jueves,18 agosto 2022
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Simulador WIC de conflictos ¿Realidad o sueño de verano?

Futurolandia
En pleno verano me transformo en un periodista norteamericano, Larry Newsletter, aficionado a la economía y soñador de tiempos pasados y futuros.Ya lo hice el año 2016 con mis viajes por el tiempo entre el 970 en la Córdoba musulmana y la crisis de Wall Street en el New York de 1929. Ahora os invito a un viaje hacia 2020 en la sede del World Intelligence Center (WIC), a 30 kms. de Ciberville, capital de los Estados Federados del Norte, en la región de Mil Islas, Canadá.

En las instalaciones del WIC todo sus edificios son un modelo de respeto al medio ambiente en cuanto a estética, ruidos o contaminación. Externamente son chozas de madera de una sola planta, diseminadas por algunas de las islas más cercanas, insonorizadas para evitar trasladar al exterior el bullicio de sus actividades más ruidosas, con un cuidado sistema de energía limpia y de eliminación de residuos. En las horas de trabajo, un visitante poco informado podría pensar que siguen deshabitadas como hace años. En los momentos de asueto, recuerdan a grupos disciplinados de miembros de alguna asociación de amantes de la naturaleza.

La realidad es que se trata de una concentración de varios cientos de personas de muy alta especialización en temas socioeconómicos y geopolíticos, cuidadosamente repartidos por unas instalaciones altamente sofisticadas, que combinan los últimos desarrollos tecnológicos con un ambiente estimulante para la reflexión y el intercambio de ideas.

En una de las islas, la más alejada de las costas que rodean el amplio lago en que se encuentran, está la central de información más avanzada del planeta. Hace años que sus diseñadores comprendieron que lo verdaderamente importante era escalar la pirámide que lleva de una enorme profusión de datos a una selección de información relevante y, de aquí, al conocimiento que permite guiar cualquier tipo de acción.

Las bases de datos incluían e interrelacionaban aspectos económicos y sociales con valoración de expectativas y sentimientos de gobiernos, empresarios o individuos del mundo entero, en los más variados temas que afectan a cualquier país: funcionamiento de las instituciones, estabilidad política, capital humano o tecnológico, integración social, terrorismo, etc.

Los miembros autorizados, en cualquier lugar del mundo, podían acceder a estas bases de datos a través de una red exclusiva de transmisión digital, WIC-net, que proporcionaba con carácter prácticamente instantáneo los datos solicitados o cualquier transformación sobre los mismos.

En el 2020 ya nadie mínimamente enterado hablaba con carácter finalista de estadísticas o información económica. Se estaba persiguiendo con ahínco ese sueño de alcanzar una auténtica Sociedad del Conocimiento para el siglo XXI. Hasta los estudiantes más jóvenes de las escuelas estaban ya suficientemente mentalizados de que conocer la fecha de una batalla de la antigüedad, el número de habitantes de un país o los kilómetros de longitud de un río era sólo un estadio primitivo del saber, que incluso a veces podía desviar la atención de lo verdaderamente importante. Pasar a disponer de una información sobre luchas de poder, factores del crecimiento demográfico o claves de la contaminación y el caudal de los ríos, permite encarar la fase final del conocimiento: comprender los mecanismos de la evolución social, del equilibrio de los flujos migratorios o de la política de protección del medio ambiente.

La más pequeña de las tres islas habitadas por el personal del WIC era, sin duda, la joya de la corona. Frondosa vegetación y una muy deliciosa costa llena de recovecos que permitían la pesca, el submarinismo o la simple contemplación de las azules aguas del lago y las luces de Ciberville, lejanas, al fondo.

En el lado norte de la isla, en lo alto de un pequeño montículo rodeado de pinos, un pequeño edificio de madera en forma de semicírculo que acogía despachos, comedores, dormitorios y todo tipo de servicios para los contados miembros del WIC-Strategy, el auténtico cerebro de todo el complejo. Allí se diseñaban las líneas de actuación que se proponían a los gobiernos de los distintos países a través de los organismos rectores de la OMU (Organización de Mundos Unidos) heredera de las anteriores y superadas Sociedad de Naciones y Naciones Unidas. Era un “think-tank”, una fábrica de ideas, que aprovechaba y a su vez dirigía la actividad de WIC-Information y WIC-Education.

Mi primera sorpresa fue encontrarme a mi viejo amigo Peter World en el embarcadero de la isla donde se ubicaba WIC-Strategy. Ahora empezaba a entender por qué me habían hecho precisamente a mí una invitación tan especial para visitar este alto complejo de inteligencia mundial.

Conocía a Peter desde hacía más de veinte años. Había hablado con él de los más diversos temas profesionales y sabia bien de su competencia en asuntos internacionales. Pero, sobre todo, era un gran amigo con el que había convivido en muy diferentes circunstancias. Según le daba un fuerte abrazo no pude evitar el recordar su cara de perplejidad aquel día en que en un safari fotográfico por uno de los grandes parques naturales de Tanzania, un pájaro negro le robó de la boca la tajada de pollo que estaba a punto de comer. Posiblemente yo tendría ahora el mismo rostro de sorpresa ante una aparición completamente inesperada.

-.. ¿qué haces aquí?-

-Ya ves, Larry. Me gusta improvisar y cambiar de aires.-

-Pero, ¿no estabas asesorando a empresas y gobiernos en Latinoamérica y el Sudeste Asiático?

-Sí. Pero también participaba en un proyecto de puesta en marcha de un gran centro de inteligencia a escala mundial, promovido por un grupo de congresistas de Mundos Unidos.

-No sabia nada. ¿Tan secreto era el proyecto?.

-Se me pidió confidencialidad absoluta, tanto para evitar que otros pudiesen torpedear esta iniciativa, como por razones de seguridad. Ya sabes la sensibilidad ante los temas de terrorismo internacional desde el atentado de las Torres Gemelas.

-¿Y ahora ya eres un mandamás aquí?.

Peter nunca ha sido un hombre engreído. Eso sí, le ha gustado que la gente, en general, le reconozca sus méritos y le diese oportunidades para mostrar sus capacidades. Su gesto era de una modestia orgullosa.

-Ya ves. Ahora soy el director de WIC-Strategy. Pedí que te hiciesen una invitación formal a visitar nuestras instalaciones pero, realmente, lo que me interesa es tu colaboración en el proyecto.

-¿Mi colaboración en qué?

-Ya te iré contando

-Bueno Peter, agradezco tu confianza. Pero ya sabes que, como periodista, se más preguntar que dar respuestas. Esto de “inteligencia mundial” me suena como asunto de espías y especialistas en alta política internacional.

-También un periodista inteligente puede tener su papel, … -me contestó Peter, riéndose y cogiéndome del brazo.

Mientras caminábamos hacia el edificio principal Peter me fue poniendo al corriente de los primeros detalles. Desde que nos conocimos, una de las habilidades que compartíamos era el trasmitirnos ideas con muy pocas palabras, dejando en blanco sobreentendidos que nuestro conocimiento mutuo rellenaba sin problemas.

-Tenemos enemigos a nuestro proyecto. Como ya te explicaré más tarde, los “halcones” del Pentágono ven con muy malos ojos nuestra existencia. Al mismo tiempo nos temen y nos desprecian.

-La típica competencia profesional entre servicios de inteligencia.

-Mucho más que eso. Dos formas opuestas de ver el mundo, sus problemas y, sobre todo, la forma de resolverlos.

-¿Enfrentamiento político? -le pregunté con aire de empezar a entender el tema.

-Más bien lucha por el poder a escala global -me contestó con una sonrisa.

-Y yo, ¿qué pinto en todo esto?. Sabes que mis contactos políticos son muy limitados y además no me gusta moverme en las arenas movedizas de las altas intrigas del poder.

-Larry, sólo te voy a pedir que ejerzas tu profesión. Que te enteres bien de lo que hacemos y hagas llegar esta información a la opinión pública.

-¿Por qué no has convocado una rueda de prensa?. Seguro que asistirían cientos de periodistas del mundo entero con lo que el impacto se multiplicaría.

-No quiero ocultarte, desde el principio, que aquí hay mucha información privilegiada, personas cuya identidad queremos preservar y un elevado peligro de infiltración de enemigos del proyecto. Prefiero una persona de confianza, como tú, que sea capaz de difundir lo que hacemos sin traspasar las puertas de lo que es conveniente ocultar.

-¿Censura por vuestra parte?.

-Sólo te pido autocensura responsable. Vas a conocer todo sin limitaciones, excepto la identidad verdadera de las personas. Aquí utilizamos apodos por razones obvias de seguridad.

Al cabo de pocos días mi vida ya estaba organizada. Disponía de una habitación relativamente espaciosa, con una selecta biblioteca sobre temas de estrategia mundial, dos ordenadores, un terminal de acceso a WIC-net y una gran pantalla que cubría toda la pared opuesta a la mesa de trabajo a la que llamaban la PGEM. Más tarde descubrí que eran las siglas de Pantalla de Gestión Estratégica Mundial, una proyección en tiempo real de la situación económica, social y política global.

Tenía total libertad de movimientos dentro de la isla y acceso a todo tipo de información. El propio Peter me servía de introductor en los diversos temas que íbamos abordando. Empezamos por el terrorismo mundial y sus implicaciones económicas pasadas, presentes y futuras. Peter puso encima de la mesa el dossier WIC/S/119. Una franja roja transversal avisaba del carácter «Altamente confidencial». No llevaba título. Sólo el número de referencia.

-El código 119 se lo hemos asignado a cuestiones referidas al terrorismo. Es un recordatorio nemotécnico a los atentados del 11 de septiembre de 2001. Después lo puedes leer con detalle, pero ahora deja que te explique lo fundamental.

-Si no te importa, Peter, voy a tomar notas de nuestras conversaciones. Me son imprescindibles para cuando inicie la serie de artículos de opinión.

-De acuerdo, Larry. Ya te dije que sólo espero tu buen criterio a la hora de difundir lo que vas a ir conociendo.

-Por supuesto.

-Empezaré por una cuestión de método de trabajo que seguimos aquí en el Centro que, aunque te pueda parecer de interés sólo para especialistas, comprobarás que es la base de nuestra fuerza. Y también de todos nuestros problemas.

Fui tomando notas con una atención creciente. WIC-Strategy había desarrollado unos potentes programas de ordenador que eran capaces de reproducir, con suficiente exactitud, el comportamiento pasado de la economía de los distintos países del mundo y sus condicionantes socio-políticos. Pero, sobre todo, podía simular los efectos futuros de cualquier cambio en cualquier país, se produzca este, en su ámbito económico o en sus condicionantes. Después, se pasaba a valorar cómo estos cambios en la economía podían afectar a la estabilidad política y social.

Yo no entendía demasiado cómo podía hacerse todo esto y reconozco que incluso pensé, al principio, que podía ser un producto utópico de ciencia-ficción o una prueba a mi buen criterio. Así que empecé con una protesta que me parecía razonable.

-Mi sentido común me dice que debe haber algún truco en lo que me cuentas. No creo que exista ningún invento, por muy avanzada que sea la tecnología informática que utilizáis, que sea capaz de recoger el impacto de una depresión en Argentina sobre el ahorro en España. Menos aún que traduzca el efecto de una revuelta tribal en Nigeria sobre la inflación en Madagascar. ¡Y no digo ya valorar la influencia de una hipotética acción futura del terrorismo internacional sobre el crecimiento económico europeo!.

En el fondo, esperaba una respuesta directa y contundente de defensa. Por el contrario, Peter me fue explicando el proceso sin grandes prisas e incluso destacando los puntos más débiles. Aunque el proyecto se había culminado en los dos últimos años, se llevaba trabajando más de diez en sus diversos componentes, que a su vez eran productos de otros muchos años de investigación en diversos campos.

-Imagínate -me dijo Peter- que en el ordenador más potente del mundo metiéramos juntos todos los datos de lo que ha venido sucediendo en los más diversos aspectos de su vida socioeconómica.

-Me lo puedo imaginar, pero no sé para que servirían tal cantidad de datos. Serían millones y millones de cifras inconexas.

-Espera un momento, Larry, no te precipites. Suponte que miles de personas muy preparadas estuvieran dentro de ese gran almacén de información, con la única misión de buscar el porqué ocurren determinadas cosas.

-¿Sería como buscar quién es el culpable de que suban los precios o de que a mi no me aumenten el salario?.

-Algo parecido. No se trata de buscar personas “culpables”, sino las causas de que ocurran determinadas cosas. Por ejemplo, que los precios suben si lo hace el petróleo que venden los países que tienen los grandes pozos.

-Entonces más que millones de datos sueltos, ¿lo que se manejan son miles o millones de conexiones entre diversos aspectos?.

-Así es. A partir de los muchos miles de experiencias realizadas, los investigadores del WIC hemos construido un «simulador estratégico» al que llamamos, con cierta sorna, Hermes Trimegisto (“tres veces grande”), en recuerdo de aquel visionario del siglo XVI que creía conocer el futuro del mundo y se atrevió a dejar escritas sus profecías, aunque con un lenguaje suficientemente oscuro como para admitir múltiples interpretaciones.

WIC-Information suministraba la corriente ininterrumpida de datos que necesitaba el simulador y WIC-Strategy efectuaba sus análisis de posibles efectos futuros de cualquier alteración importante, en algún factor influyente, de algún rincón del mundo.Llegados a este punto de la explicación, Peter se adelantó a las palabras de duda e incluso de rechazo con que estaba a punto de intervenir.

-No hace falta que me digas que todo esto tiene múltiples limitaciones y riesgos. Ya lo sabemos. De hecho tratamos a Hermes como un miembro más del equipo, que nos suministra algunas sugerencias interesantes sobre cómo podría influir en el equilibrio mundial algún tema estratégico que estamos estudiando. Hermes es el elemento más racional del equipo, que traslada a futuro las reglas de comportamiento deducidas del pasado.

-Pero el futuro es, casi por esencia, distinto del pasado. ¿Cómo vais a poder valorar las consecuencias de algo que nunca ha ocurrido?.

-Realmente el diseño de ese futuro desconocido y su incidencia inicial en algunas cuestiones claves son tareas previas a la intervención del simulador.

-Entonces -le interrumpí de nuevo- Hermes solo sabe contestar a preguntas bien planteadas.

-Así es, Larry. No garantiza aciertos, pero ayuda a detectar posibles impactos en cadena. Porque sabemos que una elevación de precios del petróleo, incidirá sobre la inflación en otros países del mundo, elevará los salarios y posiblemente los tipos de interés, provocando efectos en las bolsas, en la riqueza de las familias, en el ahorro, en la inversión, en el empleo,…

Peter se puso más tenso que de costumbre, sus ojos tenían un brillo de complicidad y su voz se hizo más tenue, como para contar alguna confidencia muy especial.

-Ahora viene lo más interesante. Con la ayuda de Hermes, podemos valorar los posibles efectos de cualquier acontecimiento futuro, aunque sea con algunas limitaciones y riesgos. Es decir, antes de que ocurran algunas cosas, tenemos indicaciones de cómo pueden afectarnos directa o indirectamente. Por tanto, podemos reaccionar ante ellas y volver a simular efectos.

-¿Por ejemplo …?.

-Un conflicto en un país árabe, puede tener efectos sobre el precio del petróleo y, a partir de aquí, en múltiples aspectos de la economía de otros países. Estos, a su vez, pueden reaccionar limitando, por ejemplo, su comercio exterior con los países responsables del conflicto o tomando represalias políticas. Y esta cadena de acciones y reacciones puede seguirse tan lejos como uno quiera y sea capaz de imaginar.

-Es decir, que podría estimarse, aproximadamente, cuál puede ser el coste final económico, político y social del conflicto, para todos los implicados, antes de que se inicie.

-Ahora, hemos llegado al punto clave. Un conflicto militar, una guerra económica o un enfrentamiento político en cualquier país del mundo puede jugarse en el ciberespacio, sin necesidad de mover realmente ficha.

-Si esto funcionase -sugerí por mi parte-, estaríamos ante una potente arma para resolver conflictos potenciales. Podría haberse valorado el coste económico del conflicto árabe-israelí de décadas no ya para los países implicados, sino también para EEUU, Europa o cualquier otra zona del mundo. Sería factible calcular las ventajas de un desarme acordado entre grandes potencias o el coste final para todos de la emisión incontrolada de gases contaminantes.

-Comprenderás que, con todas sus posibles limitaciones, Hermes es un instrumento potencial de paz. Como en los «juicios de Dios» de la Edad Media, en que se enfrentaban a veces sólo los jefes de los ejércitos y así se decidía la batalla según el vencedor de ese duelo a escala reducida, así podemos simular quien va a salir al final beneficiado de cualquier acción. Y la verdad es que en la mayoría de los conflictos todos resultamos perdedores.

-Con una difusión de las posibles consecuencias- añadí con la convicción del converso -muchas personas se implicarían en la resolución de cualquier problema relevante, sea cual fuese el país en que se inicie. Los dirigentes políticos tendrían más presión para entenderse y alcanzar acuerdos.

-Y aquí llega nuestro punto institucional más débil y la necesidad de pasar a una defensa activa -concluyó Larry-. Los «halcones» del mundo entero ven en nuestra actividad un serio peligro para su poder, que se basa precisamente en conflictos reales y no en juegos de estrategia.

Ahora la lectura del dossier WIC/S/119, «altamente confidencial», tenía para mi un interés muy especial. Podía encontrar en el mismo todo tipo de escenarios sobre terrorismo internacional y una evaluación de posibles efectos para el mundo entero. Me fijé en los que se consideraban como más factibles, meses después de los atentados de aquel 11 de septiembre. Se titulaban «Conflicto limitado», «Nuevas dificultades» y «Escalada terrorista».

Con estas hipótesis de trabajo, los antiguos simuladores disponibles a principios de siglo habían valorado los efectos alternativos sobre crecimiento en los diferentes países del mundo, evolución del empleo, déficit público, comercio exterior, precios, tipos de interés, tipos de cambio, flujos de capital, cotizaciones bursátiles y un largo etcétera.

No me interesaban los detalles. Lo que me atraía era comprobar que era posible, ya hace años, establecer las consecuencias para todos del conflicto terrorista y las alternativas para resolverlo.En el 2020 seguíamos tan preocupados como hace una década con el terrorismo y sus consecuencias. La lectura de las posibles acciones a adoptar y sus efectos directos e indirectos, a corto, medio y largo plazo, sobre los países desarrollados, los mercados emergentes o los países más pobres del planeta, llenaban cientos de páginas del informe.

Lo más revolucionario era la existencia de una negociación entre las partes implicadas. El dossier 119 incluía las respuestas potenciales de Israel ante un nuevo conflicto con Palestina, de la India frente a Pakistán, de España con Marruecos o de China con Japón. Pero no se trataba de improvisaciones de un grupo de expertos, sino de avisos diplomáticos de los gobiernos implicados, en un proceso comprometido de negociación.Siempre habría algún loco que actuase sin tener en cuenta las consecuencias. Pero conocer de antemano sus efectos, con el refrendo de imparcialidad de la OMU, lo hacía más difícil.

De hecho, tuve la oportunidad de asistir a alguna de las sesiones del simulador. En ellas un alto ejecutivo de la OMU actuaba de coordinador y los principales países implicados estaban representados por un portavoz gubernamental. Peter World y su equipo de estrategas preparaban los detalles de la reunión, aportaban el material de discusión y valoraban con la ayuda de Hermes los posibles efectos de cada decisión. Los grupos de trabajo de cada país estaban en comunicación entre sí y con el Centro a través de la WIC-net y de la PGEM, aquella pantalla de gestión estratégica mundial permanentemente actualizada.

Según el número de «negociadores», la pantalla reducía el gran mapa mundial para dar cabida al material aportado por cada parte, que era incorporado por el equipo de WIC-Strategy al proceso de evaluación y, en cuestión de pocos minutos, reflejado en el nuevo mapa mundial.En pocas horas, sin necesidad de desplazamiento y sin los costes de un conflicto real, las partes implicadas podían llegar a resolver ciertas cuestiones o, al menos, avanzar en su resolución, en un proceso que exigiría nuevas sesiones.

Al día siguiente de terminar la lectura del dossier 119 y al repasar la prensa, me encontré con las declaraciones de un antiguo director de la CIA, el señor James War. Se felicitaba de las diversas acciones militares emprendidas años atrás frente al terrorismo, desde aquellas primeras contra Afganistán o Irak. Sin embargo avisaba de la necesidad de continuar en la lucha contra los islamitas chiíes que aún gobiernan en países como Irán, los islamitas suníes herederos del movimiento dirigido por Bin Laden, los seguidores de la secta waahabí apoyados por países como Arabia Saudí y los baazistas expulsados tras la ocupación de Irak, pero reagrupados en Siria.

Acababa proponiendo “desmantelar el arma petrolífera saudí” y utilizar la “disuasión avanzada” consistente en atacar en secreto, en cualquier momento y en cualquier lugar, antes de que los terroristas desarrollen la capacidad para realizar algún golpe.A continuación recordaba con nostalgia las bases americanas de hace años en Turquía, Qatar, Bahrein y Kuwait.

Las palabras finales del artículo eran toda una declaración contra cualquier estrategia de negociación. “El verdadero peligro estriba en que alguien de la OMU se le ocurra un plan de posibles acuerdos y entonces la gente piense que así pueden solucionarse los problemas. Tonterías. Todo aquél que crea en negociaciones se equivoca. Luchamos en una guerra nueva en que el asesinato y el engaño dominan la estrategia. Hay que atacar donde más les duele y dejar el valorar consecuencias para más adelante”.

Ahora entendía plenamente los temores de Peter. Si pudiera, Mr. War, cerraría WIC y los alistaría a todos como paracaidistas en las fuerzas de choque.

Antonio Pulido http://www.twitter.com/@PsrA

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