viernes,19 agosto 2022
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Ibarrarán, Pablo; Medellín, Nadin; Stampini, Mar / BID

Más inclusión social: Lecciones de Europa y perspectivas para América Latina

Redacción
La demanda potencial de servicios sociales diferenciados para pobres y vulnerables es de 50,7 millones de personas, equivalente al 9% de la población de ALC. Tres de cada diez de las personas que requieren servicios sociales diferenciados están en pobreza extrema y requieren atención prioritaria. Hay que notar también que el tipo de servicios sociales para un mismo colectivo variará de acuerdo con la intensidad de la pobreza en un país determinado.

La región de América Latina y el Caribe, según el libro, ha avanzado tanto en la reducción de la pobreza y, en menor medida, de la desigualdad como en el fortalecimiento de instituciones para la implementación de la política social. Tras la exitosa adopción de programas de transferencias monetarias condicionadas, en la mayoría de los países de la región ha surgido la necesidad de políticas complementarias que promuevan la inserción social y productiva de la población pobre y vulnerable, reconociendo que la pobreza y la vulnerabilidad tienen múltiples causas. En este contexto, se ha evidenciado la necesidad de estructurar políticas sociales complementarias a las políticas sectoriales tradicionales (educación, salud, vivienda, trabajo y apoyo al ingreso). Esta monografía revisa el concepto de servicios sociales que buscan promover la inserción social y discute la experiencia europea, donde los servicios sociales han logrado un importante nivel de desarrollo. Asimismo, se discuten las perspectivas para implementar servicios sociales en América Latina y el Caribe y se presenta un análisis de la demanda potencial por estos servicios para atender a los grupos más vulnerables. 

La demanda potencial por servicios sociales diferenciados varía de manera significativa entre los países de la región, dependiendo de:

• El porcentaje de la población total que vive en condición de pobreza o vulnerabilidad y la incidencia en los grupos de edad específicos.

• La estructura demográfica, específicamente el porcentaje de población:

  • menor de 4 años.

  • joven de 13 a 21 años.

  • mayor de 75 años.

• Factores sociales, incluyendo la inactividad de la población joven de 13-21 años y la tasa de fertilidad adolescente. 

Así, manteniendo todo lo demás constante, si aumenta la incidencia total de pobreza y vulnerabilidad por ingreso, el peso de los grupos demográficos específicos y/o la incidencia específica de pobreza y vulnerabilidad para alguno de los colectivos, aumentará el porcentaje de la población que requiere servicios sociales. Los países con mayores niveles de pobreza (Guatemala, Honduras y Nicaragua) son también los que tienen mayores demandas por servicios sociales diferenciados. No obstante, El Salvador tiene un nivel de pobreza y vulnerabilidad considerablemente menor que Nicaragua (84% vs. 92%), pero con una demanda relativa por servicios sociales muy similar, lo que se explica por diferencias en la estructura demográfica y, sobre todo, los factores de riesgo: en El Salvador el porcentaje de jóvenes que no estudian ni trabajan remuneradamente es mayor que en Nicaragua. Asimismo, Honduras y Guatemala tienen, con la misma población en pobreza o vulnerabilidad que Nicaragua, un porcentaje mayor de población que potencialmente demanda servicios, lo que se explica también por la situación de inactividad en los jóvenes.

Dada la importancia de la estructura demográfica en la demanda potencial por servicios sociales diferenciados, es interesante analizar la relación entre dicha demanda, el nivel de ingreso y la transición demográfica. En este sentido, para cada país la demanda de cada tipo de servicio social diferenciado, medido como porcentaje de la población total, donde los países están ordenados por la tasa de dependencia infantil (número de menores de 15 años por cada 100 personas de 15 a 64 años de edad, donde los valores más bajos reflejan un lugar más avanzado en la transición demográfica). Se observa que el grupo de primera infancia siempre es el más importante, aunque en los países más avanzados en la transición demográfica (con una tasa de dependencia infantil menor) la importancia relativa del grupo de adultos mayores aumenta notablemente. Asimismo, es posible observar que varios países han logrado eliminar la pobreza entre los adultos mayores, en particular la pobreza extrema. Tal es el caso de Chile, Uruguay, Costa Rica, Brasil y Argentina. Para efectos de los servicios sociales diferenciados—que no incluyen las transferencias monetarias o prestaciones económicas— es importante desarrollar y validar instrumentos para identificar necesidades de cuidado por razones de falta de autonomía. 

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