El concepto de desarrollo ha avanzado significativamente, desde sus orígenes centrados en los procesos de crecimiento material, hacia los paradigmas del desarrollo humano y sostenible, según las actas del Congreso. La idea de desarrollo ha evolucionado a partir de la superación de la confusión entre sus fines fundamentales y los medios necesarios para alcanzarlo. Se consideraba como fin la búsqueda de algún objeto externo a las personas, como por ejemplo el ingreso, la riqueza o el Producto Interno Bruto, cuando en realidad son medios para conseguir el desarrollo; el fin del desarrollo es la vida, cómo se sienten las personas, qué quieren hacer o ser. La búsqueda de la buena vida, como señala Amartya Sen, se resume en vivir de manera que se tengan razones para celebrar y la búsqueda de esa buena vida implica libertad. Es necesario ser libre para buscar la buena vida.
En este sentido, las nuevas aproximaciones al desarrollo permiten comprender al hombre y a la sociedad como parte de un sistema complejo y amplio, global; en el cual, es necesario considerar las interrelaciones entre los diversos componentes del contexto y su relación con la cultura del entorno, la calidad de vida y el bienestar individual y local.
No obstante, a pesar de los avances teóricos y conceptualización del desarrollo, entendido desde su forma más amplia, para muchos de los países de Iberoamérica el modelo de desarrollo ha girado principalmente en torno a la explotación de los recursos naturales,principalmente para la obtención, uso y comercialización de la energía; una aproximación que genera importantes externalidades negativas sobre el medio ambiente y la salud,limitando con ello la libertady la capacidaddelas personaspara realizarse. Este modelo basado en la explotación de recursos naturales y materias primas es insostenible y constituye una importante restricción para el desarrollo humano, por lo que se plantea la necesidad de un cambio que permita adaptar las estructuras productivas a los avances teóricos que han permitido prever que un futuro sostenible es posible. Desde la ecología, la antropología ola sociología se han realizado contribucionessignificativasal concepto de desarrollo y a la valoración de los activos culturales, ambientales y naturales. De esta manera, el disfrute y la preservación de la naturaleza, el entendimiento de la cultura del territorio, la participación en los estilos de vida de las poblaciones locales, la justicia en el reconocimiento de los derechos de las personas, cobran vital importancia en la noción de desarrollo.
La III RISE estará orientada, por tanto, a reflexionar sobre el desarrollo y la globalización en el marco de la búsqueda de sociedades más equilibradas y justas. Las diversas interrelaciones que se pueden dar entre los países en los ámbitos económico, social, político y otros muchos.