viernes,19 agosto 2022
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A bordo del Discovery

Una extraña silla catalana en el espacio

ibercampus.es/EP
Esta extraña silla es un verdadero instrumento de investigación científica. Se trata del proyecto Mares, que permite registrar los datos musculares neuromusculares y neurológicos de los astronautas en estado de gravedad cero para su posterior investigación médica, por lo que no se trata de un centro de entrenamiento.

El transbordador Discovery partió el lunes de la estación espacial Kennedy Space Center en Estados Unidos con siete astronautas y permanecerá en la EIA hasta el 18 de abril, donde una de sus misiones es trasladar esta máquina.

Según el director general de Sener en Catalunya, Gabriel Alarcón, la artrosis y la osteoporosis son las dolencias más comunes entre los astronautas al regresar a la Tierra (que padecen hasta dos meses después de aterrizar), por lo que la máquina permite analizar los ejercicios más indicados para su erradicación. Así, mediante un «potente» software´los científicos podrán investigar los mecanismos de la atrofia y desarrollar «contramedidas».

Mares permite ejercitar hasta 11 articulaciones diferentes y programar variables de fuerza y velocidad en brazos, muñecas, piernas, espalda, tobillos y pies. El desarrollo de Mares ha costado el trabajo de ingenieros equivalente a 250.000 horas a lo largo de 16 años, con una inversión de 13 millones de euros por parte de la empresa. La silla contiene hasta 12.000 piezas mecánicas de aluminio y acero y tiene una vida de diez años.

Mares, de 400 kilos de peso, se ha transportado en módulos desmontados y se instalará en Columbus de igual forma, ya que dicho satélite cuenta con poca superficie. No obstante, se han incorporado amortiguadores a su estructura porque el movimiento del ejercicio podría llegar a mover la base sin esta solución.

Los astronautas que ya se encuentran en la EIA y los que algún día viajarán a la estación ya se entrenan en el uso de Mares en la Tierra, gracias a la fabricación de tres réplicas más que se encuentran en Toulouse (Francia), Colonia (Alemania) y Houston (Estados Unidos). En su centro en Lliçà d´Amunt (Barcelona), Sener ya ha recibido la visita de unos 11 astronautas para conocer el funcionamiento de la máquina.

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