Sin embargo, Zamora no recibía ninguna respuesta, por lo que una corazonada le indicó que debería probar eliminando la “s” de su nombre. Fue así como José Zamora se convirtió en Joe Zamora. Una semana después, afirma que su buzón estaba lleno.
Él afirma no haber cambiado nada más en su currículum, solo esa letra de su nombre. Tanto estudios como solicitantes afirman que los empleadores –de forma consciente o inconsciente—discriminan nombres que suenan a negro o latino, informa The New York Times.
The Hugginfton Post sostiene que, de acuerdo a un estudio, los solicitantes con nombres que suenan a personas blancas recibieron el 50% más llamadas devueltas que los solicitantes con nombres que sonaban a personas negras, una disparidad significativa.
“Tuve que dejar una letra para obtener un empleo. A veces creo que la gente no está consciente de que está juzgando, pero todos lo hacemos todo el tiempo”, dice Zamora.