viernes,19 agosto 2022
Espacio euroiberoamericano de diálogo sobre la innovación social, profesional y académica
InicioOpiniónBlogsEmilio Fontela: un economista con visión global. social y de futuro

Emilio Fontela: un economista con visión global. social y de futuro

Futurolandia
En julio pasado ha hecho nueve años de la muerte de un extraordinario economista español y ciudadano del mundo por vocación y trayectoria. Profesor en Ginebra, Cleveland, Tokio y Madrid (Universidad Autónoma de Madrid y Antonio de Nebrija). Consultor del Banco Mundial, Naciones Unidas, OCDE y Unión Europea, con múltiples misiones en Europa, Latinoamérica y el Magreb.

 Su influencia aescala internacional ha llegado por múltiples caminos.Director en el Instituto Battelle de Ginebra. Conferenciante a escala mundial. Miembro de diversas asociaciones científicas internacionales. Autor de decenas de libros en inglés, español, francés e italiano y de cientos de artículos en revistas científicas internacionales.

Personalmente he convivido con Emilio durante más de treinta años y casi veinte como compañero en la UAM y, en especial, en el Instituto de Predicción Económica L.R.Klein/CEPREDE. Como dejé escrito en Cartas a Emilio Fontela (2007) “Hemos compartido actividades profesionales, viajes, reuniones familiares,…, ilusiones y preocupaciones. Ha sido (y seguirá siendo) mi hermano y , también, maestro y guía académico y personal”.

Con motivo de la presentación de un libro internacional dedicado a su memoria (A new social market economy for the 21st Century. Emilio Fontela and Applied Research and Forecasting, Aracne 2016), la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la UAM ha organizado un acto (15 Noviembre) en en el que intervienen también profesores de las universidades de Ginebra y Roma “Torre Vergata”, así como varios colegas españoles.

Mi intervención estará dedicada a destacar la visión social, global, prospectiva e interdisciplinar del profesor Fontela , de la que presento un estracto en este post.

Su punto de partida es que una economía social de mercado sólo puede entenderse dentro de un mundo global que tiene que progresar hacia una gobernanza cooperativa, participada por la sociedad civil y respetuosa con la diversidad cultural. The Group of Lisbon, en el que participó activamente, se anticipó varias décadas a propuestas de plena actualidad, que resume en cuatro contratos globales de carácter social cuyo objetivo es “stimulate the growth of world wealth in the most sustainable manner from a human, social, economic, environmental and political perspective”.

Estos cuatro contratos globales propuestos son:

  • Contract for basic needs. Removing inequalities
  • The cultural contract. Tolerance and dialogue of cultures.
  • The democratic contract. Towards global governance
  • The earth contract. Sustainable development.

Precisamente en el campo del desarrollo sostenible defiende que los economistas debemos caminar hacia “un crecimiento económico de los países, las regiones, las empresas o las personas, que sea conciliable con una utilización razonable de los recursos naturales, con la conservación del medio ambiente en su más amplio sentido, con la equidad en el reparto del bienestar económico a escala global e incluso entre sucesivas generaciones” (Fontela y Pulido, Principios del desarrollo económico sostenible, 2004).

La vision social de Fontela es inseparable de su enfoque global, prospectivo e interdisciplinar. Tuve la oportunidad de colaborar con el en diversos estudios en esta linea, como España en la década de los ochenta (1980), España 2000-2025: Plan Bleu de la Mediterranée (2007) o Comunidad de Madrid, Prospectiva 2015 (2004).

Creo que difícilmente se puede encontrar otros trabajos prospectivos tan lúcidos como estos de Emilio Fontela, en que se adelantan los posibles riesgos que ha puesto de manifiesto la Gran Crisis que ha sufrido, en estos últimos años, Europa y España.

En línea con el enfoque prospectivo proactivo que siempre ha defendido Fontela, estos estudios terminan con diversos programas de actuación (cohesión social, calidad de servicios públicos, ordenación del territorio, productividad/ innovación, educación /formación permanente y atracción de proyectos globales) y grandes proyectos vertebradores (como Madrid Cosmoregión y Madrid región de la Ciencia).

Pero la visión prospectiva también la aplica a la empresa en su libro El empresario del siglo XXI, que se publicó en la colección Pirámide-Economía XXI que yo dirigía en aquellos años de principios del nuevo siglo.

Su conclusión final la titula: El empresario como prospectivista y es es muy clara al respecto:

“Mientras que la empresa de la revolución industrial tenía como objetivos inmediatos la producción, la venta y el beneficio, la empresa de la Sociedad de la Información adquiere nuevas responsabilidades sociales, intelectuales y culturales. Estas responsabilidades, fruto de su liderazgo sobre los demás agentes económicos y sociales, requieren más que nunca el robustecer la capacidad de anticipación del futuro, la evaluación social y económica de alternativas y, a fin de cuentas, la prospectiva”

 Emilio establece tres requisitos mínimos para esta función prospectiva del empresario: 1) Observar las tendencias del mercado, de la evolución de las demandas como consecuencia del cambio tecnológico, social y económico; 2) Necesidad de anticipar los movimientos de las empresas competidoras y 3) Analizar los planes y programas de los agentes económicos y, en general, de las administraciones públicas. Solo es posible en el mundo futuro: “frente a la empresa reactiva, que se mueve de sorpresa en sorpresa, sacudida por las circunstancias del momento, la empresa proactiva, que sabe adónde va con celeridad y sin sobresalto".

Una última referencia al mundo de la innovación y al papel de la Universidad en su visión global, prospectiva e interdisciplinar.

La clarividencia prospectiva de Fontela avisa en 1996 de los riesgos que se han hecho realidad una década después: “Apoyada en la economía real, en la evolución de las estructuras mesoeconómicas, es verdad que la Nueva Economía transmite un robusto mensaje anticíclico. Pero no hay que olvidar en ningún momento que existe la otra cara de la moneda, la economía financiera, y que esta ofrece todo menos estabilidad en el crecimiento…Por ello la realización de las promesas de la Nueva Economía y de su «long boom», de su largo y casi infinito periodo de expansión, dependerá siempre del buen funcionamiento del sistema financiero. Y este es «crisis prone», propenso a las crisis”

En su análisis prospectivo del cambio tecnológico en el siglo XXI apunta, ya en 2004, que la convergencia nano-bio-info-cogno será la clave de su evolución futura: “es la piedra angular del desarrollo”. Por ello exige una política de ciencia y tecnología que: 1) Rediseñe los grandes sistemas socio-técnicos (sanidad, calidad ambiental, etc) apoyándose en la ciencia del diseño, de los sistemas complejos y de los procesos cognitivos individuales y sociales. 2) Proporcione las infraestructuras y proyectos que aceleren la conexión entre disciplinas en el plano científico y el desarrollo de ingenierías de integración del conocimiento de estas disciplinas en su convergencia hacia lo infinitamente pequeño..

Naturalmente, para Emilio Fontela el largo camino de la I+D hacia la innovación se integra en un ecosistema en que intervienen las instituciones productoras del nuevo conocimiento, condicionadas por las infraestructuras disponibles y los condicionantes político-estratégicos.

Su vinculación a la Universidad le conduce a considerar a esta como un elemento estratégico clave. Muchos años de conversación sobre el tema y la lectura de sus múltiples trabajos sobre la situación y el futuro de la Universidad, me permitieron resumir en una entrevista ficticia, meses después de su fallecimiento, su pensamiento (Pulido,El futuro de la universidad, 2009).

Creo que es un homenaje a su memoria terminar con su visión prospectiva, para el caso europeo, dentro del STRATA-ETAN Expert Group (2002), para el que diseña tres posibles escenarios de futuro para la sociedad en general y para la universidad en particular:

“El escenario híbrido de la diversidad (“melting pot”) podría ser el resultado de una actitud predominantemente pasiva ante los cambios que se están produciendo. Mezcla de público y privado, de fuerzas de oferta y demanda que intentan predominar, parece un escenario poco estable y escasamente deseable.

El escenario de “triunfo de mercado”, al que he denominado en su última versión “riding the wave”, es el de la primacía de la privatización, el declive de la financiación pública, una actitud reactiva de adaptación a los cambios que vienen observándose orientados por el mercado, la rendición de cuentas, la competitividad y la eficiencia. Personalmente, me parece factible pero no deseable desde una perspectiva europea integradora.

Las preferencias se inclinan por el escenario de la “Sociedad creativa” o “Segundo Renacimiento”, en que se adopta una actitud proactiva de establecer elecciones políticas y objetivos ajustándose a algunas de las tendencias observadas, pero resistiéndose y luchando contra otras que se consideran poco adecuadas como guías de futuro.

En este escenario de futuro deseado, las universidades son proactivas hacia la competitividad y la cohesión social, que son las claves para las políticas públicas y el punto focal de desarrollo de una sociedad creativa del conocimiento.

Las universidades públicas se concentran en la producción de bienes públicos en educación e investigación, aunque adaptadas a objetivos que no coinciden plenamente con los tradicionales” .

Antonio Pulido http://www.twitter.com/@PsrA

De interés

Artículos Relacionados

Centro de preferencias de privacidad