jueves,18 agosto 2022
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Ha duplicado las peticiones desde el martes a la UNIZAR

Un discapacitado expulsado del grado Salud y Deporte atrae más de 115.000 firmas de readmisión

Redacción
Más de 115.000 personas han firmado ya la petición pública para que la Universidad de Zaragoza readmita a Héctor Blasco Bona (19 años) , quien tiene una discapacidad física del 40%, en el grado de Ciencias de la Salud y el Deporte, firmada por su madre Beatriz Bona Fernández. El juzgado de lo Contencioso acogerá el próximo 13 de julio la vista de la demanda, centrada por las partes en si presentó o no certificado médico que acredite que el alumno puede llevar a cabo cierto esfuerzo físico.

La historia de Héctor Blasco Bona está marcada porque, a raíz de la enfermedad de Perthes, que afecta a su cadera, hace tres años se vio obligado a dejar el deporte de contacto, como el fútbol, y especializarse en natación. Su sueño siempre fue hacer el grado de Ciencias de Salud y Deporte, al cual accedió a través de la Universidad de Zaragoza en septiembre. Fue aceptado tras exponer que aún le quedaban algunas secuelas. Estaba matriculado para ser profesor de deporte adaptado, que es lo que desea. Pero en Noviembre, cuando empezaba el curso, la universidad le obligó a renunciar a su plaza y con ella a su sueño, pese a que tenía el historial médico siete meses antes de hacer la matrícula.

Según la madre, Beatriz Bona, cuya petición de readmisión ha logrado desde entonces en Change.org más de 115.000 adhesiones tras duplicarlas durante la presente semana pese a que esta mañana solo tenía en Twitter 26 seguidores, el último Ibercampus.es , “el motivo que alegaron fue que, de seguir con sus estudios, se agravarían sus secuelas. Una decisión unilateral que sólo contó con la opinión de un catedrático de Medicina de la propia Universidad. La realidad es que sí puede realizar el deporte adaptado porque protege su cadera, pero para eso, la Universidad tiene que hacer adaptaciones. Cosa que no quiere, a pesar de que una de las optativas del Grado es la de “Deporte Adaptado”, dice.

“Mi hijo estuvo acudiendo hasta el pasado mes de enero como oyente con la aceptación de los profesores, pero hasta eso le prohibieron. El caso ya está en el juzgado y ha sido denunciado siguiendo los trámites necesarios.  Pero necesitamos tu ayuda para que el Rectorado de la Universidad de Zaragoza rectifique y readmita a mi hijo en el Grado de Deportes y Salud que siempre quiso hacer”, concluye la petición pública.

Héctor Blasco Bona, rodeado por sus padres

Según el diario Heraldo de Aragón, el juzgado de lo Contencioso Administrativo número 2 de Zaragoza acogerá el próximo 13 de julio la primera vista del  caso que enfrenta a la familia de Héctor B.,  natural de Utebo y cuya enfermedad de Perthes con el paso de los años puede derivar en artrosis.

Según explica el vicerrector de Estudiantes Fernando Zulaica, además de obtener la nota mínima que exige la carrera, para cursar CCAFD es preciso "presentar un certificado médico que acredite que el alumno puede llevar a cabo cierto esfuerzo físico", un requisito que la Universidad de Zaragoza "aprobó en 2003 y lleva pidiendo desde entonces". El Campus asegura que el estudiante "no presentó" este documento en primera instancia y que cuando lo hizo "vieron que era apto para la práctica deportiva, pero no con impactos".

La madre del chico, Beatriz Bona, asevera que "la Universidad tenía el historial médico siete meses antes de hacer la matrícula en julio", un extremo que Zulaica niega. "En octubre, al encontrarnos con el problema, llamamos a un experto médico (un catedrático de la Universidad) que determinó que los movimientos bruscos pueden generar un empeoramiento de su salud", apunta el vicerrector.

La familia pide la readmisión inmediata en el grado y que la Universidad realice "las adaptaciones necesarias" para que el alumno pueda cursar la carrera. En sus escritos se escudan en que la Universidades de Valencia y la Miguel Hernández (Elche) permiten matricularse a alumnos con discapacidades parecidas. Desde la Universidad de Zaragoza se indica que los planes de estudios son diferentes y que los deportes que se practican en el centro de Huesca están más "orientados a la montaña" y, por tanto, "implican más impactos" y pueden ser "más lesivos". Beatriz Bona sostiene que "la realidad es que sí puede realizar el deporte adaptado porque protege su cadera, pero para eso la Universidad tiene que hacer adaptaciones y eso es lo que no quiere, a pesar de que una de las optativas del Grado es ´Deporte Adaptado´".

En el momento de formalizar la matrícula, Héctor tenía diagnosticada una discapacidad del 41%, por lo que accedió por el cupo que se reserva a personas con una minusvalía superior al 33%. Un nuevo examen médico en el Salud rebajó el porcentaje de discapacidad al 10%, aunque este diagnóstico está también recurrido y tendrá que ser la Justicia, también en este caso, la que determine quién tiene razón. En el momento de negarle la matrícula, desde el Vicerrectorado de Estudiantes se le ofreció al joven "estudiar cualquier otra carrera", una posibilidad que tanto el alumno como su familia declinaron ya que "su sueño es ser profesor de deporte adaptado".

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