jueves,18 agosto 2022
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Victoria Marrero,única mujer en las 5 candidaturas a rector:

«La UNED ha visto reducido su papel en el sistema universitario español»

Redacción
Victoria Marrero, única mujer en las 5 candidaturas a rector, dice que son mayoría en la UNED (tuvo dos rectoras), y ofrece soluciones para recuperar "su papel en el sistema universitario español". Convencida de que aún puede ser la universidad no presencial más importante en lengua española por sus muchas oportunidades digitales, resta importancia a que Telefónica y Banco de Santander hayan aprovechado su presencia en el consejo para hacer la competencia en curso a distancia.

¿En qué se diferencian sus propuestas respecto al Rector actual y los demás candidatos ante el papel de la universidad en la sociedad moderna?

Mis propuestas buscan corregir una etapa de bajo nivel en la gestión de la UNED. Como consecuencia de la escasa acción del rectorado en los últimos cuatro años, nuestra universidad ha visto reducido su papel en el sistema universitario español y mi proyecto pretende dar un nuevo impulso para situar a la UNED en una posición de referencia en el campo de la educación a distancia en el contexto nacional e internacional.

Los cambios necesarios en los próximos años se pueden agrupar en tres niveles. En el nivel metodológico, la UNED necesita dotar de coherencia a su modelo para sacar provecho de los recursos actualmente invertidos en tecnologías para la enseñanza y la gestión del proceso de enseñanza y aprendizaje. Necesitamos mejorar la calidad de nuestros servicios educativos sin que eso pase por incrementar la tareas de los docentes. También se necesitan cambios en las tecnologías, tanto en las destinadas a la docencia como a la gestión de los servicios administrativos. Eso es muy evidente especialmente en los casos de nuestro campus virtual y los recursos didácticos y de evaluación, y en el sistema de matriculación. Por último, también son necesarios cambios en el nivel organizativo y normativo. Las nuevas necesidades de la sociedad requieren que nos organicemos internamente de otro modo, lo que lleva a la necesidad de potenciar unos servicios y de crear nuevas estructuras como sucede en el caso del apoyo a la docencia y la investigación. Y en aspecto normativo, la UNED necesita integrar de manera efectiva a sus profesores tutores, lo que demanda introducir una nueva figura de profesor tutor de enseñanza universitaria, con la que puedan superarse las limitaciones que arrastramos desde la precaria implantación de ese cuerpo en la UNED.

¿Y cuales son tales diferencias respecto sobre el futuro de la educación superior y también sobre la concepción del pacto educativo que tienen el Gobierno y los partidos de oposición?

La UNED debe jugar un papel activo en la definición de los cambios que están teniendo lugar en nuestras sociedades y que van a condicionar el futuro del sistema de educación superior en su conjunto. Esos cambios afectan a las formas de acceder al conocimiento, a la prestación de servicios educativos de nuevo tipo y la realización de las tareas de investigación y divulgación de la ciencia. Globalmente están muy relacionados con el modelo de la UNED, porque en su mayoría suponen deslocalizar gran parte de la actividad institucional, ya que no es necesario estar físicamente en las aulas para desarrollar las competencias que se exigen en los grados y másteres.

Insisto en la idea de que, en mi opinión, el actual equipo de gobierno no está sabiendo preparar nuestra organización para actuar en ese entorno. La indefinición del modelo de la UNED en el nuevo contexto y frente a las nuevas dinámicas sociales, y la insistencia en explotar un modelo de universidad a distancia concebida en los años 70 del pasado siglo, están impidiendo a la UNED liderar ese proceso de evolución que es tan necesario en el conjunto del sistema de educación superior en España. De ahí la necesidad y la urgencia de afrontar cuanto antes los cambios imprescindibles para actualizar la UNED, para a continuación, colaborar con esa misma reflexión que se está ya incorporando a la agenda de las universidades presenciales.

Respecto de las discusiones entre los grupos parlamentarios, vemos ese trabajo en un plano estrictamente institucional. Apoyamos la presencia de la UNED en la comisión parlamentaria sobre el futuro de la educación y consideramos que debería ser una oportunidad para mostrar al Gobierno y a los grupos políticos la importancia de nuestra universidad y la transformación que está dispuesta a realizar. Una vez en el Rectorado solicitaré entrevistas con la Comisión de Educación del Congreso y los grupos parlamentarios porque hay muchos aspectos de nuestra Universidad que dependen de las instituciones estatales al ser la única universidad plena que depende del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

En caso de que usted ganara las elecciones, ¿en qué se beneficiarían los profesores e investigadores, resto del personal y estudiantes de la UNED?

Nuestro modelo de universidad, que es el resultado de un análisis colectivo, profundo y detallado de varios años, tiene como objetivo principal mejorar la calidad de los servicios que ofrecemos al estudiante. Para ello la organización debe dotarse de nuevos procesos y metodologías que hagan posible escalar los servicios, para hacer compatible contar con cifras de estudiantes masivas y recuperar al mismo tiempo las condiciones de trabajo de nuestros profesores, que deben contar con una carga docente asumible y más disponibilidad para investigar. En la base de los cambios organizativos se sitúa la redefinición del perfil de nuestros profesores tutores, cuya figura requiere un reconocimiento acorde a sus funciones, y dotarnos de nuevas unidades y servicios de apoyo a la docencia donde participe el personal de administración y servicios tanto de la sede central como de los centros asociados, cuyo papel en el nuevo modelo de la UNED es determinante.

Hay cierto consenso en la comunidad universitaria de que la UNED tenía mayores oportunidades que el resto para aprovechar las oportunidades de la revolución digital y no las ha aprovechado comparativamente para mantener o ampliar su cuota en la educación on line o educación a distancia. ¿Por qué ha sucedido esto y cómo podría remediarse?

Pese a la inacción del último equipo de gobierno que comentaba anteriormente, estoy convencida de que la UNED sigue teniendo muchas oportunidades para contribuir a la aceleración del inevitable cambio digital de nuestro sistema universitario. Tenemos la experiencia de diversos momentos de adaptación a cambios tecnológicos y sabemos que es un proceso permanente e intenso. Aunque han aparecido nuevos competidores, seguimos siendo la universidad de referencia. Hemos perdido cierta capacidad de adaptación estos últimos años pero nuestras fortalezas siguen siendo muy importantes. Debemos contar, eso sí, con que ya no tenemos el monopolio de la enseñanza no presencial porque esa modalidad se está expandiendo muchísimo. Hay mucha experimentación al respecto, y en ello debemos colocarnos a la vanguardia. La UNED está en condiciones de recuperar posiciones porque cuenta con un profesorado, un personal de administración y servicios, una estructura y unos estudiantes que, tanto por cantidad como por su calidad, contribuyen a su fortaleza.

En los últimos años, el Banco Santander y Telefónica, miembros del consejo de la UNED, lanzaron su propias plataforma educativas y a distancia, algunos critican que incluso utilizando recursos de la UNED. En cualquier caso, ¿si usted fuera rectora cambiaría algo las relaciones con empresas interesadas en colaborar con la universidad?

La pregunta me parece que reduce excesivamente la importancia de los consejos sociales de las universidades públicas, que son órganos de presencia y control de la sociedad. En el nuestro, como corresponde a una universidad dependiente del Ministerio de Educación, participan destacadas personalidades de la vida social, empresarial, sindical y política española. La presencia de esas personas en el Consejo Social no es comparable con una Junta de Accionistas. Me parece fundamental ampliar y potenciar la relación de la universidad con empresas, sindicatos, organizaciones de la vida civil y todos aquellos que estén interesados en el conocimiento, su transferencia, la innovación y el desarrollo cultural.

Ahora, algunas voces de autoridad como un estudio de la UOC dirigido por LLuis Pastor señalan que en diez años desaparecerán la mitad de las universidades actuales: ¿Existe algun riesgo de que UNED sea una de ellas?

Hay estudios muy diversos y la prospectiva sobre las tendencias tecnológicas y su incidencia social, y sus conclusiones son muy variadas. Mi enfoque sobre la educación superior y el papel del conocimiento en nuestras sociedades, me hace estimar más bien que en los próximos diez años se ampliarán las oportunidades y las necesidades de formación avanzada y que las universidades, aunque con profundas transformaciones, conservarán o incluso aumentarán su papel. Lo importante para organizaciones tan grandes y complejas como la UNED es estar atentas para introducir cambios y adaptaciones que sean flexibles, revisables, graduales y dinámicas, con una orientación clara sobre el rumbo que debemos seguir.

Como única mujer candidata y catedrática de lengua española, ¿qué ventajas e inconvenientes tiene esta lengua para la UNED y cómo pueden modificar las universidades el futuro del empleo y del desarrollo de las ciudades con las tendencias de la digitalizacion y de la robótica?

La difusión del español, y del conocimiento en español es una de las grandes líneas de desarrollo estratégico que la UNED tiene que adoptar en un futuro inmediato. Estoy convencida de que podemos ser la universidad no presencial más importante en lengua española. Ya disponemos de algún recurso para conseguirlo, como el Centro Universitario de Recursos y Servicios del Español como Lengua Extranjera (CURSELE), que apenas ha iniciado su andadura, pero solo necesita un impulso decidido para colocarnos en esa vía.

En cuanto a mi condición de mujer, la comparto con la mayor parte de mis colegas: en la UNED las mujeres somos mayoría y en nuestros 40 años de historia ya hemos contado con dos rectoras —la primera de ella también lo fue en el sistema universitario español, la profesora Elisa Pérez Vera—, algo que no ha sucedido en ninguna otra universidad española. Por supuesto, tenemos aún barreras que superar ya que seguimos siendo minoría en las cátedras, en los decanatos y en las direcciones de escuela, por ejemplo. Pero vamos avanzando

 

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