"Lo que acabamos de hacer es una gran cosa para el trabajador estadounidense", dijo Trump sobre el TP en el Despacho Oval. Además, en un encuentro posterior con sindicatos, anunció que "en el momento apropiado" revisará el tratado de libre comercio con México y Canadá (NAFTA) impulsado por Bill Clinton en 1992. El portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, explicó la salida del TPP por el interés de Trump por priorizar las negociaciones bilaterales en materia comercial en vez de enmarcadas en acuerdos con más países.
Trump firmó también la congelación de empleados en la Administración federal "excepto para el Ejército", según precisó. También firmó un decreto según el cual las ONG que reciban dinero público estadounidense no pueden practicar o promover abortos en los países donde operen. Además, en una reunión con los ejecutivos de las grandes empresas estadounidenses, el presidente anunció un gran impuesto fronterizo para las empresas que produzcan fuera del país y una reducción de impuestos "en masa", de entre el 15% y el 20% para "la clase media y las empresas".
La retirada de Estados Unidos del TPP fue criticada desde las propias filas republicanas. El senador John McCain lo calificó de "grave error" de "consecuencias duraderas" ya que dejará más espacio para que China amplíe su red comercial. Algunos de los países firmantes del TPP reaccionaron de inmediato. El ministro de Exteriores de Chile, Heraldo Muñoz, afirmó: "El TPP tal cual como lo conocíamos ya no está sobre la mesa" y anunció que el acuerdo se retirará también en Chile "ya que el pilar fundamental era la presencia de Estados Unidos". También Japón consideró un "sinsentido" el acuerdo sin Estados Unidos "porque se desequilibra la balanza entre intereses fundamentales", según dijo el viceportavoz del Gobierno japonés, Koichi Hagiuda, quien conminó a Trump a que "comprenda bien el significado estratégico y económico del TPP". Por su parte, Australia y Nueva Zelanda confirmaron que seguirán apoyando el TPP a pesar de la salida de Estados Unidos.
Por su parte, el presidente de México, Enrique Peña Nieto, admitió que será necesario "redefinir la nueva relación con Estados Unidos" pero sin "confrontación ni sumisión". "La solución es el diálogo y la negociación", dijo, y anunció que buscará una "negociación integral" en la reunión que mantendrá el próximo 31 de enero con Donald Trump, en la que llevará a la mesa "todos los temas": comercio, migración, seguridad fronteriza, amenaza terrorista, tráfico de drogas, armas y efectivo.
Los diarios son explícitos en sus titulares. "Trump lanza su ofensiva contra el libre comercio y la globalización", dice EL PAÍS. "Trump da la orden de iniciar la guerra comercial en el Pacífico", titula EL MUNDO en portada. "El presidente rompe los grandes acuerdos comerciales exteriores", indica ABC. El diario LA RAZÓN destaca que "Trump rompe el acuerdo de comercio con Asia y hará bajadas 'masivas' de impuestos", tras advertir a los empresarios que deberán producir en Estados Unidos para beneficiarse de las rebajas fiscales. Según LA VANGUARDIA, Trump "evidencia su voluntad de desmontar el legado de Obama". CINCO DÍAS titula en portada: "Trump iba en serio: golpe al comercio global".
Mientras, el Senado estadounidense confirmó a Mike Pompeo como nuevo director de la CIA y el Comité de Relaciones Exteriores aprobó la candidatura del empresario petrolero Rex Tillerson como secretario de Estado. Por su parte, el secretario de Estado de Defensa James Mattis comprometió el apoyo de Estados Unidos a la OTAN en una conversación con el secretario general de la organización atlántica, Jens Stoltenberg.
Reacciones críticas unánimes desde España
Las valoraciones editoriales de los diarios impresos españoles vuelven a ser unánimes después de que ABC mostrara dudas en favor de Trump. "Si sigue por ese camino puede convertirse en una grave amenaza contra la libertad de expresión", sentencia EL PAÍS. "Inquietante panorama con sólo tres días de presidencia", asegura EL MUNDO. "Trump parece querer demostrar que su temeridad no tiene límites", secunda esta vez ABC.
Igualmente, el ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, tras pedir días pasados una oportunidad para Trump, lamentó la supresión de la versión española de la web. "En un país en el que hay 52 millones de personas que hablan español, no es una buena idea renunciar a un instrumento de comunicación", indicó, aunque recordó que "la gestión de la web es una cuestión interna de la Casa Blanca".
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El PSOE abogó por una iniciativa diplomática conjunta con los países hispanohablantes ante la Casa Blanca y presentó dos preguntas en el Congreso sobre la opinión del Gobierno al respecto y las gestiones que piensa realizar. La presidenta andaluza, Susana Díaz, opinó en su twitter que se trata de "un desprecio a la comunidad hispana y ataque intolerable a la segunda lengua en EEUU". El expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, reclamó al Gobierno que "pida una rectificación a la Casa Blanca".
El director de la Real Academia Española, Darío Villanueva, consideró el incidente "negativo" y "una regresión importante", ya que "la presencia del español en Estados Unidos es imparable". Para el director del Instituto Cervantes, Víctor García de la Concha, se trata de "un gesto simbólico" y "grave" porque el 18% de la población estadounidense habla español.
Los diarios reflejan la noticia con un gran despliegue. "Trump amordaza el español", destaca EL MUNDO. La portada de ABC, que reproduce una gran letra "ñ" con las barras y estrellas de la bandera estadounidense, destaca: "La presión hispana refrena el afán de Trump por censurar el español". En parecidos términos titula LA RAZÓN: "Contra la mordaza a 50 millones de hispanos". EL PAÍS señala que "La Academia y los partidos piden que el español siga en la web de Trump". LA VANGUARDIA se hace eco del "alud de críticas a la supresión del español en la web de la Casa Blanca". EL PERIÓDICO titula: "Mala idea en la Casa Blanca".
La desaparición no es dada por definitiva desde el Gobierno estadounidense. El nuevo portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, dijo que se sigue construyendo la web del Gobierno estadounidense y llevará "un poco más de tiempo" tenerla completa "pieza a pieza". "Sorry, the page you're looking for can't be found" (¿Disculpe, la página que busca no puede encontrarse") es el mensaje que se encuentra al intentar acceder a su contenido.
El nuevo equipo de la Casa Blanca ha cerrado de momento las cuentas en español que tenía en las redes sociales y, por ahora, carece de un interlocutor para asuntos hispanos como sí tuvo Barack Obama. Trump tampoco cuenta con ningún hispano en su Gobierno, lo que no sucedía desde hacía casi 30 años.
Que los hispanos, la primera minoría estadounidense, no son una prioridad para Trump cayó como un jarro de agua fría en las instituciones políticas y culturales españolas, tras el esperar y ver de Dastis. El director de la Real Academia, Darío Villanueva, calificó la medida de "regresión importante" y el del Instituto Cervantes, Víctor de la Concha, de "gesto grave".
La presidenta andaluza, Susana Díaz, calificó en Twitter la supresión de "desprecio a la comunidad hispana y ataque intolerable a la segunda lengua en EE UU". Por su párte, en el PP hay diferencias. El vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Casado, se mostró confiado en que "el impulso al español y a lo hispano en EE UU siga en la actual Administración", pero añadió que Trump "tiene todo el derecho a decidir lo que considere oportuno en su política de comunicación". En cambio, el vicesecretario de Acción Sectorial de su partido, Javier Maroto, admitió que, si se confirma que no se trata de un error informático, es "bastante grave".
La Casa Blanca solo dice que no ha completado la actualización
La supresión de la versión española añade otro gesto de fractura entre la nueva Administración y los 57 millones de habitantes hispanos a los que se elevan los 52 citados por Dastis "Es un detalle espantoso. Casi un 20% de la población es hispanoablante y de la mañana a la noche el español desaparece de la web. El mensaje es: no nos importa nada que seais bilingües, es vuestro problema”, opina Phillip M. Carter, catedrático de Lingüística en la Universidad Internacional de Florida (FIU).
La página había estado activa durante los ocho años de Obama traduciendo contenidos originales en inglés y generando otros en español sobre temas de interés de la comunidad hispana. Este lunes un portavoz de la Casa Blanca afirmó que la desaparición de la web en español, sin previo viso ni aclaración de ninguna clase, es temporal y su recuperación "tardará un poco".
Durante la campaña, las únicas referencias de Trump al español se limitaron a definir como “bad hombres” a los delincuentes de origen hispano y a recomendar a otro candidato republicano, Jeb Bush, cuya esposa Columba nació en México, dar ejemplo y hablar.
Reacciones de representantes hispanos
“Que nos hayan borrado de la página no significa que nos borren como americanos”, dice a El PAÍS la congresista demócrata de padres mexicanos Nannete Díaz Barragán, que con 40 años conquistó su escaño federal por California en las pasadas elecciones. “Exijo al equipo de la Casa Blanca que revise de inmediato este asunto. Somos americanos y estamos aquí para quedarnos”, afirma. El expresidente del Partido Republicano en Florida Al Cárdenas, cubanoamericano, contempla el asunto de la web en español en un contexto más amplio y lo intepreta como una decisión que aumenta su “grado de preocupación” por las relaciones de la nueva presidencia con América Latina.
Desde Orlando, el activista puertorriqueño Jimmy Torres juzga la eliminación de la web como “otro paso de Trump para ganarse al sector más recalcitrante de los racistas americanos". "Este señor sigue a lo suyo, tirándole carne a los lobos. Es un nuevo acto de desprecio a la comunidad latina”. Torres lo compara con un vídeo de diciembre pasado que se hizo viral en el que una mujer mayor le decía con agresividad en la fila de un supermercado de Kentucky a una latina joven: “Habla en inglés. Estás en América. Si no sabes hablarlo, lo aprendes”.
En California, la primera economía de Estados Unidos y el Estado con más hispanohablantes del país, es prácticamente implanteable no tener una vía institucional de comunicación en español. Desde los anuncios por megafonía del metro de Los Ángeles hasta la información electoral, hay una versión en español de casi todo. California tiene un 39% de población latina, la gran mayoría de México. El condado de Los Ángeles, el más poblado de Estados Unidos, tiene un 50%. En las escuelas públicas de esta ciudad, más del 70% de sus 600.000 alumnos son latinos. Cualquier rueda de prensa del alcalde, Eric Garcetti, es bilingüe, en inglés y español. En Florida, el condado de Miami Dade tiene un 65% de latinos, y una de sus ciudades, Hialleah, supera con holgura el 90%.
Steve Zimmer, presidente del Consejo Escolar de las escuelas de Los Ángeles
Steve Zimmer, presidente de la Junta Escolar del Distrito escolar de Los Ángeles, pone su administración como ejemplo de la relevancia del español. “Es de fundamental importancia que nuestros padres tengan acceso a la información sobre la educación de sus hijos en su propio idioma”, contesta en un correo electrónico. Su oficina está aumentando el personal bilingüe para dar servicio de traducción a varios idiomas. “El hecho de que la Casa Blanca haya abandonado el compromiso que tenía la Administración de Obama con dar servicio adecuado a todas nuestras comunidades forma parte de un ataque fundamental a nuestra democracia, cosa que nos debe alarmar a todos”, dice el presidente del segundo distrito escolar más grande de Estados Unidos.
La situación es parecida en todo el suroeste de Estados Unidos. En Arizona, entre Tucson y la frontera con México los carteles de la carretera dejan de estar en millas y la distancia se comunica en kilómetros. Texas, el segundo estado con más población hispana después de California, tiene un 48% de alumnos en sus escuelas de origen hispano, según datos de Pew Center. En cualquier administración de las grandes ciudades de Estados Unidos la opción de dar información en español saldría sin preguntar. Desde el viernes, no es así en la Casa Blanca.
La ausencia de la versión en español de la Casa Blanca de Trump, “espero que sea falta de preparación y no por menospreciar a nuestra comunidad”, dice Ben Monterroso, director de Mi Familia Vota. Su organización se dedica precisamente a conseguir que los latinos participen en política, y en ese trabajo es importante que la información esté en español. “Espero que sea algo que no se habían preparado y sea temporal. Si es permanente, es más serio”, dice Monterroso. “Pero aún así no deja de ser una indicación de la prioridad que somos para ellos. No hace falta hablar inglés para ser americano. Uno es americano por la forma en que contribuye a este país”.