La otrora región motor de la economía española y avanzadilla de su vanguardia política y social, es hoy y desde hace años, una región quebrada económicamente, en profunda recesión, asfixiada por su deuda y desorientada políticamente. En este caldo de cultivo, en una España agobiada por la crisis económica, el gobierno catalán de Convergencia y Unió (CiU), entre otros nacionalistas, reivindica un Estado independiente. ¿Independiente de quien, solo de España? No solo de España, también lo seria de la UE que tendría que abandonarla, así como la Eurozona, es decir, el euro.
De acuerdo con el tratado comunitario en vigor, el de Lisboa, no es posible la independencia de ninguna región de un Estado miembro sin hacerlo también de la UE. La independencia de cualquiera de las regiones de un Estado miembro de la Unión, automáticamente implica su exclusión de la misma pasando a tener la consideración de país tercero; para a acceder a miembro de la misma, Cataluña vendría obligada a solicitar su ingreso y para ser admitida se requiere la unanimidad de los socios, opción que ni tan siquiera se plantearía ya que Cataluña no sería reconocida por ningún Estado de la Unión a corto y medio plazo: con toda seguridad el Consejo Europeo adoptaría un decisión al respecto. Todo esto debe quedar claro y los políticos catalanes que impulsan alegremente el independentismo no debieran –como hacen- ocultarlo a los ciudadanos.
Es obvio que el nacionalismo catalán, representado básicamente por CiU aunque no solo, desea la independencia de Cataluña siempre que pueda mantenerse en la UE. Pero como esto no es posible, su futura propuesta, con toda probabilidad será bastante similar a la planteada por el gobierno Ibarreche del Partido Nacionalista Vasco (PNV) en su proyecto de Estatuto de 2005: una Comunidad libremente asociada al Estado Español –eufemismo de Estado asociado-, pero con derecho a decidir libremente su organización y relaciones públicas. Como se recordará, dicho proyecto, por abrumadora mayoría, ni siquiera fue admitido a trámite por el Congreso. El futuro gobierno catalán, con alta probabilidad, no planteará abiertamente la independencia sino que se inventará cualquier otra fórmula que, salvando la cara ante sus electores, le permita obtener más recursos del Estado.
Si Cataluña hoy se convirtiese en Estado independiente, nacería como un Estado quebrado debido, entre otras razones, a su elevado endeudamiento. Sería automáticamente excluido de la financiación internacional y sin posibilidades de ser rescatado. El bono catalán ya calificado de bono basura, a Cataluña no le quedan más alternativas que las de acudir al Estado y a los muy caros bonos patrióticos. Por ello ha sido la primera comunidad que ha solicitado financiación del recién creado Fondo de Liquidación Autonómica, seguida de otras en similar situación: Andalucía, Castilla-La Mancha, Murcia y Valencia, aunque la lista puede ampliarse.
Cuando se entra en las tripas de la información estadística sobre Cataluña, el panorama es desolador: la mayor parte de sus macromagnitudes presentan los peores resultados entre todas las comunidades autónomas. Una ligera muestra la ilustra la tabla que se adjunta. Cataluña, con
Principales macromagnitudes de algunas comunidades autónomas
Comunidad Autónoma |
Población total (miles de personas) (1) |
Población en paro (miles de personas) (2) |
PIB (millones de euros) (3) |
Presupuso público de gastos (millones de euros) (4) |
Endeudamiento público autonómico (millones de euros) (5) |
Andalucía |
8.424,1 |
1.362,9 |
145.451.7 |
30.901,6 |
15 .442 |
Cataluña |
7.539,6 |
821,6 |
200.323,3 |
32.723,3 |
43 .954 |
Madrid |
6.489,7 |
643,3 |
189.430,0 |
19.935,6 |
17. 108 |
País Vasco |
2.184,6 |
151,1 |
66.575,4 |
10.807,8 |
7. 153 |
Valencia |
5.117,2 |
675,5 |
102.941,9 |
16.884,4 |
21.364 |
TOTAL NACIONAL |
47.190,5 |
5.693,1 |
1.073.383.0 |
183.622, 7 |
150 .578 |
(1) A 1 de enero de 2011 (Instituto Nacional de Estadística –INE-).
(2) Segundo trimestre de 2012 (Encuesta de Población activa, INE).
(3) 2011 (valor estimado, Contabilidad Regional de España, INE)
(4) 2010, datos consolidados de liquidación definitiva de presupuestos. El total nacional incluye solo el presupuesto de gastos de las Comunidades Autónomas (Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas).
(5) Junio de 2012 (el total nacional incluye únicamente la deuda pública de las comunidades autónomas, Banco de España).
Así pues, actualmente Cataluña está asfixiada por su deuda. Como Estado independiente, nacería con una deuda total de al menos 575.478 millones de euros, lo que equivale al 287,3% de su actual PIB. El endeudamiento público catalán se situaría en 186.197,6 millones de euros (a los 43.954 propios habría que añadir los 142.243,6 que le corresponderían del endeudamiento de la administración pública española, aplicando como coeficiente su participación en el PIB español). Y su deuda privada, aplicando dicho coeficiente, se situaría en 389.280,4 millones (226.405,8 de empresas no financieras y 162.874,6 de las familias). Es decir, cada catalán heredaría con su independencia una deuda de 76.327,4 euros por persona.
Además de los costes que comporta crear un Estado, muy difíciles de estimar pero que en cualquier son muy elevados, Cataluña se vería obligada a tener moneda propia, una moneda que estaría muy depreciada y sin ninguna credibilidad internacional mientras que su deuda continuaría denominada en euros. También dejaría de tener libre circulación de bienes, servicios, personas y capitales con la UE, lo que añadiría más problemas a su ya precaria situación económica. Téngase presente que, actualmente, el comercio de bienes de Cataluña con la UE se sitúa en torno al 80% (un 50% con el resto de España y 30% con el resto de la UE) y en servicios y capitales la UE es prácticamente su único mercado. Los capitales huirían en masa de Cataluña hacia lugares más seguros y las sucursales de las principales empresas catalanas en el resto de España (que es donde se genera la mayor parte de su negocio), pasarían a tener la consideración de empresas radicadas en un tercer país (se les aplicaría la legislación española y es donde tributarían). A todo esto hay que añadir los repartos que habría que hacer de otros intereses de España en Cataluña y naturalmente de Cataluña en el resto de España, que serían muy negativos para ambas partes. En fin, según estimaciones de Mikel Buesa, el actual PIB catalán se vería reducido en torno al 25%, con lo que la renta per cápita se situaría en unos 20.000 euros, algo mayor que la de Grecia y Portugal cuya situación económica sería muy admirada por los catalanes.
Todo lo anterior es solo una aproximación a las previsibles consecuencias económicas que se derivarían de la esquizofrenia política de CiU y demás nacionalistas –entre ellos algunos socialistas- con su pulso al Estado. ¿Cómo es posible que el gobierno de una región económicamente quebrada, que ha solicitado su rescate al Estado -a su vez también intervenido-, en una huida sin rumbo, se plantee la independencia?