Durante su visita al municipio fronterizo colombiano Cúcuta, Paloma Escudero, directora global de Comunicación de UNICEF ha conocido todo tipo de historias, todas muy duras, todas de pérdida y de búsqueda de un futuro mejor. Según Paloma, que "para la mayoría de las familias, la decisión de irse es el último recurso que les queda”. Además, la representante de la UNICEF ha conocido a una madre con epilepsia y embarazada de 8 meses mientras cruzaba el puente fronterizo. Necesitaba llegar a Colombia para hacerse sus exámenes prenatales y proteger su salud y la de su bebé.
La condición climática en Cúcuta ha afectado a las familias que tomaban la dolorosa decisión de iniciar el camino para dejar sus hogares en Venezuela y atravesar la frontera con Colombia y otros países de la región. Las familias con hijos adolescentes, padres y madres con niños pequeños a sus espaldas traslados bajo lluvia o el sol a plomo, añadió Paloma.
La directora de UNICEF ha reconocido que la organización ha colaborado estrechamente con organismos humanitarios, autoridades nacionales y locales, organizaciones no gubernamentales y comunidades de Colombia para proporcionar a los niños migrantes, y a los niños de las comunidades de acogida, servicios de salud, nutrición, educación y protección. La colaboración ha llevado a cabo apoyo con equipos móviles de salud; hemos creado espacios amigos para los niños, donde reciben apoyo psicosocial y de prevención de la violencia; suministramos agua potable y saneamiento; promovemos prácticas de higiene; creamos escuelas temporales; distribuimos material escolar; formamos a maestros; y prestamos apoyo nutricional.
Agradeció Paloma a Colombia, que ha mantenido generosamente las puertas abiertas a sus vecinos de Venezuela, debido que el sentimiento contra el inmigrante está aumentando en todo el mundo. UNICEF hasta el momento solo ha recibido 5,1 millones de los 26 millones de euros necesarios para apoyar las necesidades básicas en materia de nutrición, salud, educación, agua, saneamiento e higiene, y protección de las familias venezolanas.
"Es hora de que la comunidad internacional aumente su apoyo y ayude a satisfacer sus necesidades básicas. No podemos permitir que esa generosidad se agote", concluyó la directora global de Comunicación.
En la actualidad, en Colombia, los niños migrantes de Venezuela reciben tratamiento médico y vacunas, educación de manera gratuita. Ya son más de 130.000 los niños venezolanos que están matriculados en las escuelas de todo Colombia, de ellos, hay casi 10.000 estudiantes que se encuentran en la ciudad fronteriza de Cúcuta y cerca de 3.000 de ellos viajan desde Venezuela todos los días para ir a la escuela.
"Vi a cientos de estudiantes cruzar a Cúcuta al amanecer, bajo una lluvia torrencial, para ir a la escuela. Tal dedicación al aprendizaje por parte de padres y estudiantes por igual es una lección de compromiso, perseverancia y determinación para todos nosotros", señaló Paloma.
