A lo largo de este mes los consejeros, parlamentarios y altos cargos del Partudo Popular se han reunido para discutir el contenido de dicho informe, y cada reunión acababa exteriorizando el descontento. Tal es el punto que uno de los asistentes de la paritdo lo llamó "el divordio entre el partido y el ministro", según apunta El Mundo. "Lo que se le reprocha a Wert es que el modelo educativo del PP no quede reflejado en la reforma educativa", apunta otro de los presentes.
El nuevo currículo es tan "exhaustivo" y tiene tal grado de "concreción" que tiende a violar "el principio de autonomía de los centros", uno de los grandes pilares del ideario educativo popular.
Por ejemplo, en Filosofía precisa el nombre de los autores que deben estudiarse en 1º de Bachillerato: exige unos niveles de aprendizaje "inapropiados para el nivel al que van dirigidos", o incurre en "contradicciones" diversas, como fijar un Latín de 1º de Bachillerato que es "una repetición ampliada del de 4º de ESO", según denuncia la Asociación Nacional de Catedráticos de Instituto (Ancaba) en un documento en el que se citan algunos ejemplos del "excesivo grado de detalle" de lo que se les exigirá a los alumnos.
Fraccionar el proyecto en tres
Las Comunidades Autónomas han pedido a José Igancio Wert que divida en tres el proyecto de real decreto, que ahora agrupa en un solo texto el currículo de Primaria, el de la ESO y el de Bachillerato, para que el Gobierno apruebe ahora sólo el de Primaria y deje para más adelante el resto.
De este modo, el Ministerio y la comunidad educativa tendrían más tiempo para analizar, debatir y pulir los currículos de la ESO y Bachillerato, "que no corren tanta prisa" porque hasta dentro de dos cursos no empiezan a ponerse en marcha.
Mañana habrá reunión del Consejo Escolar del Estado, el máximo órgano consultivo del Gobierno en materia educativa, aunque todo apunta a que el resultado final sea crítico
