La Comisión ha publicado los resultados anteriores en el cuadro de indicadores sobre la inversión en investigación y desarrollo industrial en la UE (EU Industrial R&D Investment Scoreboard) de 2014, que analiza los datos de las 2 500 principales empresas del mundo, que representan alrededor del 90 % del gasto total de las empresas en I+D. Los datos revelan que las empresas de la UE (633) invirtieron 162 400 millones de euros en 2013, mientras que las estadounidenses (804) invirtieron 193 700 millones de euros, y las 387 japonesas, 85 600 millones.
Carlos Moedas, comisario responsable de Investigación, Ciencia e Innovación, ha señalado lo siguiente: «Pese al difícil clima económico, las empresas de la UE siguen invirtiendo en I+D. Es buena noticia, pero debe hacerse más para no quedar a la zaga de nuestros competidores. En una situación de restricción de los recursos públicos, resulta aún más esencial atraer las inversiones privadas en I+D. El programa Horizonte 2020 implica ya a más empresas que nunca, pero estamos preparados para mejorar posiciones. El plan de inversiones de 315 000 millones de euros presentado por la Comisión y el Banco Europeo de Inversiones ayudará a movilizar más inversiones privadas en proyectos de más riesgo, lo que beneficiará a la I+D en toda Europa.»
Tibor Navracsics, comisario de Educación, Cultura, Juventud y Deporte, ha subrayado al respecto: «Gracias a la presencia de excelentes investigadores y a las buenas oportunidades para compartir conocimientos, Europa es un destino atractivo para las inversiones en I+D. Ahora bien, mantener la competitividad frente a nuestros competidores mundiales nos exige impulsar la inversión, que debería beneficiar a una serie de disciplinas y ámbitos de investigación. La creación de una economía del conocimiento requiere unas bases sólidas, y confiamos en que nuestros socios industriales nos apoyen en este esfuerzo.»
Empresas y sectores que más invierten en I+D
El fabricante de automóviles Volkswagen, con sede en la UE, lidera la clasificación mundial por segundo año consecutivo, con una inversión total en I+D de 11 700 millones de euros (un aumento del 23,4 %). Samsung (Corea del Sur) ocupa el segundo puesto de la clasificación, seguida por Microsoft (EEUU).
El sector del automóvil, donde las inversiones siguieron creciendo un 6,2 %, representa una cuarta parte de la inversión total en I+D de las empresas del cuadro de indicadores de la UE. Por otro lado, los sectores de alta tecnología, como la industria farmacéutica o el hardware y los equipos tecnológicos, han crecido menos y han reducido la media global de la inversión europea en I+D.
Empleo
En 2013 las empresas del cuadro de indicadores emplearon a 48 millones de personas en todo el mundo. En los ocho últimos años (2005-2013), el empleo en las empresas establecidas en la UE ha crecido un 18,2 %, impulsado por los sectores de más intensidad de I+D. Esta tendencia mantiene su pujanza pese al ligero descenso del empleo (0,6 %) registrado por las empresas de la UE el año pasado.
Tendencias
El 97 % de la inversión en I+D de las empresas de la UE corresponde a empresas establecidas en diez países. El rendimiento global lo lideran en gran medida empresas de tres países —Alemania, Francia y Reino Unido— cuyas inversiones representan más de dos tercios del total. En Alemania y el Reino Unido, la inversión de las empresas siguió creciendo (un 5,9 % y un 5,2%, respectivamente) por encima de la media, mientras que en Francia la inversión en I+D descendió (– 3,4 %).
El descenso de la inversión en algunas grandes empresas de la UE afectó de manera especial a la tasa de inversión en I+D de sus respectivos países. Así ocurrió con Nokia (– 17,1 %) o STMicroelectronics (– 19,2 %), con el consiguiente impacto significativo en la inversión total de Finlandia (– 11,6 %) y los Países Bajos (– 0,1 %), respectivamente, dos de los diez primeros países europeos.
Entretanto, la inversión en I+D de las empresas del cuadro de indicadores de algunos países de la UE creció por encima de la media mundial —Irlanda (13,6 %) e Italia (6,4 %)— y por encima de la medida de la UE —España (4,4 %)—.
CCOO señala que el Gobierno no utiliza la I+D como herramienta para salir de la crisis
El presupuesto nominal de la política de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) aumenta un 4,8% en 2015 y obtiene 291 millones adicionales (pasa de 6.104 a 6.395 millones). Esta aparente mejora del gasto público en I+D+i desaparece al analizar de forma detallada el presupuesto de esta política.
Según CCOO en un informe, las prioridades presupuestarias para 2015 del Gobierno dentro de la política de I+D+i son desequilibradas y profundizan la tendencia marcada en anteriores presupuestos, devaluando el sistema público de I+D+i y destruyendo los avances logrados en años anteriores y que serán casi imposibles de recuperar en el corto plazo, incluso aunque se recuperasen de golpe los recortes presupuestarios.
Durante años, España aumentó lentamente su esfuerzo global en investigación y desarrollo, desde el 0,81% del PIB en 1996 al 1,06% en 2004 hasta alcanzar el 1,40% en 2010, año a partir del cual el gasto en I+D cae más que la economía y empieza a perder peso en relación al PIB: 1,30% del PIB en 2012 y el 1,24% según el avance de datos correspondiente a 2013. Estos niveles son muy inferiores a los de la Unión Europea y la Eurozona, debido principalmente al déficit de inversión en I+D del sector empresarial, mientras que el sector público sí logró aproximarse al promedio europeo. Entre 1996 y 2012 España redujo la brecha que le separa de la UE en materia de I+D en menos de una décima del PIB, por lo que a este ritmo harían falta más de 170 años para alcanzar el gasto medio en I+D de la Eurozona. Durante la crisis en Europa ha seguido aumentando el gasto en I+D y ganando peso en el PIB, mientras que en España el recorte de la I+D es mayor que la caída de la economía, lo que está de nuevo agrandando la brecha que nos separa de Europa en investigación y desarrollo.
En 2015 el 62,4% de los fondos públicos asignados a la política de investigación no serán gasto real (inversiones, salarios, transferencias,…) sino préstamos y anticipos reembolsables a agentes públicos y privados para financiar sus actividades de I+D+i por importe de 3.989 millones. Desde hace más de una década estos préstamos y anticipos (el capítulo 8 del presupuesto) han sido el instrumento predominante para dotar los fondos de la política de I+D+i con unos resultados muy deficientes en su gestión y ejecución, que deja año tras año la mayoría de dichos préstamos sin conceder, por lo que el presupuesto inicial difiere mucho del realmente ejecutado.