jueves,18 agosto 2022
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El Tribunal de Cuentas se suma a bajar el gasto en docentes

Educación abre la puerta a grados de tres años

Redacción
El Ministerio de Educación confirmó ayer que analiza con las universidades y las comunidades autónomas, que son las que tienen la mayoría de las competencias en la educación y su gasto, reconocer grados de tres años, en lugar de cuatro, como ahora. La medida parece dirigida a reducir el coste de la universidad pública, mientras el Tribunal de Cuentas cree que hay demasiados profesores universitarios.

En la primera regulación de los grados universitarios, España optó por adaptarse a Bolonia con el modelo 4+1 (cuatro grados y uno de máster), en lugar de 3+2 de las nuevas titulaciones. Los rectores españoles, organizados a través de la CRUE, buscando una posición de consenso ante esa intención del Ministerio de permitir títulos de grados de tres años y másters de dos.

El departamento de José Ignacio Wert planteó flexibilizar la duración de los estudios universitarios y tendió la mano a los rectores para que la decisión se tomara teniendo en cuenta su parecer, por lo que les pidieron una propuesta, explican desde la CRUE. Por ello, las universidades trabajan desde abril en un informe sobre el impacto de la medida, que servirá de base para el debate de todos los rectores en asamblea. La medida cuenta en principio con el apoyo de la Generalitat y de las universidades catalanas, pero levanta muchas reticencias en el resto de España.

"A finales de este mes de junio debemos presentar nuestro informe a la comisión académica de la CRUE", detalló a La Vanguardia Gaspar Rosselló, secretario ejecutivo de dicha comisión y vicerrector de Política académica y calidad de la Universitat de Barcelona (UB). Rosselló reconoce que modificar la ley para que permita ofrecer grados de tres años sería sencillo, pero apunta que esta flexibilización implica grandes cambios: "Hay que definir qué se entenderá" por estudios de grado y de máster del modelo 3+2, cómo se verificar esos títulos…". "El cambio de concepción y de desarrollo es complicado", admite el vicerrector de la UB. 

Pese a estas dificultades, la mayoría de rectores catalanes creen que se debe tender a ese modelo y dan la bienvenida a la flexibilización que plantea el ministerio. "Poder decidir entre grados de tres o cuatro años nos daría más autonomía a la hora de definir los programas de estudio y además nos permitiría estar en concordancia con Europa", señala Ferran Sancho, rector de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). Todos los responsables universitarios coinciden en que la diferencia entre la estructura de estudios española y la del resto de países europeos, donde el modelo 3+2 es mayoritario, genera inconvenientes a los campus y a los estudiantes. "Separarnos de este modelo ha sido un gravísimo error que vale la pena enmendar", afirma Jordi Montaña, rector de la Universitat de Vic-Universitat Central de Catalunya. El rector de la Universitat Ramon Llull (URL), Josep Maria Garrell, apunta por ejemplo que esta diferencia de sistemas ha perjudicado la movilidad de estudiantes y la captación de alumnado internacional en el máster, por eso también se muestra partidario de que se tienda hacia una estructura de grados de tres años y másters de dos. Aún así, este cambio no sería homogéneo, según los rectores. "Obligar a todas las universidades a hacer grados de tres años sería arriesgado, pero sí valdría la pena pensar qué grados pueden pasar a tres años y cuáles deben dejarse en cuatro", sostiene Sancho. Jordi Montaña se inclina por que todas las universidades catalanas acuerden los títulos que cambian a tres años. "No tendría sentido un grado en Derecho de cuatro años en una universidad y otro de tres en la de al lado", reflexiona. Para el rector de la URL no sería necesario llegar a un consenso previo: "El cambio se hará por inercia, cuando una universidad cambie a un grado de tres años, es muy probable que las otras le sigan". 

Por su parte, algunas asociaciones de estudiantes apuntan que si los másters se alargan a dos años, su precio debe bajar. Catalunya tiene los másters más caros de España: casi 4.000 euros los que no habilitan para el ejercicio de una profesión y 2.400 para los que sí son obligatorios -como el de profesor de Educación Secundaria-, si bien los estudiantes pueden beneficiarse de descuentos del 30%.

Presión del Tribunal de Cuentas

Por su parte, el Tribunal de Cuentas, tras detectar deficiencias en la gestión de diversas Universidades, ser objeto de un escándalo interno por presuntas irregularidades en la contratación de sus sedes y de ser calificado como una empresa familiar pagada con mucho dinero público, insiste en que en las universidades hay demasiados docentes. Según el Informe Global del Sector Público Autonómico 2010-2011, aprobado por el órgano fiscalizador el pasado 29 de mayo, existe una relevante disminución de la media de alumnos por profesor y de la media de créditos impartidos en las universidades públicas españolas, lo que refleja, a su juicio, un «sobredimensionamiento» de los docentes universitarios.

El Tribunal ya había empleado esta expresión en un informe dado a conocer el pasado año. Ahora señala que en los últimos años destaca «la persistencia» de todas las universidades en el «continuo y creciente» desarrollo de su oferta de enseñanza. Ello conduce, según el documento, a «universidades idénticas pero de distinto tamaño», lo que, unido a la acusada especialización del personal docente, hace «más preciso y necesario» un detallado análisis de la incorporación de profesores.

Advierte el Tribunal de que la disminución de la demanda y el aumento de la oferta de titulaciones hacen que el personal de administración y el docente e investigador no solo no disminuya, sino que crezca de forma «sostenida».

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