jueves,18 agosto 2022
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La compañía dice que ignoraba la baja médica

El copiloto Lubitz añadía a su depresión falta de vista: «Un día haré algo que cambiará todo»

Redacción
Andreas Lubitz, de 27 años, el copiloto de Germanwings que estrelló el avión con 150 personas, "ocultó" a su compañía aérea y a sus compañeros que estaba en tratamiento por depresión y problemas ópticos. Los registros de los dos pisos que usaba no encontraron carta de despedida ni material político o religioso que pudiera sugerir móvil terrorista, pero sí un parte de baja roto por depresión, y rastros de problemas ópticos que comprometían su futuro de piloto. La empresa dice ignorar la baja.

La prensa española informa este domingo que continúan las investigaciones para averiguar qué pudo llevar al copiloto Andreas Lubitz a estrellar en los Alpes el Airbus A320 de la compañía Germanwings que el pasado martes cubría el trayecto Barcelona-Düsseldorf con 150 personas a bordo. Según publicaba ayer The New york Times citando fuentes de la investigación, Lubitz sufría problemas de visión que comprometían su futuro como piloto, lo que se añadiría al trastorno depresivo que al parecer también padecía y que había ocultado a la aerolínea para la que trabajaba. "Estaba siendo tratado por varios neurólogos y psiquiatras", aseguran otras fuentes al diario alemán Die Welt. Además, el rotativo desvela en su edición digital que en el registro de su apartamento la policía encontró numerosos medicamentos indicados para enfermedades psicosomáticas. El día anterior, la Fiscalía de Düsseldorf ya informaba del hallazgo en su vivienda de "bajas médicas, actuales e incluso vigentes para el día de los hechos, hechas pedazos". La prioridad en este momento de los equipos de rescate que trabajan en los Alpes es hallar el cuerpo de Lubitz para determinar si el día de la tragedia tomó medicamentos u otro tipo de sustancias que pudieran alterar sus condiciones físicas y psíquicas.

También continúan los interrogatorios a médicos, amigos, colegas y conocidos del copiloto. En una entrevista publicada en el diario alemán Bild, una antigua novia de Lubitz señalaba que cuando se enteró del trágico suceso recordó una frase que le dijo antes de romper su relación: "Un día haré algo que cambiará todo el sistema, y entonces todo el mundo sabrá mi nombre y lo recordará". Esta auxiliar de vuelo dice que si efectivamente el copiloto provocó la tragedia, "es porque él entendía que, a causa de sus problemas de salud, su gran sueño de tener un empleo en Lufthansa como capitán y comandante de vuelos de larga distancia era prácticamente imposible". La exnovia, de 26 años, en una entrevista al diario alemán «Bild» publicada este sábado, ha confesado que Lubitz demostraba ocasionalmente ataques de ansiedad y pesadillas. «Nunca supe lo que quería decir, pero ahora tiene sentido», ha añadido la mujer en la entrevista. María, asistente de vuelo, reconoció que llegó a sentirse asustada por el comportamiento del piloto, que se despertaba por la noche gritando «¡Nos vamos abajo!». «Sabía cómo esconder de los demás lo que le pasaba dentro», ha añadido. La asistente sospecha, por último, que Lubitz estrelló el avión porque comprendía sus problemas de salud. «El trabajo de sus sueños era trabajar para Lufthansa como capitán, y entendió que a largo plazo eso era prácticamente imposible», ha concluido.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, tuvo ayer palabras de recuerdo para las víctimas del accidente aéreo de los Alpes y sus familias, y elogió también la "extraordinaria colaboración" del Gobierno francés en la gestión de la catástrofe. En la inauguración de la sede del Centro Pompidou en Málaga, donde coincidió con la ministra de Cultura francesa, Fleur Pellerin, Rajoy aseguró que todo el mundo sigue "conmovido" por el suceso. "No lo olvidaré, ni lo olvidarán otros representantes de mi Gobierno ni los funcionarios públicos que están intentando dar apoyo a las familias", aseguró.

Ayer se supo que el Gobierno alemán celebrará un funeral de Estado en memoria de las víctimas el próximo 17 de abril en la catedral de Colonia. Al acto asistirá una representación del Gobierno español, adelantaron fuentes del Ejecutivo, que barajan que días después se celebre otro acto similar en nuestro país, probablemente en Barcelona.

La Fiscalía federal de Düsseldorf comunicó el viernes que en los registros practicados en las dos viviendas que frecuentaba Lubitz se han encontrado documentos que arrojan luz sobre la situación personal del copiloto del vuelo 4U9525. "Se aprehendieron documentos médicos que apuntan a una enfermedad y su correspondiente tratamiento médico", entre ellos "bajas médicas, actuales e incluso vigentes para el día de los hechos, hechas pedazos", describió la Fiscalía en un comunicado. Germanwings aseguró que no recibió ningún parte de baja que impidiese trabajar a Andreas Lubitz.

La Fiscalía no dio cuenta de qué tipo de enfermedad aquejaba a Lubitz, aunque varios medios alemanes coincidieron en informar que el copiloto sufría problemas psicológicos. El SüddeutscheZeitung aseguró que una de las bajas médicas hallada en los registros había sido emitida por un neurólogo y psiquiatra. Por su parte, el rotativo Bildpublicó, citando "círculos de Lufthansa", que la pausa de seis meses que Lubitz hizo en 2009 durante su formación como piloto se debió a un "grave episodio depresivo" para el que necesitó tratamiento psiquiátrico.

Además, la Fiscalía dijo que en los registros no se han encontrado "indicios que apunten a un trasfondo político o religioso" en el comportamiento del copiloto. Al respecto, el portavoz del Ministerio de Interior alemán, Johannes Dimroth, aseguró ayer que, por el momento, no se ha encontrado "indicio" alguno de motivación terrorista, pese a que Berlín no da por cerrada del todo esta línea de investigación.

Análisis de la prensa española

Todos los diarios se hacen eco de las revelaciones de la Fiscalía y, desde distintas perspectivas, analizan la personalidad de Andreas Lubitz. EL PAÍS pone el énfasis en que "la compañía no reaccionó ante el largo historial depresivo del piloto", y, en cuanto a su personalidad, refleja su "pasión" por volar sobre los Alpes.

Por su parte, EL MUNDO apunta a un "desengaño" amoroso "como espoleta", y abre su edición con el siguiente titular: "El copiloto ocultó su baja para poder volar tras dejarle su novia".

LA RAZÓN destaca que "Lubitz ocultó que estaba de baja por depresión", y en esta línea ABC, LA VANGUARDIA y EL PERIÓDICO resaltan que el copiloto "ocultó" que estaba de baja médica.

Recomendaciones de la Agencia Europea de Seguridad Aérea 

La Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) emitió ayer una "recomendación provisional" para que en cada vuelo haya "al menos dos tripulantes, incluido como mínimo un piloto cualificado, en la cabina durante toda la duración del vuelo". Esta norma ya es obligatoria en EEUU y muchas compañías la tienen en su protocolo de actuación. A esta initicativa se sumó ayer Lufthansa.

Por otro lado, Naciones Unidas ve "imperativo" un seguimiento tras episodios depresivos. La ONU ya alertó hace tres años de que se presta poca atención a estos aspectos en los chequeos médicos.

Entretanto, las autoridades francesas han acelerado el rescate y la identificación de los restos de las víctimas. Una labor que se desarrolla en paralelo a la búsqueda de la segunda caja negra. Mientras, familiares de las víctimas siguieron llegando al lugar de la tragedia.

El Gobierno español ha decidido ampliar los medios dispuestos para atender a los familiares de las víctimas del avión de Germanwings y está dispuesto a apoyar los cambios que se consideren pertinentes en la normativa de la UE después de este suceso para aumentar la seguridad aérea. En este sentido se expresó la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáez de Santamaría, al término del Consejo de Ministros.

Otras revelaciones

Las últimas revelaciones sirven a los vecinos de Montabaur para confirmar sus peores expectativas. Un día después de que todas las informaciones apunten a Lubitz como el único responsable de la muerte de las 149 personas que viajaban con él en el avión, muchos aquí siguen mostrando su desconcierto. "Era un tipo estupendo, como toda su familia. Lo conocía a él desde hace años y nunca vi nada raro", decía en la mañana del viernes una vecina del barrio donde viven sus padres.

Las especulaciones sobre una posible enfermedad de Lubitz se desataron después de que ayer el presidente de Lufthansa, Carsten Spohr, reconociera en rueda de prensa que interrumpió su formación hace seis años y estuvo un tiempo de baja médica. Spohr no explicó por qué, por razones de “confidencialidad”, pero sí subrayó que el copiloto pasó todas las pruebas. "Era 100% apto para volar", reiteró.

El diario Der Spiegel señala que los documentos hallados durante los registros apuntan a un problema de salud mental. Según el diario sensacionalista alemán Bild, su baja médica fue por un "grave episodio depresivo". Citando documentos internos y "círculos de Lufthansa", el diario sostiene que en 2009 dejó su formación y pasó seis meses en tratamiento psiquiátrico. Dicho "grave episodio depresivo" quedó constatado en el acta sobre el copiloto del departamento de tráfico aéreo alemán bajo el código "SIC", que se refiere a la necesidad de que el afectado se someta a "revisiones médicas regulares". La cadena de televisión pública ARD también confirma este último detalle.

El piloto cumplió con las pruebas de seguridad a las que es sometido el personal de cabina por parte del organismo de supervisión aérea. Y los resultados fueron los habituales, según fuentes del Ayuntamiento de Düsseldorf. Este pasado enero también superó el control de seguridad que se aplica a los pilotos periódicamente. No había cometido ningún delito ni participado en actividades extremistas. Lubitz se sometió a ese mismo control en 2008 y en 2010.

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