La XXIV Universiada invernal no pasará a la historia por su repercusión. Durante dos semanas deportistas de cerca de un centenar de países se dieron cita en Harbin (China) en la cita bienal que organiza la FISU. Exito de público en todas las pruebas, como suele ocurrir en el gigante asiático, pero escasa trascendencia en los medios de fuera de la propia China.
Los cinco representantes españoles compitieron del 18 al 28 de febrero. Victoria Padial lo hizo en Biathlon, Ioseba Rojo e Iñigo Macias, en Fondo, y Guillem Capdevila junto a Mireia Clemente en Alpino, fueron los presentes. Ninguna medalla, por supuesto, pero discretos en líneas generaless. La mejor actuación correspondió a Mireia Clemente, que acabó décima en el Slalom Super Gigante, mientras que Guillem Capdevila fue 17º como mejor resultado en el slalom. Victoria Padial, en Biathlon, logró un 19º puesto. Los fondistas españoles, pese a ser la disciplina más segura, quedaron muy distanciados.
Al igual que ocurrió en los recientes Juegos de Pekín, la anfitriona China volvió a ser la dominadora de la Universiada, aunque en cerrada pugna con Rusia, que acabó con más medallas pero de menor valor. China se colgó 48 preseas (18 oros, 18 platas y 12 bronces), mientras que Rusia logró 51 medallas, también con 18 oros, pero con menos platas: 14. Más las 19 de bronce.
El tercer puesto del medallero se lo quedó Korea del Sur, con 28 medallas (12, 7, 9), seguida de Japón con 20 (9, 8, 3) y Suiza con 14 (7, 3, 4). En total fueron 19 países los que subieron en alguna ocasión al podio y se repartieron los 81 oros en disputa (45 masculinos y 36 femeninos).
La próxima cita universitaria será este verano en Belgrado (Serbia), donde España acudirá con unos 120 deportistas y mayores opciones de hacer un buen papel. La siguiente Universiada invernal será en Erzrurum (Turquía) en 2011.
