El transbordador Discovery partió el lunes de la estación espacial Kennedy Space Center en Estados Unidos con siete astronautas y permanecerá en la EIA hasta el 18 de abril, donde una de sus misiones es trasladar esta máquina.
Según el director general de Sener en Catalunya, Gabriel Alarcón, la artrosis y la osteoporosis son las dolencias más comunes entre los astronautas al regresar a la Tierra (que padecen hasta dos meses después de aterrizar), por lo que la máquina permite analizar los ejercicios más indicados para su erradicación. Así, mediante un «potente» software´los científicos podrán investigar los mecanismos de la atrofia y desarrollar «contramedidas».
Mares permite ejercitar hasta 11 articulaciones diferentes y programar variables de fuerza y velocidad en brazos, muñecas, piernas, espalda, tobillos y pies. El desarrollo de Mares ha costado el trabajo de ingenieros equivalente a 250.000 horas a lo largo de 16 años, con una inversión de 13 millones de euros por parte de la empresa. La silla contiene hasta 12.000 piezas mecánicas de aluminio y acero y tiene una vida de diez años.
Mares, de 400 kilos de peso, se ha transportado en módulos desmontados y se instalará en Columbus de igual forma, ya que dicho satélite cuenta con poca superficie. No obstante, se han incorporado amortiguadores a su estructura porque el movimiento del ejercicio podría llegar a mover la base sin esta solución.
Los astronautas que ya se encuentran en la EIA y los que algún día viajarán a la estación ya se entrenan en el uso de Mares en la Tierra, gracias a la fabricación de tres réplicas más que se encuentran en Toulouse (Francia), Colonia (Alemania) y Houston (Estados Unidos). En su centro en Lliçà d´Amunt (Barcelona), Sener ya ha recibido la visita de unos 11 astronautas para conocer el funcionamiento de la máquina.