jueves,18 agosto 2022
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No a un constitucionalista, sí a un exterrorista

Economía sin dirigir
Tras anunciar Iñigo Urkullu, el actual Lehendakari del País Vasco, elecciones para el próximo 25 de septiembre, el aparato electoral se ha puesto en marcha, no exento de polémicas, por la candidatura de Arnaldo Otegui a Lehendakari.

El miércoles 19 se registraba por la lista de EH Bildu, con el objetivo de alcanzar la presidencia, Arnaldo Otegui. Su candidatura oficial, en virtud de una sentencia firme del Tribunal Supremo, no podría realizarse hasta al menos superar la fecha de 2021. Ese mismo día, resultando quizá paradójico, el Comité Federal del PSOE volvía a dar la espalda a Mariano Rajoy, repitiendo ese famoso "no es no".  Pero mientras tanto, por otro lado, la secretaria de Estudios del PSOE, Meritxel Batet, daba del visto bueno a la candidatura de Otegui, a un exterrrorista  y secuestrador,  afirmando que "puede presentarse porque ya ha cumplido sus obligaciones jurídicas". Debe de ser que conoce más derecho que todos los fiscales del Estado o todos nuestros jueces; últimamente nos sorprenden con todo, así que no es tan descabellado pensarlo.

Lo que sí seguramente conoce son los nombres de Isaías Carrasco, Fernando Múgica, Fernando Buesa, German González…, todos muertos por la barbarie de ETA en sus días más oscuros,  todos abatidos por balas y bombas de los asesinos, todos militantes socialistas. ¿Pero a quién le puede extrañar ese trato compasivo de Batet?, cuando ya el mismísimo Zapatero en sus tiempos de presidente implantó la semilla, realizando comentarios de tal índole como "Otegui ha hecho un discurso de paz".

Viendo tal panorama, la situación es tal que podría hacer citación al juicio de Jesús, donde Poncio Pilatos preguntó: "¿a quién queréis, a Jesús o a Barrabás? Y a su vez el público respondió "a Barrabas", interpretando el papel de Poncio Pilatos Pedro Sánchez y de público Batet, como a todos aquellos que lo permiten con su silencio.

Todo quizá sea un acercamiento de coalición para las elecciones del País Vasco, donde lleguen a formar parte del Gobierno, quién sabe si para algo más. Como dice el refrán popular, la política es un viaje de extraños compañeros.

La situación es esta, por muy matizadas que sean las palabras: el PSOE está realizando un acto de acercamiento a un partido pro abertzale. Dada la situación, se me viene a la cabeza aquella primera investidura fallida donde el líder de Podemos, Pablo Iglesias, le pedía que devolviese la letra S y O de sus siglas, ya que no las representaban. Y dada la situación deberían de devolver la E también, ya que dicha acción no representa a los españoles, quedándose así solo con la petra P de partido, el cual mucho me temo que si sigue en esta línea pasará a ser un mero apunte más en el libro de historia de España, donde unos como Felipe González lucharon contra el terror y donde otros como Rubalcaba, Pedro Sánchez o Zapatero se han rendido.

 

 

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