jueves,18 agosto 2022
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También reduce la mortalidad por cáncer

Alargar la vida gracias a una enzima del cerebro

Redacción
Los últimos estudios descartan que la sirtuina, la enzima asociada al envejecimiento, sea la responsable de causar dichos efectos en el cuerpo humano.

Un grupo de investigadores de la escuela de Medicina de la Universidad de Washington (Saint-Louis,Misuri, EEUU) afirma haber encontrado el mecanismo por el cual una  "proteína específica llamada SIRT1 consigue provocar en el celebro un retraso significativo en el envejecimiento y el aumento de la longevidad", explica el principal autor del trabajo, Shin-ichiro Imai.  Ambos, añade, "se han asociado con una dieta baja en calorías".

Varias teorías e investigaciones a la largo de la historia han apoyado el supuesto de que un dieta saludable y baja en calorías ayuda a aumentar la longevidad. No obstante, no es hasta ahora cuando se descubre el por qué ocurre.

Imai y su equipo han observado que SIRT1 provoca actividad neuronal en zonas específicas del hipotálamo, lo que desencadena una serie de cambios físicos en el músculo esquelético, que adquiere más vigor y longevidad. "Vimos que en los ratones viejos que expresan SIRT1 en el cerebro, las estructuras musculares esqueléticas se parecen al tejido muscular joven", argumenta Imai. Es decir, ratones de 12 meses (lo que equivale a 70 años en los humanos) se muestran tan activos como los de cinco meses de edad.

SIRT1 es una proteína ligada a los genes y, como tal, cada persona expresa más o menos en función del ambiente que le rodea (la dieta seguida, la exposición solar, etc.). En el caso de los ratones estudiados por el grupo de Imai, algunos fueron modificados genéticamente para sobreproducir SIRT1 en los tejidos del cuerpo, mientras que otros fueron diseñados para producir esta sustancia sólo en el cerebro. Los resultados hablaban por sí mismos: "Sólo los animales que sobreexpresan SIRT1 en el cerebro tuvieron una vida más prolongada, al igual que los ratones normales criados en regímenes de restricción de calorías en la dieta".

En definitiva, el efecto antienvejecimiento de la sobreexpresión de SIRT1 es similar al de la restricción dietética. De hecho, los animales modificados genéticamente para producir más SIRT1 en el cerebro no tienen por qué reducir la ingesta de calorías para beneficiarse del efecto antienvejecimiento asociado a la sirtuina.

Esta sustancia no sólo se traduce en cambios del músculo esquelético, los roedores experimentaron un sueño más profundo y vivieron más. En los ratones machos, el promedio de vida aumentó en un 9 % y en las mujeres en un 16 %. En humanos, equivaldría a 13 o 14 años más para las mujeres y unos siete más para los hombres.

Otro de los beneficios comprobados en este estudio fue el retraso de muerte por cáncer en los ratones con sobreexpresión SIRT1 en el cerebro. En general, "se retrasa el declive relacionado con la edad".

En vista de los hallazgos obtenidos, apunta Imai, dado que el envejecimiento está marcado en algunas áreas cerebrales del hipotálamo, se plantea la ´fantasía´ de poder alargar la vida manipulando los núcleos cerebrales. 

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