Nuestra identidad en el año 2025
Es innegable, que la tecnología en este año 2025 es capaz de extraer las conclusiones más importantes de lo que denominamos IDENTIDAD y transformarla en soluciones que nos convienen enormemente. La identidad antes era solamente física pero ahora es una mezcla física y digital, con enormes implicaciones. Desde 2021 es habitual cruzar tus datos bioantropométricos con otras variables, como tu REPUTACIÓN DIGITAL y ello ofrece como resultado tu identidad real. Ahora pensamos que sólo una triste realidad física sin la emocionante realidad virtual ya no es realmente tan “real”. La realidad solamente física nos parece un concepto lejano y antiguo.
En el 2025 ya sabemos lo que queremos porque estamos todos conectados por ello nosotros (Rafa y Mar) tenemos bien definida nuestra identidad desde que operamos habitualmente en blockchain.. Nos comentan sobre nuevas tecnologías que aparentemente son más seguras, más rápidas y más eficientes que blockchain, pero nos cuesta imaginar esos nuevos elementos que van a generar mayor confianza aún. Nos reímos cuando recordamos la evolución reciente de nuestra comprensión de las cosas. Parece que en pocos años nuestra mentalidad ha dado un salto mortal “tirabuzonado “que nos permite vivir en un estado de mejora exponencial.
Hasta hace 100 años, sobre 1915, la identidad te la otorgaba tu entorno social y la confianza se sellaba con un apretón de manos. Luego se fue burocratizando hasta que tu identidad sólo te la permitía un documento oficial, expedido por los antiguos gobiernos de humanos, y la confianza era una cuestión que se gestionaba mediante contratos analógicos y reactivos. Hasta 2020 los gobiernos intentaron fomentar la inclusión digital de los ciudadanos pero el proceso era tan pesado que nadie se apuntaba (ni se fiaba). Todo cambió cuando adoptamos de manera masiva blockchain como filosofía de vida. Fue la primera vez que los ciudadanos sentimos que operábamos, por fin, bajo un sistema transparente y de total confianza. Eso catalizó en un tsunami de transacciones entre los ciudadanos mediante smart contracts: teníamos ya herramientas para poder confiar en nuestro interlocutor y fue cuando empezaron a desaparecer los intermediarios tradicionales, que ahora asimilamos jocosamente a los dinosaurios.
En el 2025 los ciudadanos nos conectamos directamente entre nosotros, sin nadie por medio. Y somos nosotros mismos los que decidimos lo que queremos hacer entre nosotros. Es lógico que, ahora que podemos, gestionemos hasta nuestra energía como miembros de comunidades de pares conectados. Hemos pasado de la mentalidad “YOU-ME” al “ME-WE”. Hemos evolucionado de una mentalidad industrial a una inteligente. Por eso somos más felices.
Rafa Martinez- Cortiña
CEO de Thinkeers
Mar Souto Romero
Profesora Doctora Universidad Internacional de la Rioja.
Universitat Rovira I Virgili
Consultora Empresas.