jueves,18 agosto 2022
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Espera beneficiarse del triunfo de Iglesias sobre Errejon

Rajoy gana al dividirse la oposición, según la prensa

Redacción
La prensa impresa española coincide hoy en sus editoriales en que el triunfo de Iglesias sobre Errejón hace más radical a Podemos e impide acuerdos de gobierno con un PSOE en mayor división. Rajoy espera sacar ventaja, según la opinión resumida por Iñaki Gabilondo. En sus discursos de clausura de sus congresos, Iglesias ofreció "utilidad" a los españoles y Rajoy "experiencia de servicio" en el diálogo y contra el independentismo. Mientras, el PP intenta borrón y cuenta nueva con la corrupción.

Los diarios impresos prestan mayor espacio a Podemos que al PP. Este ocupa en general dos o tres páginas además, además de las referencias en primera, mientras el al partido de Iglesias le dedican tres o cuatro, si bien tres de los directores (EL MUNDO yLA VANGUARDIA) subrayan la victoria de Rajoy el último año y el de ABC que Podemos representa más casta que nunca.

Destacan todos los diarios que el reelegido presidente del PP, Mariano Rajoy, al clausurar el XVIII Congreso del PP, reivindicó la experiencia de su partido al servicio de los españoles, ofreció  diálogo a la oposición, y defendió el mandato constitucional y la unidad de España frente al desafío del separatismo en Cataluña. "No vamos a admitir la celebración de un referéndum que prohíbe nuestra Constitución, que busca la independencia de Cataluña y la ruptura de España", subrayó Rajoy, que apeló también a la "sensatez de la oposición" para que el Gobierno pueda gobernar.

De la Asamblea General de Podemos resaltan la "victoria aplastante" de Pablo Iglesias, según recoge el resumen de prensa de Moncloa, sobre su número dos, Iñigo Errejón, al ser reelegido como secretario general con el voto del 89% de los inscritos. La lista que encabeza Iglesias consiguió, además, el 50,6% de los apoyos en la elección al Consejo Ciudadano, lo que se traduce en 37 consejeros en la dirección del partido, frente a los 23 con que contará Errejón gracias al 37% de los votos. En el discurso de clausura de la asamblea, Iglesias apostó por seguir siendo "útiles a la sociedad", lo que, según dijo, exige "estar unidos y ser humildes". Errejón, por su parte, pidió que se respete el mandato de "pluralidad" dictado por la militancia.

Editoriales sobre la Asamblea de Podemos

Podemos se radicaliza  (EL PAÍS): Pese a la incuestionable victoria de Pablo Iglesias en la Asamblea de Podemos, sus apelaciones a la "unidad" suenan huecas y casi imposibles, teniendo en cuenta que cuatro de cada diez votantes inscritos no apoyaron sus tesis. Aunque los más moderados, como Íñigo Errejón, aspiraban a que Podemos madure y ponga el énfasis en el papel institucional, Vistalegre II ha consagrado el giro izquierdista del partido, ha reforzado su espíritu antisistema y ha impuesto la línea dura en los modos y discursos. Iglesias cometería un gravísimo error si cayera en la tentación de dirigir Podemos como un autócrata porque ya sabe que muchos de los suyos no están dispuestos a acompañarle en un viaje cesarista. Así las cosas, se antoja harto difícil que el Podemos salido ayer de Vistalegre pueda lograr su objetivo de sustituir como partido hegemónico de la izquierda al PSOE, siempre y cuando éste ponga fin a su crisis interna, y se recomponga y rearme ideológicamente.

La victoria clara de Iglesias no sella la división de Podemos (EL MUNDO):  Pese a la incuestionable victoria de Pablo Iglesias en la Asamblea de Podemos, sus apelaciones a la "unidad" suenan huecas y casi imposibles, teniendo en cuenta que cuatro de cada diez votantes inscritos no apoyaron sus tesis. Aunque los más moderados, como Íñigo Errejón, aspiraban a que Podemos madure y ponga el énfasis en el papel institucional, Vistalegre II ha consagrado el giro izquierdista del partido, ha reforzado su espíritu antisistema y ha impuesto la línea dura en los modos y discursos. Iglesias cometería un gravísimo error si cayera en la tentación de dirigir Podemos como un autócrata porque ya sabe que muchos de los suyos no están dispuestos a acompañarle en un viaje cesarista. Así las cosas, se antoja harto difícil que el Podemos salido ayer de Vistalegre pueda lograr su objetivo de sustituir como partido hegemónico de la izquierda al PSOE, siempre y cuando éste ponga fin a su crisis interna, y se recomponga y rearme ideológicamente.

Podemos se reafirma en el populismo más extremo (ABC): Pablo Iglesias ha barrido a la corriente liderada por Íñigo Errejón y ahora solo cabe esperar lo propio de organizaciones de afectos soviéticos como Podemos: el progresivo y virulento destierro del disidente, las vendettas internas y el cobro de facturas pendientes. En la pugna ideológica y de poder dentro del populismo para reencontrar su sitio en el panorama político, ha arrasado la lista representativa del comunismo más rancio y del populismo más extremo. Y es más que probable el renacimiento de la sobreactuación antisistema y la movilización callejera. Llega una etapa en la que cualquier atisbo de moderación en Podemos será una entelequia, y haría bien el PSOE, aunque fuese por supervivencia, en poner fin al mandato populista en las principales capitales españolas.

La radicalidad de Iglesias se impone en Podemos (LA RAZÓN): La victoria de Pablo Iglesias en la Asamblea de Podemos deja claro lo que es hoy su partido: un movimiento de izquierda radical, vagamente marxista, que busca su propia vía hacia el poder. Sin embargo, que un tercio de la militancia haya apoyado las tesis lideradas por Íñigo Errejón demuestra que entre las bases de la formación morada también se abren paso quienes piensan que es el camino de las instituciones el que mejor puede llevar a la transformación social y política de España a la que aspiran. La responsabilidad de evitar la consumación de la ruptura de Podemos recae ahora en Iglesias, que tendrá que cumplir sus promesas de unidad y humildad, procurando, sino la integración de los derrotados, al menos su cooperación.

Podemos apuesta por la agitación (LA VANGUARDIA):  Pese a que la imagen de un Pablo Iglesias reforzado en su papel de gran agitador de masas dista mucho de ser la adecuada para resolver los problemas de la sociedad, Podemos ha apostado en su Asamblea de Vistalegre por la estrategia de agitar la calle para alcanzar el poder. La derrota de las tesis más moderadas defendidas por Íñigo Errejón es una excelente noticia par a Mariano Rajoy y el PP, que ayer clausuró su congreso más plácido de los últimos años, y al mismo tiempo un misil en la línea de flotación de las escasas, si no nulas, posibilidades de Pedro Sánchez de retomar el poder en el PSOE. El liderazgo reforzado de Iglesias cierra la puerta a una posible recomposición electoral de la izquierda española para alcanzar el poder.

Iglesias tiene que facilitar la unidad en Podemos (EL PERIÓDICO): La crudeza de la batalla ideológica vivida en Podemos en las últimas semanas, obliga a Pablo Iglesias y a su equipo a administrar su inapelable victoria pensando en reconstruir la ilusión de las decenas de miles de personas que han participado activamente en el debate y constituyen el patrimonio más valioso de un partido acechado por la presión de todos aquellos a los que pretende despojar de sus privilegios. Las llamadas a la unidad de la militancia no pueden ser respondidas con una purga al estilo de la vieja política sino con la integración de Íñigo Errejón y lo que representa. Por otro lado, la estrategia aprobada en Vistalegre abre muchas incógnitas respecto al futuro de la unidad de la izquierda en España.

Los directores constatan que Rajoy gana sin moverse 

El movimiento de la inmovilidad (Pedro G. Cuartango EL MUNDO): Rajoy no se ha movido, ha aguantado cuando muchos le pedían que se fuera y, al final, no sólo ha conseguido gobernar sino que se ha convertido en un referente de la estabilidad frente al populismo.

Congelar los tiempos (Màrius Carol LA VANGUARDIA): Rajoy no pudo ser más contundente ayer en su oposición al referéndum catalán. El convencimiento de que el secesionismo ha acelerado su hoja de ruta puede haber influido en la ralentización de la operación diálogo.

Más casta que nunca (Bieito Rubido ABC): Cada día está más claro lo que Podemos representa "El quítate tú, que me pongo yo". A poco más se reduce el ideario de un partido que nació por los daños de la crisis y el despiste ideológico del PSOE zapaterista.

Editoriales sobre el Congreso del PP

Rajoy gana sin proyecto (EL PAÍS): Mariano Rajoy ha obtenido un triunfo arrollador en el congreso de su partido, convertido en una balsa de aceite capaz de sobrevivir a la corrupción y a cuantos problemas se le presentan en nombre de la estabilidad. El presidente del Gobierno y del PP tiene las manos libres para liderar una fuerza política a la que sus dirigentes conciben como máquina destinada a ganar elecciones, favorecida por la dinámica de enfrentamientos en los partidos que podrían hacerle sombra como alternativa. Rajoy ha renunciado a un nuevo proyecto de futuro y solo reivindica mantener lo realizado desde el Gobierno y patriotismo de partido. En lo referente a Cataluña, cierra la puerta a un referéndum, pero no ofrece más que un impreciso e indeterminado diálogo sobre infraestructuras o financiación. Rajoy fortifica su posición personal acosta de reservarse lo que quiere hacer en los próximos años y de hablar de Europa como un lugar tan amenazado por los populismos que solo queda agarrarse al PP como tabla de salvación. Pura lectura interna de un problema que exige liderazgos activos a lo largo del continente amenazado, desde luego desde España.

Rajoy sale fortalecido de un congreso sin debate (EL MUNDO): El XVIII Congreso del PP fue una completa balsa de aceite, sólo alterada por la votación de la enmienda sobre la acumulación de cargos. El continuismo en el plano orgánico y la reelección de Mariano Rajoy como presidente con el 96% de los votos puede leerse como una incontestable exhibición de poder interno y de cohesión alrededor de la figura del líder del partido. El PP se ha convertido en una máquina de poder con una solvencia contrastada en la gestión pública. Sin embargo, la exigencia que plantea el proceso secesionista en Cataluña, el auge del populismo o la viabilidad del Estado del Bienestar debiera haber movido a sus responsables a renovar su cuerpo doctrinal. Pero ocurrió justo lo contrario. El PP sorteó la autocrítica en materia de corrupción y, además, orilló cuestiones relevantes como la gestación subrogada, el futuro de las pensiones o la exploración de un discurso más completo y articulado para enfrentar el desafío soberanista. El PP ha desaprovechado una oportunidad de oro en su congreso para afrontar una necesaria y conveniente actualización de su ideario.

Rajoy deja claro que la unidad de España no se negocia (ABC): Mariano Rajoy aprovechó ayer la clausura del Congreso del PP para reiterar que tanto la soberanía nacional como la unidad de España no son negociables, por lo que el Gobierno no permitirá la celebración de un referéndum secesionista en Cataluña. El nacionalismo catalán debe tener claro que la disparatada deriva independentista está condenada al fracaso porque es ilegal, antidemocrática e inconstitucional. Lo único que ha logrado el independentismo es crear un contexto de inestabilidad política, profunda división social y grave deterioro económico cuyas consecuencias están pagando todos los catalanes. El diálogo y la negociación son necesarios y bienvenidos en política, pero siempre desde el estricto cumplimiento de la Ley y el respeto a la Constitución.

Rajoy no cede al chantaje independentista (LA RAZÓN)Que Mariano Rajoy cerrara el XVIII Congreso del PP con una amplia reflexión sobre Cataluña demuestra que el desafío independentista siempre ha sido objeto de constante preocupación para el Gobierno, que ha evitado caer en la trampa soberanista que pretendía que se identificara al conjunto de los catalanes con el movimiento separatista. La postura de respeto a la igualdad de todos los españoles a la que se debe el Gobierno de la Nación no ha impedido que se instara al ejercicio de la legalidad cada vez que los representantes de la Generalitat incumplían la ley. Ayer, Rajoy reiteró lo mismo que ha venido defendiendo desde que Artur Mas planteó el chantaje: que la unidad de España no puede ser objetivo de negociación o comercio alguno y que no existe la democracia donde no se respeta la ley.

 

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