viernes,19 agosto 2022
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Encuesta Población Activa

Situación y dinámica del empleo: el gran puzzle

Futurolandia
La publicación por el INE de los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondientes al Tercer Trimestre es una buena ocasión para repasar el intrincado rompecabezas de la situación, evolución de pasado y perspectivas de futuro del empleo. Saber que hay 18 millones y medio de ocupados o que sólo trabajan cuatro de cada diez españoles, dan una idea inicial y borrosa de la situación.

Pasar de estos datos a un conocimiento útil, exige perspectiva temporal y cierta precisión en los conceptos que se miden.

Así, es fundamental conocer que la EPA  se refiere a los ocupados que viven en hogares familiares y han trabajado al menos una hora en la semana previa a la encuesta, percibiendo alguna compensación en dinero o en especie, sea como asalariado o por cuenta propia. De entre esos 18 millones y medio de ocupados, aproximadamente nueve de cada diez trabajan por cuenta ajena, principalmente en empresas u otras instituciones privadas o públicas y el resto son autónomos u otros trabajadores por cuenta propia.

Es muy importante comprender que para la EPA se computan como empleos tanto los de dedicación plena en forma continuada y jornada completa, como los temporales o a tiempo parcial. En términos de Contabilidad Nacional se calculan los ocupados equivalentes a tiempo completo (ETC) que vienen a suponer un millón menos de empleos (no llegaba a 17,5 millones en el 2º trimestre de este año).

Respecto a los españoles (realmente residentes) que trabajan, la relación de 4 a 10 se refiere a la población total, incluyendo parados, jubilados, menores de 16 años, estudiantes, rentistas, incapacitados y dedicados a tareas del hogar o actividades no remuneradas de tipo benéfico o trabajos sociales de diversa índole. Para los interesados recomiendo el gráfico de http://www.estadolimitado.com/organigrama-estructura-de-poblacion-española-datos-epa (también disponible en Twitter @Absolutexe).

De los 46,5 millones de población, unos 8 son menores de 16 años, más de 6 jubilados, casi 4 dedicados a labores del hogar, cerca de 2,5 millones son estudiantes y aún quedan fuera de la población activa (ocupados más parados) otros pensionistas, incapacitados permanentes y trabajadores en trabajos sociales, actividades benéficas,…

En resumen, un tercio de la población es inactiva (15,7 millones) y un 17% (8 millones) está fuera de la edad laboral. Si eliminamos la población menor de 16 años, nuestra tasa de actividad (activos/población de +16) se cerca al 60%. Por tanto, la población activa es algo menos de la mitad de los habitantes de nuestro país (casi 23 millones de personas) y aún hay que deducir 4,3 millones de parados, poco más del 9%, para llegar a los 4 de cada 10 realmente ocupados. Sólo así puede interpretarse correctamente lo que significa la cifra de 18,5 millones de personas efectivamente trabajando en términos EPA y una tasa de paro (parados/activos) ligeramente por debajo del 20%.

Con una perspectiva temporal, la situación al inicio de la Gran Crisis (finales de 2007) era de una tasa de actividad prácticamente igual a la actual (59,5%), una tasa de paro de menos de la mitad (8% frente al 18,9 de la última EPA), lo que implica 2 millones y medio más de parados  y una diferencia en número de ocupados aproximadamente igual (de 20,7 millones frente a los 18,5 del 3T de 2016).

A efectos de futuro, la población residente en España disminuirá en unos 7.5oo habitantes por año en promedio de la década 2016-2026 (10.ooo por menor crecimiento vegetativo, compensado parcialmente por una inmigración neta positiva del orden de  2.500 anuales, según estimaciones del INE de finales de octubre, Proyecciones de población 2016-2066). 

A esta reducción poblacional hay que añadir el aumento de la participación de los mayores de 64 años respecto a la población potencialmente activa de 16 a 64 años, es decir de la tasa de dependencia de mayores, que el INE estima pasaría del 28,8% en 2016 al 35,8% en 2026. Según estos cálculos, la población de 65 o más años podría aumentar en unas 200.000 personas anuales (promedio 2016-2031), lo que dificulta el pago de la factura de pensiones de jubilación, pero reduce las necesidades de nuevos puestos de trabajo para bajar el actual nivel de paro.

La población entre 16 y 64 años, por su parte, se reduciría en 1,8 millones de personas en los próximos 10 años, según estas estimaciones,  al añadirse el efecto de una caída de la población de menores de 16. En total podemos contar con 180.ooo personas menos por año en edad de trabajar, como promedio anual.

En cualquier caso, retornar a tasas de paro por debajo del 10%, similares a las previas a la crisis, va a exigir aún años de atención preferente a la creación de empleo. Pero, además, los puestos de trabajo recogidos por la EPA incluyen una proporción importante de contratos temporales o a tiempo parcial, que deberíamos tratar de sustituir, cuando son aceptados (no deseados) como mal menor en tiempos de escasez de empleo, por otros equivalentes a tiempo completo (ETC).

Estos son algunos de los retos que plantea un análisis de los últimos datos de la EPA.

Antonio Pulido http://www.twitter.com/@PsrA

 

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