En muchos campos, profesión y titulación son casi inseparables. Son marginales y escasos los casos de "espontáneos", "aficionados" o "intrusos" en medicina o ingeniería. Pero no ocurre lo mismo con profesiones vinculadas a conocimientos de aplicación múltiple, como filología, matemáticas, historia, comunicación…o gestión económica y empresarial.
Excepto en campos muy especializados reservados a titulados en Ciencias Económicas y Empresariales, los profesionales dedicados a dirección de empresas, gestión financiera o de ventas, tratamiento de la información, "coaching", turismo, mercados internacionales, consultoría, publicidad o medio ambiente, provienen de formaciones muy diversas: economistas, ADE, psicólogos, ingenieros, informáticos,…
Más aún: en un mundo tan cambiante y polivalente como el actual, escasean cada día más los puestos reservados para un perfil definido de profesionales. En una "formación de por vida" el sello del título de formación superior no garantiza un destino profesional fijo. Como indica Virginio Gallardo(@virginiog ) en un reciente tuit, para todas las profesiones debe partirse del hecho de que "solo el 29% consigue trabajar en lo que estudia; no estudiemos para un trabajo (muchos caducos) sino en formas de trabajar, en empleabilidad"
Pero incluso es una simplificación inadmisible generalizar la figura del "economista" de nuestras Facultades de Ciencias Económicas y Empresariales. Cada día los grados son más diversos: Marketing, Turismo, Finanzas, e-Business, Gestión aeronaútica…o mixtos de Economía o ADE con Derecho, Periodismo, Política,etc.
Somos una tribu muy diversa, aunque con ciertos rasgos básicos comunes que nos identifican. También los "hombres de barro"Asaro de Papua Nueva Guinea (que incluyo como imagen adjunta) presentaban una imagen similar, reluciendo en la noche con sus máscaras de arcilla blanca para intimidar a las tribus vecinas.
En un instructivo post, José Moises Martín Carretero ( @jmmacmartin) diferencia cuatro categorias principales de economistas http://economistasfrentealacrisis.com/economistas-fisicos-ingenieros-fontaneros-y-zahories/. Siguiendo a Mankiw distingue primero entre economistas científico/físicos, dedicados al estudio académico de leyes/modelos y economistas ingenieros, que diseñan y evalúan el funcionamiento macro a escala global o de países.
Pero lo más relevante, también en mi opinión, es el recordatorio de que la mayoría de los economistas son fontaneros, en la aceptción ya utilizada por Esther Duflo: "aquellos que tienen una serie de herramientas que aplicadas metódicamente resuelven el 99% de los problemas y cuestiones económicas de la vida diaria". Estos son los frecuentemente olvidados gestores, a escala macro o de empresa u otras instituciones, en temas financieros, comerciales, contables, fiscales,…
Los posibles errores y aciertos de los economistas (y de los que actúan en funciones, tengan o no título oficial) deben analizarse referidos a los diferentes grupos profesionales. Como académicos, podemos debatir sobre el realismo y capacidad explicativa de teorías y modelos económicos.
Como profesionales de la macroeconomía debemos, con modestia obligada, reconocer nuestras limitaciones, pero también la utilidad de nuestros diagnósticos. Como dice José Luis Ferreira ( @JL_Ferr) en su post Qué (no) sabemos los economistas:"los economistas tenemos una idea bastante buena de cómo debe ser el sistema económico para que tenga los menos accidentes posibles…(aunque) no predecimos las crisis, no sabemos qué hará la bolsa y no sabemos si los políticos nos harán caso".
Como profesionales economistas-fontaneros, el diagnóstico es incluso más complejo. Es una tribu tan variada como para exigir diagnósticos especializados que se salen de los límites de este post. Lo que sí parece claro es que existe una demanda creciente de nuestros servicios, prueba evidente de que somos útiles en los más variados campos. Pero también es bueno avisar que, como todo profesional que se mueve en un mundo complejo y cambiante en que las personas son los principales protagonistas, no tenemos fórmulas mágicas, sino aproximaciones y recetas parciales.
Como decía un director de empresa, no podemos evitar el equivocarnos; tratemos de acertar con nuestras soluciones en una mayoría de ocasiones y reaccionar con rapidez para corregir nuestros errores ¡No pidamos a la variada tribu de los economistas más que a los profesionales de la sanidad, la justicia, la educación o la política!
Antonio Pulido http://www.twitter.com/@PsrA