viernes,19 agosto 2022
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Claves del crecimiento

Productividad, eficiencia e innovación

Futurolandia
Productividad, eficiencia e innovación son diferentes perspectivas para observar una realidad única: la capacidad de las personas, las empresas, los gobiernos u otras instituciones, para afrontar con éxito los retos de adaptación permanente a un futuro cambiante. Para un país en su conjunto, estancarse en estos aspectos de su gestión económica, equivale a renunciar a una mejora a futuro de su capacidad y calidad productiva y, por tanto, del nivel de bienestar de sus ciudadanos.

 Tema relevante es la distribución de los efectos y costes de adaptación al cambio.

El conocido profesor Michel Porter decía, hace ya 25 años, en su célebre libro La ventaja competitiva de las naciones:"El único concepto significativo de la competitividad a nivel nacional es la productividad. Un creciente nivel de vida depende de la capacidad de las empresas de un país para alcanzar altos niveles de productividad y para aumentarla en  el tiempo. El crecimiento sostenido de la productividad requiere que una economía se perfeccione continuamente. Las empresas deben mejorar inexorablemente la productividad en los sectores existentes mediante la elevación la calidad de los productos, la adición de características deseables, las  mejoras de tecnología o superación de la eficacia productiva."

Por mi parte sólo añadiría tres matices. Primero, que la productividad no es sólo una exigencia para el mundo de la empresa, sino que se extiende al sector público y al amplio campo de todo tipo de instituciones sociales. Tanto vale para producir coches como para gestionar el medio ambiente o el servicio de bomberos. Porque las mejoras de productividad no deben identificarse con un único objetivo de reducción de costes, sino con la eficiencia a la hora de suministrar bienes y servicios, públicos y privados, de la calidad deseada.

Un segundo matiz es que la productividad está, por tanto, más vinculada con la eficiencia (relación entre recursos utilizados y producto obtenido) que con la eficacia (consecución de los objetivos fijados con los recursos comprometidos). Además la cuantificación de recursos y productos exige calibrar adecuadamente su calidad y no caer en simplificaciones sólo de cantidad.

El tercer comentario se refiere a que productores, sectores e instituciones deben trabajar en garantizar productividad, eficiencia e innovación con una visión de futuro y no limitarse a un enfoque de pasado o de muy corto plazo. Precisamente por ello, la innovación juega un papel central y no es un aditamento más a la calidad de los productos del momento, sino una adaptación permanente, anticipatoria e incluso rupturista, en un mundo cada vez más sometido a cambios disruptivos.

Debo advertir a mis seguidores que me refiero, todo el tiempo, a la que, en términos técnicos, se denomina productividad total de factores (PTF) o también productividad multifactores (PMF), más allá de la habitual productividad del trabajo, que mide la producción por unidad de trabajo ( número de empleados u horas trabajadas).

La productividad multifactores trata de valorar la eficiencia de la economía de un país, medida como la aportación adicional en términos de producción (PIB o VA) a la cantidad de recursos utilizados (trabajo y capital). Recogería así, principalmente, el efecto de la innovación en procesos productivos, estructuras organizativas y otros variados componentes de activos intangibles.

Sin entrar en detalles técnicos de cálculo (siempre complicado),  esa productividad  que aportan múltiples factores ligados a la innovación/eficiencia del sistema económico, contribuye al crecimiento de los bienes y servicios que produce una nación.

Según estimaciones del Conference Board de EEUU ( http://www.conference-board.org/Total Economy Database), durante los últimos 20 años las mejoras de productividad supusieron cerca del 6% del crecimiento del PIB en China, poco mas del 1,5% en EEUU y ligeramente por encima del 1% en el conjunto de la UE.

Para España, según cálculos de la OCDE (https://data.oecd.org/lprdty/multifactor-productivity.htm) la aportación de la productividad sería prácticamente nula durante los últimos 10 años. Si el dato de la UE es preocupante, el de España es de alerta máxima. Por supuesto se trata de estimaciones indirectas y residuales del " impacto de la eficiencia en el uso conjunto de los inputs de trabajo y capital en el proceso productivo, por efecto de cambios en las prácticas de dirección, valor de marca, cambios organizativos, conocimiento, efectos de red y de derrame de factores de producción, costes de ajuste,…" según indica la propia OCDE. Pero, con todas sus posibles imperfecciones, dan una señal de alerta cuando las comparaciones internacionales son desfavorables y se extienden a periodos amplios de tiempo.

No puede pensarse en un crecimiento diferencial positivo y  sostenible de un país dentro de un "club" (p.ej de España en la Eurozona), sin una aportación también superior y mantenida en productividad multifactores, es decir en eficiencia e innovación. Eso sí, los beneficios y costes de adaptación a las mejoras de productividad deberán repartirse introduciendo también criterios de equidad. Ya insistí en ello en un post anterior http://blog.antoniopulido.es/mejoras-de-productividad-vigilar-causas-y-consecuencias/

Antonio Pulido twitter.com/PsrA

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