jueves,18 agosto 2022
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Mamma Erasmus" tiene 82 años y recibe el premio del Rey

Premiada la creadora del programa Erasmus, enriquecedor de Europa y de 4 millones de estudiantes

Redacción
El Rey Felipe VI entrega este lunes 9 de mayo el premio europeo Carlos V de la Fundación academia europea de Yuste a Sofia Corradi, la profesora italiana que impulsó el programa de intercambio universitario Erasmus. "Mamma Erasmus" tiene 82 años y recibe el premio en el real Monasterio de Yuste de Cáceres por su "contribución a la construcción europea". El programa de intercambio Erasmus ha creado en sus casi 30 años de actividad una red de intercambios en las que participan 4.000 centros.

Junto al Rey acuden al acto el presidente del Parlamento europeo, Martin Schulz, y la ministra italiana de Educación, Stefania Giannini. “Mamma Erasmus” entra así en una lista de premiados con el Carlos V que incluye, entre otros, al ex canciller alemán Helmut Kohl, al ex presidente de la Comisión Europea Jacques Delors, y el ex presidente de la Unión Soviética Mijaíl Gorbachov.

Con este premio, el jurado de la Fundación academia europea de Yuste reconoció la trayectoria de Sofia Corradi, profesora de ciencias de la formación de la Universidad de Roma Tre y la “gran aportación y contribución (…) a la movilidad académica como garantía del mañana y del futuro de Europa”. Corradi, por su parte, se mostró "honrada de recibir un premio tan prestigioso”, según informó la misma fundación, y agregó la importancia de que fuera España el país de donde procedía el galardón: “Un país con gran espíritu europeo, y además con fuertes vínculos con Iberoamérica".

En una entrevista para el diario Corriere della Sera, Corradi relató los primeros momentos de gestación del programa. Convencida desde el minuto uno de que sería un “programa revolucionario”, admitió que existía una duplicidad de visiones sobre su proyecto: “Había quien me decía que era una idea poco práctica, que las universidades italianas eran ya lo suficiente buenas y que no hacia falta que nuestros estudiantes tuvieran que ir al exterior para ir detrás de las chicas. Pero luego también había quienes se mostraban entusiastas tras explicarle mi idea solo unos 15 segundos”.

Más de 4 millones de estudiantes

El Erasmus nació oficialmente en 1987, y desde entonces han sido cuatro millones los europeos que se ha apuntado a este intercambio. “Los que vuelven de una experiencia en el exterior tienen una marcha más que los otros. Están más seguros de ellos mismos, aprecian más su cultura y saben cómo dialogar con otra”, apuntó Corradi. Pero subrayó la necesidad de seleccionar a los estudiantes por seriedad y real interés en descubrir un nuevo país donde estudiar: “Es importante que se seleccione solo a los que están verdaderamente motivados”, señaló durante su entrevista.

"Creía que le estaba engañando”, reflexiona a sus 82 años esta profesora italiana“¡No puede viajar por el mundo y venir luego a robar un título!”, recuerda Corradi a EL PAÍS que le gritó el conserje de La Sapienza (Universidad de Roma) delante de un gran grupo de estudiantes. Sofia Corradi, que en 1958 era una jovencita inaugurando la veintena, se sintió “ofendida y humillada”. Era una estudiante brillante y resuelta. Acababa de volver de la Universidad de Columbia, en Nueva York, donde acudió con una beca Fullbright para realizar un máster de Derecho Comparado. “¿Columbia dice? No lo había oído nunca”, le espetó el funcionario. Y nada hubiera salido igual si aquel funcionario no le hubiera respondido de malos modos.

Tras su paso por Estados Unidos y el disgusto con la Administración, tuvo que dedicar un año más a sus estudios porque no le convalidaron ninguna asignatura. “Yo podía permitírmelo porque mi padre era un geólogo reconocido que no esperaba que llevara rápido un sueldo a casa, pero pensé en todos los alumnos cuyas familias no pueden costear un gasto así”, asegura. En la gran universidad romana, igual que en el resto de Europa, no existía el reconocimiento a las materias cursadas en el extranjero. “Entonces me prometí a mí misma que ningún estudiante sufriría la misma ofensa que yo”.

Gracias en parte a su paso por la Universidad de Columbia, se convirtió con apenas 30 años en la consultora científica para las relaciones entre las asociaciones de rectores de todas las universidades italianas. Y, desde ese puesto, empezó a contar a los académicos su propuesta de todas las maneras posibles. “Les perseguía literalmente por los pasillos para darle los documentos”, explicaba el pasado jueves al teléfono desde Roma antes de viajar a España.

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