¿Más rápido? Sí, porque una de las virtudes que separan a los deportistas de élite del resto, aparte de sus condiciones físicas (y saber aprovecharlas, por lo que entra en juego la inteligencia aplicada a su especialidad), es prever las acciones de su rival, adónde le van a conducir las suyas, intuir sus debilidades y ponerlas al descubierto. "Trabajamos el compromiso, la concentración, el autocontrol…", expone Plácido. Pero también "la anticipación, mediante técnicas de visualización. Ejercicios con el grupo que permiten a los jugadores ganar en confianza en sí mismos, en sus posibilidades.
Años atrás, el trabajo de los psicólogos en el deporte era visto con recelo. Sin embargo, en el seno del Azkar la colaboración es total, y la planificación psicológica se encuentra al mismo nivel que la física para el cuerpo técnico. Pero el trabajo de un psicólogo va más allá. Plácido, que es profesor de psicología en la Escuela de entrenadores, con másteres y títulos de Experto y Especialista Universitario en ámbitos que relacionan la psicología con el rendimiento y la preparación deportiva,)no sólo conoce al dedillo las debilidades y fortalezas de los jugadores y del equipo pronista, también de los contrincantes. "Participo en los scoutings del rival", desvela. O lo que es lo mismo, el círculo se cierra: ya no basta con conocer las tácticas y las estrategias del adversario, sino anticipar las reacciones de sus jugadores ante las situaciones en que les coloca el juego y actuar en consecuencia. Después, aparecen las variables incontrolables que hacen del deporte algo diferente.
Fuente: La Voz