jueves,18 agosto 2022
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Humor y Comunicación Política

Humor irónico del destino en política: el caso de Mijaíl Koltsov

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Theodor Lipps (1851-1914, en su libro Los fundamentos de la Estética (1906) (Madrid, Daniel Jorro, 1923) ofrece una teoría sobre el humor que considero la más acertada para abordar el asunto al que voy a dedicar hoy mi columna.

El periodista más famoso de la Unión Soviética en los años 30

Durante 70 años, miles de personas quisieron saber por qué Mijaíl Koltsov, el periodista más prestigioso de la Unión Soviética en los años treinta, y al que Stalin envió a España, acabó siendo apresado, enjuiciado y fusilado al volver a Moscú.

Todas las crónicas que fue enviando Kolstov al periódico Pravda, fueron editadas en forma de libro, que recibió el título Diario de la Guerra de España (Madrid, Editorial Akal).

Leer este libro es muy importante porque en sus páginas queda claro que Mijaíl Kolstov fue el mentor intelectual de los fusilamientos masivos de miles de personas del bando nacional en Paracuellos de Jarama en Noviembre de 1936. Kolstov tenía una gran influencia en los dirigentes del Partido Comunista porque sabían que era el enviado que Stalin deseaba tener para estar informado de lo que ocurría en España. En su diario, Kolstov se ocupa de los presos nacionales hasta en cinco ocasiones (Pp. 55, 125, 181-182, 191-192, 206-207). Después de la matanza, no vuelve a hablar de esta tragedia.

El más interesado por saber qué había ocurrido con Kolstov fue su hermano, Boris Efímov, que vivió hasta los 108 años y desde 1940 estuvo investigando. Lo mismo le ocurría a Ilyá Ehrenburg, gran amigo de Koltsov, quien nunca encontró explicación a la desaparición de un hombre al que él consideraba un genio.

El misterio, aclarado

Por fin, y con la reciente publicación de El caso Orlov (Barcelona, Editorial Crítica, 2013), de Boris Voledarsky, nos hemos enterado de qué pasó realmente con Koltsov.

La publicación de las crónicas de Koltsov en forma de serie durante la primavera y verano de 1938, le llevaron al apogeo de su popularidad en la Unión Soviética. En otoño, Stalin le invitó a su palco en el Bolshoi para decirle lo mucho que disfrutaba leyendo su diario. En el verano de 1938, Kolstov fue elegido para el Soviet Supremo de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia. Además, Stalin le invitó a presentar la historia del partido bolchevique, lo que significaba gozar del favor oficial. Y dos días antes de la conferencia, fue nombrado miembro corresponsal de la Academia de Ciencias. Pues bien, cuando regresó a su despacho en Pravda, después de la conferencia, la policía secreta, el NKVD, lo arrestó. Era el 13 de Diciembre de 1938.

Todos se extrañaron de su detención, excepto el mismo Kolstov, que el 15 de abril de 1937, había sido interrogado por Stalin, Lazar Kaganovich, Viacheslav Molotov, Marshal Voroshílov y Nikolái Yezhov, los que dieron rienda suelta al Gran Terror.

Pasó un año y medio hasta que el 27 de Septiembre de 1938, Yezhov envió personalmente a Stalin su primer «informe especial» sobre Koltsov. ¿En qué se basaba ese informe? Ahora, con la desclasificación del archivo sobre Koltsov, sabemos quién fue el que causó la perdición de Kolstov: El «carnicero de Albacete», André Marty, que durante la Guerra Civil española se dedicó más a perseguir a los sospechosos de trotskismo que a luchar contra Franco.

Quien desee enterarse del «caso Kolstov» (para mí, lo más interesante del libro de Voledarsky), puede leer las páginas 323-334.

André Marty escribió a Stalin:

«En otras ocasiones, camarada Stalin, ya llamé su atención sobre las actividades de Kolstov, que quedan fuera de la prerrogativa de su corresponsal pero le han sido usurpadas arbitrariamente por él. Su interferencia en cuestiones militares utilizando su posición de representante de Moscú merece condena. Sin embargo, ahora me gustaría llamar su atención sobre circunstancias más serias que espero que usted, camarada Stalin, también considere cercanas a la traición».

Las circunstancias eran las que más podía irritar a Stalin: 1) amistad con André Malraux, simpatizante trotskista, y 2) que la amante de Kolstov era una espía al servicio de Alemania, y que muchos fracasos de los enfrentamientos militares (con el fascismo) fueron consecuencia de sus actividades de espionaje. (Pp. 325-326).

El humor irónico del destino de Koltsov

Y aquí es donde vuelvo a Theodor Lipps y su teoría del humor. El Humor reconciliado o irónico se da cuando tras contemplar lo ridículo, la locura, la bajeza, etc, tenemos, además, conciencia de su absurdo o de que conduce al absurdo. Lipps recalca que la característica de la ironía es la autonegación de lo vano.

En efecto, ¿no resulta irónico que la insistencia de Kolstov en que los militares presos en las cárceles republicanas no pudieran volver a estar al servicio de Franco, fuera precisamente lo que causó su fusilamiento? En cuanto a las bajezas, durante cinco meses de palizas, Kolstov reconoció acciones que él no había cometido y comprometió a otras personas. Y aunque en su alegato final ante el juez-esbirro Úlrij, se desdijo de todas sus declaraciones, no le sirvió de nada. Fue fusilado inmediatamente después de recibir la sentencia.

Menos mal que, por fin, nos hemos podido enterar de qué ocurrió con Mijaíl Koltsov.

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