viernes,19 agosto 2022
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Política fiscal

¿Impacto multiplicador de gastos e impuestos?

Futurolandia
¿Sabes interpretar un valor del multiplicador fiscal mayor o menor que la unidad? ¿Puede ser negativo? ¿Es una constante que se repite en países y situaciones diversas? ¿Tiene efectos a corto y largo plazo? ¿Su impacto es similar si se refiere a consumo, inversión pública o impuestos? ¿Y si se trata de más gasto para estimular el crecimiento o de austeridad para reducir déficit y deuda pública acumulada? Demasiadas preguntas y respuestas complejas para resumir en un post.

Todo estudiante de Economía debería recordar que el multiplicador keynesiano del gasto público es simplemente la relación entre el gasto realizado y su efecto sobre el PIB, la renta nacional o cualquier otra magnitud de referencia de la producción agregada para el conjunto de un país o región. El efecto puede calcularse como impacto inmediato (multiplicador de impacto) o como suma de los impactos a lo largo del tiempo (multiplicador acumulado).

Como referencia inicial, un valor negativo del multiplicador indicaría que un mayor gasto público incluso reduce la renta global del país. Un valor inferior a la unidad marcaría que una parte del dinero gastado o financiado por endeudamiento público, se habría compensado, parcialmente, con reducción en los componentes privados del PIB (efecto expulsión o crowding out). Si el multiplicador (de impacto o acumulado) supera la unidad esto supone que el mayor esfuerzo de gasto público ha tenido efectos estimulantes en el resto de la economía, de inmediato o a lo largo del tiempo.

Por ejemplo, con datos estimados de España en 2015 podríamos establecer un multiplicador de impacto del gasto público total (consumo + inversión) del orden de 3,5 como cociente entre el incremento de ese gasto respecto al año anterior (unos 11.000 millones de euros) y el incremento del PIB (alrededor de 40.000 millones). Pero en las relaciones entre variables económicas no hay una relación directa causa/efecto, sino que son el resultado de múltiples inter-relaciones. El incremento del PIB en 2015 todos reconocemos que responde a diversas causas internas y externas, como el comportamiento de los precios del petróleo o la política de compra de activos financieros del Banco Europeo. Además, la composición del gasto publico tampoco responde a una relación constante entre consumo e inversión.

Si tratamos de cuantificar el multiplicador del gasto público año a año, nos encontraremos con fluctuaciones acusadas (y debidas a causa múltiples) en su impacto  y prácticamente imposibles de valorar en su efecto acumulado en un periodo.

La realidad es que cálculo del multiplicador no es inmediato, aunque cualquier libro de Economía puede proponer fórmulas teóricas bajo ciertas hipótesis más o menos explícitas. Son versiones simplificadas, derivadas de relaciones teóricas sobre los efectos en cadena entre gasto/renta/consumo, añadiendo posibles variantes sobre impuestos o efectos indirectos sobre inversión privada, importaciones o tipos de interés.

Si buscamos en el diccionario de economía más completo a nivel internacional (The New Palgrave Dictionary of Economics, 2013) podemos encontrar referencias teóricas y un aviso inicial: Resumiendo, uno puede ver que diferentes tipos de modelos pueden suministrar multiplicadores fiscales de cualquier magnitud. Sin embargo, incluso modelos de un mismo enfoque pueden dar multiplicadores bastante diferentes, dependiendo de los valores asignados a los parámetros y a las hipótesis sobre funciones de reacción ante políticas monetarias. Como consecuencia, uno solo puede enfrentarse empíricamente a la magnitud de los multiplicadores.

El enfoque empírico supone pasar de modelos teóricos a modelos estimados con datos, que tratan de explicar el comportamiento real de la economía de los países, valorar la composición de efectos a pasado e incluso arriesgar predicciones de futuro. Las principales aplicaciones se realizan con modelos econométricos estructurales, vectores autorregresivos (VAR) y modelos de equilibrio general computable.

Sin entrar en detalles técnicos, consideremos que hay equipos de investigadores que disponen de un modelo permanentemente actualizado que explica con suficiente aproximación el comportamiento de  la economía de un país durante un periodo de tiempo (p.ej. 2000-2015). Utilizando ese modelo pueden calcular el diferente resultado sobre crecimiento del PIB de variaciones a pasado o a futuro  en las variables de gasto público, impuestos o transferencias. Por tanto, pueden (con reservas inevitables sobre la validez y estabilidad temporal de los coeficientes del modelo) estimar el impacto de una política fiscal (expansiva o constructiva) en un año o trimestre (impacto) o la suma de efectos en un periodo (multiplicador acumulativo).

Pero además, hay que considerar diferentes variantes de cálculo. Recomiendo el post de Jesús Fernández-Villaverde, "Multiplicadores fiscales: mucho ruido y pocas nueces" (http://nadaesgratis.es 29/2/16) sobre la necesidad de especificar cada proceso seguido de estimación a la hora de valorar y comparar resultados: horizonte temporal, mantenimiento o no del diferencial de gasto, composición de ese gasto adicional,…

Con diferentes modelos, en distintos países  y para diversos periodos de tiempo e instrumentos fiscales, se obtienen multiplicadores dispares que algunos autores, al revisar resultados, sitúan más frecuentemente en el entorno entre 0,8 y 1,5. Es decir, entre perder, en términos de PIB, el 20% de la variación fiscal y ganar el 50%, en el acumulado en el tiempo.

Las diferencias de multiplicadores estimados son, pues, amplias y además se acusan al considerar tipos de acción fiscal diversos. El Congressional Budget Office (CBO) de EEUU proporcionó hace unos años (2012) las estimaciones extremas  de multiplicadores acumulativos de output para siete acciones fiscales :

  1. Compra de bienes y servicios (entre 0,5 y 2,5)
  2. Transferencias a los gobiernos de Estados y locales  para infraestructura (0,4-2,2)
  3. Transferencias a Estados y locales para otros propósitos (0,4-1,8)
  4. Transferencias a individuos (0,4-2,1)
  5. Pagos por una sola vez a jubilados (0,2-1,0)
  6. Reducción de impuestos para personas de clase media y baja (0,3-1,5)
  7. Recorte de impuestos por un año para personas de renta alta (0,1-0,6)

Para el multiplicador total del gasto, un artículo aparecido en un libro de University of Chicago Press sobre política fiscal tras la crisis financiera (Auerbach y Gorodnichenko ,2012,"Fiscal multipliers in recessión and  expansion") proporciona una visión de seis décadas de evolución. Lo más relevante es que el multiplicador se suele situar por encima de la unidad y en zonas próximas al 1,5 en los periodos de crisis y por debajo de 1 e incluso de 0,5 en periodos más expansivos.

En un próximo post trataré de los casos que discriminan claramente el comportamiento multiplicador y, en especial, su valoración en términos de periodos de austeridad fiscal y en las circunstancias actuales.

Antonio Pulido http://twitter.com/PsrA

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