La reunión se clausuró ayer con un plan de más de 800 medidas dirigidas al estímulo de las economías de los países miembros, con las que se pretenden que el PIB mundial crezca un 2,1% adicional hasta 2018. El objetivo, según explicó el primer ministro australiano, Tony Abbott, es conseguir resultados reales para que el crecimiento económico llegue a los ciudadanos. En la declaración final de la cumbre se afirma que las medidas de estímulo permitirán añadir más de dos billones de dólares a la economía global, lo que supondrá una importante creación de empleo.
Para impulsar la inversión en infraestructuras, los líderes del G-20 han acordado lanzar una Iniciativa Global en esta materia que tiene como objetivo afrontar la brecha de 70 billones de dólares que hay en fondos necesarios para infraestructura para 2030, ha indicado Abbott.
Para lograr este objetivo, además de comprometerse a trabajar para facilitar la financiación de estos proyectos, han acordado la creación de un Centro Global de Infraestructuras que tendrá su sede en Sidney y un mandato de cuatro años. Su cometido será "impulsar la colaboración y mejorar el funcionamiento y financiación de los mercados de infraestructuras".
Según ha explicado Abbott, los líderes también han acordado incrementar la competitividad, librar al sector privado de la regulación innecesaria y fijar un objetivo para aumentar la participación femenina.
Asimismo, se ha acordado fomentar una mayor presencia de la mujer en la fuerza laboral, con el fin de reducir la brecha existente y se ha acordado trabajar para reducir el "desempleo juvenil, que es inaceptablemente alto".
Uno de los compromisos más destacados se refiere a la lucha contra la evasión fiscal. "Queremos que las empresas paguen su parte justa de impuestos y que lo hagan en las jurisdicciones donde logran sus beneficios", resumió Abbott. Éste fue uno de los asuntos en el que el presidente español, Mariano Rajoy, hizo especial hincapié. Así, durante la última sesión de trabajo defendió que el objetivo es que "no haya ningún lugar en el mundo donde pueda refugiarse la riqueza que no tributa y que ninguna autoridad fiscal proteja estas prácticas", al tiempo que detallaba los esfuerzos que está realizando España en materia de lucha contra el fraude y la evasión fiscal. El G-20 acordó, en este sentido, la constitución de un Protocolo de Información Común para el intercambio automático de información fiscal de forma recíproca.
Otros acuerdos recogidos en la declaración de la cumbre de Brisbane se centran en el impulso a la inversión en infraestructuras, incluida la creación de un Centro Global de Infraestructuras que tendrá su sede en Sidney y un mandato de cuatro años. Los líderes del G20 rubricaron este acuerdo de relanzamiento económico mundial justo cuando preocupa el estancamiento de Japón y el de la eurozona. La directora del FMI, Christine Lagarde, dijo que el organismo, junto con la OCDE informará sobre la evolución de los distintos proyectos y medidas de forma periódica y con la mayor transparencia posible.
Impulso a la negociación del Tratado de Libre Comercio entre EE.UU y la UE
Al margen del G-20, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se reunió con los líderes de las cinco primeras potencias de la Unión Europea (Alemania, Francia, Reino Unido, España e Italia), así como con el presidente de la Comisión Europea y el presidente del Consejo Europeo, para impulsar la negociación del Tratado de Libre Comercio entre EEUU y Europa. El acuerdo pretende crear la mayor zona de libre comercio del mundo, lo que supone el 50% de la actividad económica global.
