Las universidades que forman parte de Leru son las de Amsterdam, Barcelona, Cambridge, Edimburgo, Friburgo, Ginebra, Heidelberg, Helsinki, Leiden, Leuven, Imperial College London, University College London, Lunds universitet, Università degli Studi di Milano, Ludwig-Maximilians-Universität de Múnich, Oxford, Université Pierre et Marie Curie, Université Paris-Sud 11, Estrasburgo, Utrecht y Zúrich.
De España, como se observa, está la Universidad de Barcelona. Sin embargo, el jueves pasado, las doce universidades catalanas, públicas y privadas, acordaron participar en U-Multirank, según anunció el conseller de Economía y Conocimiento, Andreu Mas-Colell. Hay una contradicción con los datos de Deketelaere.
U-Multirank fue presentada oficialmente en Dublín el pasado 30 de enero y publicará sus primeros resultados a comienzos de 2014. Al parecer, hay ya 500 universidades interesadas en formar parte de la aventura. Cuenta con un presupuesto de dos millones de euros. Para Bruselas, la nueva tabla «multidimensional» representa «una superación de los enfoques tradicionales de la clasificación del rendimiento de las universidades, que se centraban de forma desproporcionada en la excelencia de la investigación».
La alusión es clara sobre todo a las dos clasificaciones mundialmente famosas: la de Shanghái y la del Times.
U-Multirank quiere valorar a las universidades con arreglo a una amplia serie de factores, distribuidos en cinco áreas: prestigio de la investigación, calidad de la enseñanza y el aprendizaje, orientación internacional, logros en la transferencia de conocimientos (como asociaciones con empresas, incluidas las emergentes) y contribución al crecimiento regional.
Androulla Vassiliou, comisaria Europea de Educación, Cultura, opina que el nuevo instrumento «ayudará a los estudiantes a elegir la universidad o escuela superior que sea mejor para ellos, contribuirá a la modernización y a la calidad de la enseñanza superior, permitiendo que las universidades conozcan sus fuerzas y sus debilidades y aprendan de la experiencia compartida, y ofrecerá a los responsables políticos una visión más completa de sus sistemas de enseñanza superior»