los aspectos de gestión económica y de personal.

Pero Vigo terminó por quedárseme pequeño y en 1990 volvía como interino a la Biblioteca Nacional, donde ya había estado en una breve etapa cuando el Instituto Bibliográfico Hispánico se disolvió y se trasladó a la BN. Fue el comienzo de mi etapa en el Servicio de Bellas Artes, todavía la más larga de mi carrera profesional, bajo la mirada siempre atenta de Elena Santiago. Allí pude recuperar mi vocación de historiador del arte. Hice cursos de doctorado e incluso comencé una tesis sobre miniatura renacentista que abandoné poco después. Fueron los años en que definí mi trayectoria investigadora hacia las artes del libro, aunando lo que había sido mi formación universitaria y mi trabajo hasta la fecha, y comencé a publicar extensamente sobre miniatura gótica y renacentista, grabado de la Edad Moderna y encuadernación. También fueron años de numerosos viajes por todo el mundo, tanto como miembro del Standing Committee de la Sección de Bibliotecas de Arte de IFLA como correo acompañante de obras para exposiciones. En Bellas Artes me encargué de diferentes temas, desde la gestión de la colección de libros del Servicio hasta la automatización de las colecciones de arte gráfico o la catalogación de parte las colecciones de grabado inglés y francés.

Al cabo de doce años, en 2002, sentí que debía dar un giro a mi trayectoria y atendí a la llamada de Juan Sánchez para incorporarme como asesor del libro y bibliotecas en la Junta de Comunidades de Castilla- La Mancha. El cambio fue radical y tuve que aprender a marchas forzadas a incorporarme a un equipo encargado de la planificación y coordinación de una enorme red de más de quinientas bibliotecas, en su gran mayoría municipales. Fue una experiencia inolvidable, sobre todo por el magnífico ambiente de trabajo y por lo gratificante que tiene trabajar en un sector tan vivo y cambiante como son las bibliotecas públicas. Las tareas fueron de nuevo muy variadas, desde la coordinación de una revista, Anaquel, a la puesta en marcha de la web del Servicio, organización de congresos, elaboración de planes estratégicos…

El último cambio hasta la fecha se produjo en 2005 cuando, cansado de viajes a la ciudad del Tajo y deseoso de recuperar mis aficiones artísticas me incorporé como Jefe del Área de Biblioteca en el Museo del Prado. Dos fueron los mayores retos iniciales, por un lado incorporar a la colección la extraordinaria Biblioteca Cervelló, que se había adquirido pocos años antes y por otro lado planificar y ejecutar el acondicionamiento del Casón del Buen retiro como sede del nuevo centro de Estudios del Museo, en el que la Biblioteca jugaba un papel central. Hubo también que actualizar el sistema de gestión bibliotecaria y hacer accesible el catálogo a través de la web. Pocos años después mis funciones se ampliaban y pasé a hacerme cargo también del Servicio de Documentación y archivo del Museo.

2. ¿En qué consiste su trabajo como director de la biblioteca del museo español más importante?

Como decía, en la actualidad soy jefe del Área de Biblioteca, Archivo y Documentación, por lo que mis funciones se centran en la dirección y coordinación de todos los servicios documentales del Museo. Además de marcar las líneas estratégicas del Área y supervisar todos los procesos, mis labores abarcan el control presupuestario, la selección de personal, las relaciones con otras áreas del Museo y el diseño de las principales líneas de trabajo.

3. ¿Cuáles son las actividades más importantes de la Biblioteca del Museo del Prado?

Nuestras actividades se reparten en tres vertientes, por un lado la atención en la sala Giordano, donde todos los lectores externos de la Biblioteca pueden consultar los fondos de la Biblioteca y el Archivo además de acceder a todas las bases de datos del servicio de Documentación; por otro lado una estrecha colaboración con todos los departamentos del Museo (Conservación, Restauración, Exposiciones, Edición, Educación, etc) con el objetivo de satisfacer todas las necesidades de información que planteen. Por último y a través de la página web del Museo ofrecemos información y fotografías de casi 7.000 obras de la colección (Galería online), además del catálogo bibliográfico y una incipiente Biblioteca digital.

4. ¿Contenido de la Biblioteca del Museo del Prado: colecciones y servicios?

La biblioteca del Museo es de tamaño mediano y destaca por la especialización de sus fondos: arte occidental entre la Edad Media y el siglo XIX. Alberga unos 70.000 títulos de libros y unos 1.250 de revistas. También conserva una pequeña colección de manuscritos, algunos de gran valor histórico, y de material audiovisual. Su fondo antiguo asciende a unos 4.500 libros y entre ellos destacan los procedentes de la Biblioteca del jurista José María Cervelló. Sus servicios son los habituales en cualquier biblioteca: servicio en sala, préstamo interbibliotecario, información bibliográfica, reprografía, etc.

5. ¿Qué relación tiene la reciente biblioteca del museo con las otras bibliotecas de museos nacionales e internacionales?

La biblioteca colabora con numerosas instituciones en cuanto a intercambios de información bibliográfica, préstamos interbibliotecarios, préstamos para exposiciones, etc. Aunque son numerosas las instituciones extranjeras con las que trabajamos, sin embargo tenemos una relación especial con las bibliotecas de museos españoles y, sobre todo, madrileños.

Por otra parte la biblioteca del Museo, junto a la biblioteca del Museo Reina Sofía, se incorporó hace dos años a BIMUS (http://bimus.mcu.es/), red de bibliotecas de los Museos dependientes de la Subdirección General de Museo Estatales, que agrupa a 19 centros entre los que se encuentran las bibliotecas de los Museos más importantes de Madrid. Ofrece un buscador en la red con cerca de medio millón de registros que le convierte en el recurso bibliográfico sobre arte más importante de los existentes en el ámbito hispánico. En un futuro está prevista la incorporación a Artlibraries.net, la principal red de bibliotecas de arte a nivel internacional.

6. ¿Cree que ha variado la función del arte con la revolución informática y de las telecomunicaciones y de todas las tecnologías asociadas? ¿Ofrece algún servicio en este sentido la biblioteca del Museo a sus usuarios?

No es exactamente la función del arte lo que ha cambiado con la revolución informática sino sus formas de expresión y comunicación. El Área de Biblioteca, Archivo y Documentación se ha incorporado desde hace tiempo a las tecnologías de la información y la comunicación. Tanto el catálogo de biblioteca como el inventario de archivo o la información sobre la colección artística se encuentran automatizados. Todas las obras de arte del Museo cuentan con imágenes digitales de todo tipo. También se ha avanzado notablemente en la digitalización de documentación procedente del Archivo y recientemente se ha puesto en marcha una biblioteca digital a la que se van incorporando los catálogos del Museo así como los fondos más valiosos y raros, como los manuscritos. El acceso a estos recursos, así como la consulta de las bases externas suscritas por la Biblioteca, puede realizarse en su totalidad en nuestras instalaciones. Por otro lado se va incorporando poco a poco esta información a la página web del Museo.

7. ¿Cuál es el perfil frecuente de sus usuarios?

El perfil de nuestros usuarios es variado, ya que el acceso a los servicios documentales del Museo es libre y gratuito. Dado el perfil especializado de los fondos predominan los investigadores, especialmente aquellos que trabajan en las colecciones o la historia del Museo, terreno en el que ofrecemos fuentes documentales insustituibles. Pero también atendemos a estudiantes de historia del arte, anticuarios, conservadores de otros museos, curiosos ocasionales, etc.

8. ¿Qué pintores y dibujantes reconocidos usan habitualmente la biblioteca?

En los últimos años el Museo ha estado muy atento a tender puentes entre sus colecciones históricas y los artistas contemporáneos. En esta línea, en 2008, poco antes de la inauguración de la Biblioteca, el pintor Miquel Barceló, en colaboración con el coreógrafo y bailarín francés Josef Nadj, realizó en la sala de lectura del casón una espectacular performance titulada pasodoble. Este arranque marcó la evolución de la biblioteca y, aunque no numerosos, han sido varios los artistas que se han acercado a utilizar sus instalaciones.

9. ¿Qué instituciones, asociaciones, entidades etc usan habitualmente la biblioteca?

Son numerosos los estudiantes y profesores de las universidades de Madrid que se acercan a hacer uso de sus instalaciones, así como el personal de los principales museos de Madrid y del resto de España. Fuera de los ámbitos académicos y museísticos hay que destacar la frecuencia con que los miembros de la Asociación de Amigos del Museo utilizan nuestros servicios.

10. ¿Breve historia del Museo del Prado y su Biblioteca?

No es posible trazar en el espacio de una entrevista los casi doscientos años de la historia del Museo, probablemente la institución cultural más relevante del país. Citaremos tan sólo unos cuantos hitos. El edificio que sirve de sede al Museo fue diseñado por Juan de Villanueva en 1785 como Gabinete de Ciencias Naturales, pero fue destinado por Fernando VII para albergar las pinturas de la corona española y abrió sus puertas en 1819. A estas colecciones reales, que siguen siendo la base de la colección del Museo se sumaron en el siglo XIX diversas donaciones y adquisiciones y, sobre todo, los fondos del Museo de la Trinidad, formado a partir de la desamortización de los conventos de Madrid y provincias vecinas. Ya en el siglo XX se incorporaron los fondos del Museo de Arte Moderno, que acabaron por formar una de las colecciones de pinturas más grandes del mundo. Además de pinturas el museo guarda importantes colecciones de esculturas, dibujos y artes decorativas. Este crecimiento de las colecciones ha obligado al Museo a acometer sucesivas reformas y ampliaciones que culminan con la inaugurada en 2007, obra de Rafael Moneo que incorpora el antiguo claustro de convento de San Jerónimo el Real.

La historia de la biblioteca del Museo es bastante más breve. Las primeras noticias que tenemos datan de 1868, y señalan la existencia de un fondo pequeño, aunque bien escogido para facilitar las tareas del escaso personal técnico del Museo. A lo largo del siglo XX existen pocos datos sobre el crecimiento de este fondo que fue albergado en diversas dependencias de la Institución. Por ello probablemente el hito más importante de su historia ha sido su instalación en el Casón del Buen Retiro en 2009, que ha permitido conseguir por fin espacios suficientes para fondos, lectores y personal. Unido a la adquisición y legado de sucesivas bibliotecas particulares, la han convertido en una de las bibliotecas especializadas en arte más importantes del país.

11. ¿Se interesan los visitantes del Museo del Prado normalmente por su biblioteca?

Al encontrarse en edificios diferentes la mayor parte de los visitantes del Museo, especialmente los turistas de fuera de Madrid, desconocen la existencia de una biblioteca en el Museo. Sin embargo muchos de sus visitantes más asiduos si son lectores habituales. Con el objetivo de dar a conocer la biblioteca y los servicios que ofrece a nuevos públicos está previsto emprender una serie de acciones en el edificio de Villanueva, como exposiciones o colaboraciones puntuales con el departamento de educación.

12. ¿Alguna cuestión que se haya quedado en el tintero?

Solamente recalcar el interés del Museo en que la Biblioteca se convierta en uno más de los servicios que ofrece a todos los ciudadanos. En este sentido es una biblioteca que da la bienvenida a todos los investigadores, estudiantes y público en general interesados en conocer y profundizar en las colecciones y en la historia de uno de los Museos más importantes del mundo.

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