jueves,18 agosto 2022
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El PAIS dice que España perdió influencia al seguir a EE.UU

La prensa española juzga a Fidel Castro como un dictador que frenó democracia y bienestar en Cuba

Redacción
La mayoría de la prensa española juzga a Fidel Castro ante la noticia de su muerte como una de las grandes figuras históricas del siglo XX, profesional de la política y el poder, dictador que frenó el bienestar, criticado y alabado en similar proporción. Ahora coinciden en que se reabre un periodo de incertidumbre sobre el futuro político de la isla, inmersa en una tímida apertura democrática que no se sabe si continuará, máxime tras la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos.

La figura del líder y revolucionario cubano, Fidel Castro, que falleció la noche del viernes en La Habana a los 90 años de edad, acaparó el sábado la portada de todos los diarios nacionales, que dedican a su muerte una extraordinaria cobertura y en todos los casos editoriales y opiniones coincidentes en que la demora de la democracia prometida por la Revolución de 1959 impidió el bienestar de Cuba, aunque algunos dudan de si achacarlo al bloqueo de los EE.UU o a la autocracia de Fidel Castro. Solo EL PAÍS dice que España perdió influencia ante Castro y en la isla al secundar por primera vez José María Aznar la política norteamericana de cierre hasta la apertura de relaciones con Obama.

Los diarios españoles recuerdan que Fidel Castro se mantuvo en el poder 49 años, marcados, entre otros acontecimientos históricos, por el enfrentamiento con EEUU, su alianza con la URSS, la crisis económica de Cuba tras la caída del "telón de acero", y su alineamiento con la revolución bolivariana de Hugo Chávez, que se convirtió en el principal aliado de régimen castrista en el siglo XXI. Las últimas imágenes de Castro con vida son del pasado 15 de noviembre, cuando recibió en su residencia al presidente de Vietnam, Tran Dai Quang. El pasado 13 de agosto fue la última vez que apareció en público, con motivo de su 90 cumpleaños en un acto en el teatro Karl Marx de La Habana. Desde su salida del poder en el año 2006, vivía retirado de la primera línea política y solía recibir a personalidades internacionales en su residencia privada.

Mientras las autoridades cubanas anunciaban nueve días de luto por el fallecimiento de Fidel Castro, cuyo cadáver incinerado recorrerá la isla desde La Habana hasta Santiago, donde descansará finalmente, en Miami miles de exiliados cubanos expresaban su alegría por la muerte del dictador y mostraban su apoyo a la política de endurecimiento con Cuba anunciada por Donald Trump. A pequeña escala, estos enfrentamientos se reprodujeron a las puertas de la Embajada de Cuba en Madrid, donde partidarios y detractores de Castro se cruzaron insultos, y se registraron intentos de agresión frenados por la policía.

Muere "un dictador brutal", según Trump

El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, mantuvo un duro tono crítico a la hora de hablar de la muerte del ex mandatario cubano: "Hoy se anuncia el fallecimiento de un dictador brutal que oprimió a su propio pueblo durante casi seis décadas. El legado de Fidel Castro se caracteriza por los pelotones de fusilamiento, el robo, el sufrimiento inimaginable, la pobreza y la negación de los derechos humanos fundamentales", señaló en un comunicado el presidente electo.

Por su parte, el presidente Barack Obama, impulsor del deshielo en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, utilizó un tono más conciliador: "En la hora de la muerte de Fidel Castro, extendemos nuestra mano de amistad a los cubanos. La historia guardará y juzgará el enorme impacto, en la gente y en el mundo, de esta figura singular".

Mientras en La Habana se prepara el funeral de Castro, en Miami, por el contrario, se sigue celebrando la muerte del líder cubano. La Asamblea de la Resistencia Cubana en el exilio ha convocado para el miércoles "una concentración masiva por la libertad y la democracia en Cuba" frente al Monumento a los Caídos en la Playa Girón. Mientras tanto, los anticastristas de Florida reclaman al presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, que rompa con la política de deshielo iniciada por Barack Obama. Reince Priebus, jefe del Gabinete de Trump, señaló ayer que el futuro mandatario esperará "movimientos en la dirección correcta" por parte de La Habana para diseñar su política hacia la isla. Priebus se refirió en concreto a la liberación de los presos políticos, el fin de la represión, el retorno de libertades como la religiosa; elementos que, dijo, "necesitan cambiar para tener una relación abierta y libre".

En Cuba, según destacan algunos diarios, los ciudadanos confían en que Raúl Castro reactive ahora las reformas prometidas, "una vez que ya no se proyecta sobre él la larga sombra de su hermanos Fidel".

El Rey Juan Carlos encabezará la delegación española

Aunque todavía no se conocen todos los detalles sobre la celebración de las exequias, la prensa anticipa hoy que el Rey Juan Carlos encabezará la delegación española que asistirá a los actos de despedida de Fidel Castro en La Habana. El rey emérito acudirá mañana a uno de los eventos programados por el comité organizador en la Plaza de la Revolución. Según se destaca, la decisión de enviar al padre de Felipe VI tiene relevancia política, pues Don Juan Carlos será la personalidad española más relevante que pisa Cuba desde hace 18 años.

En este sentido, señala LA VANGUARDIA, el Gobierno español ve una oportunidad única de recuperar ahora el liderazgo europeo en las relaciones con Cuba, gracias al nuevo pacto de colaboración que establecerá en breve la UE, en contraste además con la beligerancia de las nuevas autoridades estadounidenses hacia la isla.

Las autoridades españolas expresan sus condolencias

El Rey Felipe VI envió el sábado al presidente cubano, Raúl Castro, un telegrama de pésame por el fallecimiento de su hermano Fidel, al que se refiere como una figura de "indiscutible significado histórico" con "lazos familiares y vínculos muy especiales con España". Un pésame al que también se unió el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, mediante un telegrama en el que se destacaba la "especial relación" que Fidel Castro mantuvo con España "por sus vínculos familiares y personales". Previamente, Rajoy destacó en su cuenta de Twitter, el enorme "calado histórico" del dirigente desaparecido.

La gestora que dirige el PSOE hizo público un comunicado en el que, además de expresar su pésame a las autoridades cubanas, reafirma su voluntad de trabajar a favor de "un futuro de progreso y democracia" en la isla. Por su parte, el ex secretario general socialista Pedro Sánchez valoró la muerte de Fidel Castro como el símbolo del fin de una época y envió un "abrazo al pueblo cubano en su marcha hacia la libertad y la democracia".

El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, también utilizó Twitter para expresar sus condolencias al pueblo cubano: "Con sus luces y sombras se va un referente de la dignidad latinoamericana y de la resistencia soberana. Adiós Fidel". En la misma línea se expresó el líder de IU, Alberto Garzón, quien calificó al mandatario cubano como un "referente del socialismo y de las causas de los oprimidos". El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, afirmó en Twitter, por su parte, que la muerte de Fidel Castro abre una "nueva oportunidad para que los cubanos avancen a un nuevo tiempo de reconciliación".

Reacciones desde Europa

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, afirmó aque con el fallecimiento de Castro "el mundo pierde a un héroe para muchos", y agregó que "su legado será juzgado por la historia". El presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, indicó por medio de un mensaje en Twitter que Castro "marcó Cuba, Latinoamérica y la política global". "Se cierra un capítulo de historia. La UE está con el pueblo cubano mirando al futuro", añadió. Mucho más crítica se mostró la eurocomisaria de Comercio, Cecilia Malmström, quien señaló que Fidel Castro era un "dictador", y se mostró sorprendida por los "homenajes" que se le dedicaban.

Según recuerda EL PAÍS, la Unión Europea se dispone a firmar en poco más de dos semanas el acuerdo político que rompe con 20 años de veto institucional a Cuba. Los ministros de Exteriores de la UE esperan darle el visto bueno el próximo 12 de diciembre en Bruselas, según confirman fuentes diplomáticas

Editoriales de la prensa española críticos con Fidel Castro

La muerte de Castro debería despejar el camino a la democracia en Cuba (EL PAÍS): La sociedad cubana anhela hoy un cambio, pero los mimbres con los que convertir esos anhelos en realidad son muy rudimentarios. La muerte de Fidel Castro debería ofrecer una oportunidad para un nuevo comienzo en Cuba, la posibilidad de poner el reloj en hora con el siglo XXI y permitir que los cubanos puedan transitar de forma rápida y pacífica hacia una democracia representativa y una economía abierta. Y España, que por el empecinamiento del Gobierno de José María Aznar en congraciarse con EE.UU. a costa de una política de innecesaria dureza con Cuba, ha quedado descolocada y sin capacidad de influencia, siendo adelantado por otros socios europeos, tiene ahora una oportunidad de acompañar y apoyar un proceso de apertura que, además de inevitable, debe ser pactado e incluyente.

El revolucionario que perpetuó la tiranía más icónica del siglo XX (EL MUNDO): Fidel Castro ha sido una de las figuras políticas más destacadas del siglo XX, un símbolo para lo bueno y lo malo sin el que no se puede explicar la Historia mundial reciente. Icono que aún hoy despierta cierta fascinación en parte de la izquierda internacional, y desde luego en la de Latinoamérica, también provocaba lógico rechazo entre los defensores de la democracia y de los derechos humanos por haber perpetuado en Cuba la última dictadura del continente. Porque, por mucho halo de mito que rodee a su figura, el dictador cubano hoy merece ser recordado como un autócrata totalitario que, en realidad, traicionó a la Revolución que en 1959 prometió la llegada de la democracia a Cuba. Fidel ha muerto pero el castrismo continúa en la isla. Esperemos que el pueblo cubano colme sus ansias de libertad y democracia en esta nueva página de la Historia que se abre ahora.

Muerto Fidel, el problema es Raúl (ABC): La muerte de Fidel Castro supone el epílogo del régimen comunista que dirigió con mano tiránica durante décadas y anuncia a los cubanos que la libertad está un poco más cerca. Las alabanzas a Castro, no sólo en la izquierda, expresan ese fallo permanente de la memoria histórica con el comunismo, absuelto de hecho pese a su expediente de genocidios, tiranías y destrucción moral de los pueblos a los que sometió. Sería un error que la Unión Europea compensara la muerte de Castro con una normalización de relaciones con el régimen comunista de Cuba. Obama se precipitó al homologar a la dictadura castrista sin esperar a que se produjeran cambios reales en las libertades y derechos de los cubanos. El hueco que deja Castro debe llenarse con esperanzas de libertad, no con más dictadura.

La fracasada revolución castrista debe dar paso a la democracia (LA RAZÓN): Fidel Castro representaba los restos de las aventuras totalitarias del siglo XX, de un comunismo que ha evidenciado su incapacidad para crear sociedades prósperas, abiertas y libres, pues los hechos han demostrado que sólo la democracia puede traer el bienestar. Su muerte despeja definitivamente el futuro de Cuba, que no puede ser otro que la restitución plena de las libertades democráticas y la normalización de las relaciones comerciales con Estados Unidos. La Unión Europea debe tener un papel activo y cerrar el tratado de cooperación con la isla que tiene en cartera, algo por lo que España, dado nuestro vínculo histórico, debe velar. Es la hora de la oposición democrática cubana, de forjar unidad y saber estar a la altura de las circunstancias y encontrar su lugar con el objetivo de fraguar una verdadera reconciliación entre los cubanos. Sabemos por experiencia que la transición hacia la democracia sólo puede asegurar su éxito si objetivo final son las libertades públicas.

La muerte de un dictador carismático (LA VANGUARDIA): Fidel Castro, uno de los protagonistas de la historia de la segunda mitad del siglo XX, ha muerto dejando un legado que el tiempo juzgará, aunque el peso de la larga dictadura que instauró en Cuba no le favorecerá. No es probable que la muerte del mito Castro agrande su figura, como ocurre en otros muchos casos. Más bien parece que la revisión histórica de su figura pondrá a Fidel en su sitio: el de un dictador carismático. La cuestión ahora es si su fallecimiento servirá para impulsar la anhelada apertura política de Cuba y facilitar un avance en las negociaciones con EEUU, pese a la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. La democratización de Cuba dependerá de los propios cubanos y de la efectividad de la presión internacional sobre el régimen que ahora dirige Raúl Castro.

Cuba debe preservar los beneficios de la revolución de Castro (EL PERIÓDICO): La revolución que Fidel Castro lideró en Cuba nunca ha sido económicamente sostenible, aunque nadie puede poner en duda que ha sido socialmente exitosa y que se convirtió durante décadas en un polo de atracción para el conjunto de América Latina. Lamentablemente, nunca sabremos si la causa de esas dificultades que tanto han hecho sufrir a los cubanos fue la propia naturaleza de la revolución o el bloqueo sistemático que practicó Estados Unidos castigándoles absurdamente antes que a sus dirigentes. Tras la muerte de Fidel Castro empieza un tiempo nuevo en el que no se podrán echar por tierra los logros que han beneficiado a los cubanos en materia de educación o de sanidad, pero en el que Cuba deberá encontrar la manera de reintegrase en la comunidad internacional aceptando la protección de las libertades de sus ciudadanos y sin que nadie les convierta de nuevo en rehenes de sus dirigentes políticos.

 

La historia no lo absolverá (Bieito Rubido ABC): Desde hace más de 70 años, los Castro, cual estirpe de sátrapas de la peor especie, mantienen en un régimen dictatorial a más de doce millones de personas que ansían huir de su país.

El rey de la casta (Juan Pablo Colmenarejo ABC): La dictadura de Fidel Castro nunca recibió el repudio general porque en el libro de lo políticamente correcto ponía que había echado a los ricos de Cuba. La fascinación por el rey de la casta continúa en algunos jóvenes políticos.

Incógnitas ante el futuro de Cuba (Ángel Expósito ABC): Fidel ha muerto. Fallece un símbolo. Muere un dictador. Con todas las incógnitas ante un futuro… ¿inexorable?

Fidel Castro, ascendido a los cielos(Raúl Rivero EL MUNDO) En el exilio celebran la muerte de Fidel, pero su fallecimiento lo asciende al rango de diosecillo del proletariado y continuará, desde los altares que le preparan, como garante de la ideología de la dictadura.

El fantasma de Hamlet(Vicente Botín EL PAÍS): Fidel Castro, el hombre que gobernó Cuba a su antojo durante casi medio siglo, tuvo que asistir, impotente, a la voladura controlada del tinglado revolucionario que construyó. Y el dinamitero fue su hermano Raúl.

Socialismo y muerte(Martín Prieto LA RAZÓN): Fidel Castro empezó como un revolucionario histórico y acabó como un tirano que sometió a su pueblo a una ideología periclitada y condenó a los cubanos al subdesarrollo.

Ha muerto un dictador (Sandra Golpe LA RAZÓN): Acaba de morir un dictador, no caigamos en el error de blanquear la figura de Fidel Castro.

Se va el caimán… (Alfonso Rojo LA RAZÓN): Se pueden decir muchas cosas de Fidel Castro, y casi todas malas, pero andaba sobrado de talento.

El Fidel que muere (Rafael Rojas EL PAÍS): Cuando se disipe la bruma funeraria, las reformas iniciadas por Raúl Castro continuarán y quizá veamos una democratización de Cuba realizada en un irónico homenaje al legado revolucionario de Fidel.

Cuba sobrevive a Fidel Castro (Yoani Sánchez EL PAÍS): La muerte de Fidel Castro ha sido recibida con indiferencia por la mayoría de los cubanos. Tal vez habrá lágrimas y nostalgia, pero el legado del comandante se irá apagando.

Fidel olía fatal(Antoni Burgos ABC): Fidel Castro desilusionó a toda una generación de españoles que padecíamos aquí una dictadura y que vimos la llegada de los del uniforme verde oliva a La Habana como una victoria de las libertades.

El comunismo disecado (Ignacio Camacho ABC): Fidel Castro convirtió Cuba en una cárcel cuyos presos sufrían la tortura mental de ser declarados libres. Libres sin libertad.

El último revolucionario (J. María Carrascal ABC): El balance definitivo de los 47 años de castrismo tendrá que hacerlo la historia.

Necrología de Juan Abreu (Arcadi Espada EL MUNDO): Los cementerios de Miami están llenos de cubanos a los que Dios no escuchó cuando le pedían que acabase con Fidel Castro para poder regresar a su país.

El mito anciano (Jorge Edwards ABC): Estoy convencido de que la desaparición de Castro en América Latina puede facilitar un lenguaje político más maduro, más libre, en el sentido más amplio de la palabra, mejor informado.

Yo soy la Revolución (Antonio Elorza EL PAÍS): Los frutos del castrismo fueron la ineficacia económica y la autocracia del caudillismo.

 

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