jueves,18 agosto 2022
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ABC achaca esas técnicas a grupos organizados

Los Mossos evitan una violencia como la vivida en Madrid ante técnicas de guerrilla urbana

Redacción
Los Mossos evitaron este sábado en Barcelona, tras la marcha contra los recortes públicos en educación y sanidad, una violencia como la vivida el 22-M en Madrid, donde tras la protesta contra la Monarquía ayer se registraron nuevos incidentes, un detenido y ocho heridos. Pero los análisis dedicados por la prensa gubernamental a la inusitada violencia de hace una semana en el centro de Madrid, secundada días después en varias universidades, sugieren la presencia de técnicas de guerrilla urbana.

Los medios gubernamentales limitan a 4.000 las personas que se manifestaron en la tarde de este sábado en Barcelona contra los recortes de servicios públicos como la educación y la sanidad, en esta ocasión bajo el lema "Desobediencia 2014. Ellos no mandan si nosotros desobedecemos. Paremos las leyes de Gallardón". También cifran en un centenar a las personas que secundaron ayer la manifestación contra la Monarquía, convocada en este caso por la Coordinadora 25-S en la plaza de Neptuno de Madrid, a escasos metros del Congreso de los Diputados.Y de ambos señalan que carecían de comunicación.

La manifestación de Barcelona, convocada por diferentes colectivos sociales contra los recortes de derechos y en apoyo a los encausados por el bloqueo del Parlamento de Cataluña en 2011, fue disuelta por los Mossos d´Esquadra después de que un grupo de encapuchados comenzara a romper los cristales de diversas entidades bancarias. Los disturbios se saldaron con cinco detenidos, según los datos facilitados por la Consejería de Interior de la Generalitat. Eran alrededor de 4.000 personas, según los datos facilitados por la Guardia Urbana citados por diversos periódicos. Los disturbios se saldaron con cinco detenidos, según los datos facilitados por la Consejería de Interior de la Generalitat.

La manifestación no había sido notificada al departamento de Interior de la Generalitat. Arrancó en la plaza de Cataluña rodeada de un fuerte dispositivo policial formado por más de un millar de agentes de los Mossos D´Esquadra y la Guardia Urbana. El operativo policial cortó el paso a los manifestantes en el Paseo de Gracia y les obligó a avanzar por la Gran Vía barcelonesa. Los manifestantes corearon consignas contra los recortes de derechos que, a su juicio, representan iniciativas legales como el anteproyecto de la Ley Orgánica de Protección de la Seguridad Ciudadana o la reforma de la ley del aborto.

Al mismo tiempo, un centenar de personas secundó ayer la manifestación contra la Monarquía convocada por la Coordinadora 25-S en la plaza de Neptuno de Madrid, a escasos metros del Congreso de los Diputados. La protesta, cuya celebración tampoco había sido comunicada al Ministerio del Interior, fue custodiada por un fortísimo despliegue policial. Tras finalizar la manifestación grupos de radicales lanzaron piedras contra los agentes de la Unidad de Intervención Policial, que se vieron obligados a intervenir para dispersar a los alborotadores. Según informan las agencias, los altercados se saldaron con un detenido y ocho heridos leves, entre ellos dos policías.

La Coordinadora 25-S, convocante de la manifestación bajo el lema "Jaque a la Monarquía", denunció que el actual régimen es ya totalmente incapaz de dar solución alguna a los gravísimos problemas sociales y democráticos" que sufre la ciudadanía. Los convocantes también aprovecharon para denunciar la "represión brutal" que, a su juicio, está ejerciendo el Gobierno contra las movilizaciones populares para "amendrentarlas" y "neutralizarlas". En este sentido, exigieron la puesta en libertad del único detenido en los disturbios del sábado pasado tras la Marcha por la Dignidad que todavía sigue en prisión.

Valoraciones de la prensa

EL MUNDO, ABC y LA RAZÓN analizan hoy la escalada de violencia protagonizada por los grupos radicales de izquierda. Según informa ABC, estos grupos antisistema se nutren de jóvenes del entorno de ETA, Resistencia Galega o los Grapo.Fuentes de los Servicios de Información citadas por LA RAZÓN advierten de que estas protestas tienen como objetivo desestabilizar el actual sistema democrático y van a ir a más en los próximos meses. Según estas fuentes, los radicales se plantean ahora cometer atentados contra personas. Por su parte, EL MUNDO informa sobre los nexos existentes entre los radicales de Cataluña y el País Vasco, y destaca en su portada que "los independentistas catalanes ya mandan sobre los abertzales".

Agentes de la Unidad de Intervención Policial muestran en declaraciones a ABC su preocupación por el salto cualitativa que han experimentado los disturbios callejeros. "Estuvieron cerca de matar a algún policía e incluso a transeúntes. Quizá lo consigan en la próxima convocatoria, o en la siguiente… Han entrado en una espiral que, como no lo remedien los políticos, puede acabar en tragedia (…) Durante el 22-M hubo momentos en los que la situación estaba fuera de todo control. Quedó a merced de la mano de Dios y, por lo que se ve Dios no lo quiso, porque si no…".

Igualmente, ABC, tras publicar extensas declaraciones del ministro de Interior, dice que tras el 11-M operan en España 3.500 radicales de izquierdas violentos y activos. Hay entre 80 y 100 grupos, de distinta envergadura, peligrosidad e incluso matices «ideológicos». El 80% de las siglas y de sus miembros se corresponden con la corriente «antifascista»;el restante 20% lo conforman los anarco-insurreccionalistas y libertarios, más violentos y de inspiración terrorista. Estos últimos están formados por colectivos «okupas» radicales, lo que dificulta su identificación. No se prodigan en tantas manifestaciones (en las Marchas de la Dignidad del 22-M no se dejaron ver), pero son extremadamente peligrosos: manejan mucho mejor las técnicas de guerrilla urbana, con la formación de «black blocks» (o bloques negros), para enfrentarse a la Policía, o la posesión de cócteles molotov.Son métodos asimilados de la «kale borroka» vasca. Da por hecho así lo que criticaba el editorial de EL PAIS tras los sucesos de hace una semana en Madrid: "Lo que no puede aceptarse es que esas reivindicaciones sean compatibles con la guerrilla urbana».

Tambien ABC indica que la Fiscalía de Madrid está estudiando la posibilidad de agravar los cargos contra los imputados por los disturbios del 22-M, si se acreditara lo que parece evidente, que actuaron como organización o grupo criminal. Aunque el Estado de Derecho avance en nuevos y necesarios enfoques legales de la lucha contra la violencia ultraizquierdista, la connivencia de una parte de la izquierda social y política sigue siendo el principal obstáculo para su plena deslegitimación. En una semana, Madrid ha sido tomada por bandas organizadas de extrema izquierda violenta, que arrasaron el centro de la capital, hirieron a 67 policías y asaltaron campus universitarios. El PSOE dio la patética explicación de que su condena llegó tarde por el luto oficial decretado por el fallecimiento de Suárez. IU minimizó los incidentes para poner el foco en la violencia "antisocial" del Gobierno. Con esta izquierda parlamentaria no es de extrañar que la extrema izquierda se considere autorizada a emplear la violencia. El problema es que la izquierda política española se siente seducida por todos los movimientos antisistema porque ha dejado de creer en el consenso constitucional y le resulta cada día más difícil defender una Constitución en la que no cree. Hay que tomarse en serio la violencia ultraizquierdista porque forma parte, aunque no sea de forma premeditada, de un entramado de actitudes de la izquierda en su conjunto contrario al orden constitucional de 1978.

Otras opiniones publicadas hoy por la prensa son:

Una izquierda que amenaza la democracia(LA RAZÓN): Existe una seria amenaza en la ultraizquierda contra la convivencia y la democracia y es preciso actuar contra ella.

Derecho a manifestarse(José María Carrascal ABC ): No se trata de la libertad de expresión, se trata de equilibrar los derechos de todos los ciudadanos, base de la democracia.

Los nuevos grises(Iñaki Ezkerra ABC ): No es éste el momento de hablar de la brutalidad policial sino de la brutalidad antisistema.

Sin rodeos(Álvaro Martínez ABC):  Nada conseguirán, porque en una democracia se obedecen las leyes y el mate se da en las urnas, no con pasamontañas. Sin más rodeos.

Por su parte, EL MUNDO habla de "relaciones fluidas y constantes entre los independentistas vascos y catalanes. Es la conclusión fundamental que hacen los servicios de inteligencia del Estado de la conexión que se ha fortalecido en los últimos años entre los grupos más radicales de las dos comunidades autónomas. En Cataluña, esos grupos están encabezados por la Candidatura d´Unitat Popular (CUP) y en el País Vasco reúnen al conglomerado que se mueve en torno al Movimiento de Liberación Nacional Vasco (MLNV). Objetivos comunes, pues, entre los proetarras y los separatistas catalanes. Y métodos de los que, en esta ocasión, aprende la izquierda vasca, que "reduce a la mínima expresión" las "consignas de combatividad" tras ver el respaldo social que tiene en una parte de la población la estrategia de las CUP, a la vez que esperan "su momento", indican los informes. Los servicios de inteligencia destacan que el MLNV se fija en la influencia de las CUP en la "órbita de los movimientos sociales" y en los éxitos que están alcanzando "desde el independentismo sociológico" y concluyen que existe un vínculo natural entre las CUP y el conglomerado Bildu-Amaiur. Mas debe reflexionar porque tiene peligrosos compañeros de viaje en su aventura separatista cuya ola le puede arrastrar al abismo.

El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, en una entrevista concedida a ABC, lamenta las agresiones sufridas por policías antidisturbios tras la Marcha por la Dignidad del pasado día 22 en Madrid. "Creo que es evidente que la agresión fue brutal y pudo costar vidas humanas. Creo que este grado de violencia no puede ser tolerado ni justificado bajo ningún concepto", señala. El ministro reconoce que se pudo cometer algún "error de coordinación" en el dispositivo policial, pero añade que "el verdadero problema es que ese día centenares de radicales agredieron a la Policía con violencia extrema y destrozaron bienes públicos y privados". "Creo que la profesionalidad de la Policía ha quedado absolutamente acreditada en numerosas ocasiones y yo quiero aprovechar para agradecer, reconocer y apoyar ese trabajo, especialmente el de las Unidades de Intervención Policial que actúan en las manifestaciones para proteger la seguridad y los derechos de todos", señala.

Fernández Díaz asegura que tras los graves disturbios del pasado día 22 "están más de veinte grupo radicales y violentos de extrema izquierda". El ministro lamenta que las agresiones sufridas por los policías antidisturbios se hayan saldado con el ingreso en prisión de un solo individuo, y explica que "el anteproyecto de la Ley Orgánica de Protección de la Seguridad Ciudadana pretende crear un marco jurídico adecuado para responder con contundencia a estos actos violentos". Según explica, los protagonistas de estos disturbios no son "indignados" sino "grupos peligrosos y organizados, que persiguen subvertir nuestro sistema de convivencia y hacerlo con violencia extrema".

El ministro del Interior echa de menos que PSOE e IU condenarán los sucesos de forma inmediata, clara y contundente. Asegura que no se dio ningún tipo de instrucción a los antidisturbios para que actuasen de forma diferente por la presencia de observadores de la OSCE, que espera que hayan "tomado nota de que tenemos un Estado de Derecho que funciona correctamente y sobre todo hayan constatado la violencia extrema de esos grupos radicales y la profesionalidad de nuestra Policía". "En cualquier caso", añade, "en España necesitamos pocos observadores internacionales, ya que aquí se ejerce con normalidad el derecho de reunión y manifestación".

Cifuentes: "Hay que cambiar los protocolos"

Por su parte, la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, analiza lo sucedido el 22-M en una entrevista concedida a LA RAZÓN, en la que dice que "no había visto nunca tantísima violencia desmedida y tanta saña contra la Policía". "Eran salvajes que iban a matar a policías", afirma. Cifuentes niega que ordenara a los antidisturbios que no dispararan pelotas de goma, y afirma que es partidaria de que "cuando hay una alteración del orden público la Policía tiene y debe intervenir con todos los medios que tiene a su disposición y especialmente cuando está siendo víctima de una agresión directa". La delegada del Gobierno considera necesario revisar los protocolos de actuación de la Policía para evitar que se repitan situaciones como las vividas en Madrid tras la Marcha por la Dignidad. "No quiero volver a tener que ver imágenes de unos policías que están siendo agredidos y se sienten indefensos. La lucha callejera está cambiando y quizá haya que adaptar la forma de actuación o los protocolos de las UIP a este tipo de lucha callejera", señala.


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