jueves,18 agosto 2022
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Aquella primera clase media española (1960-1975)

Cromatismos
El concepto de clase media es uno de los más difusos, aunque sus símbolos aparezcan claros.Miembro de la primera clase media era el que tenía ingresos estables y suficientes para mantener él solo una familia de cinco o más miembros, un piso de 2-3 dormitorios bien equipado, un coche utilitario, otro piso o apartamento en la sierra o en la playa, además de permitir a su familia disfrutar de unas vacaciones de verano de casi tres meses mientras él continuaba trabajando y viviendo de "Rodríguez".

La clase media española es pues, en su sentido más amplio, la que refleja principalmente indicadores económicos y sociales capaces de ser admitidos por el difici consenso de las conceptualizaciones académicas (ver nota bibliográfica final), generadoras de interesantes debates, pero propensos a controversias políticas que nada aportan al conocimiento de la época. En España, cuyo desarrollo económico a niveles de los países más avanzados no llegó hasta entonces, la primera clase media fue la que se fraguó en la década de los 60 y primera mitad de los 70: la generación de muchos de vuestros padres y la de vuestra niñez, juventud y primera vida adulta.

 

1.- Primeros pasos.

  • Los primeros veinte años del Gobierno de Franco fueron de ostracismo político internacional y autarquía económica. Su  renta per cápita era inferior a la de algunos países sudamericanos. La base de su economía era de origen rural así como la mayor parte de su población y cuyos máximos se concentraban en las dos Castillas, Galicia, Extremadura y Andalucía.
  • Al descomponerse el bando aliado –tras el fin de la IIª Guerra Mundial- y el inicio de la Guerra Fría, España fue rehabilitada internacionalmente por las Potencias occidentales (USA principalmente y –en menor medida- por Francia e Inglaterra) dada su importancia estratégica en el nuevo escenario internacional.
  • En 1953 se firmaron –en el Palacio de Sta. Cruz- los “Acuerdos de Madrid” USA-España por los que ésta recibía material militar, autorizaba la instalación de cuatro bases militares (las aéreas de Morón, Torrejón y Zaragoza y la naval de Rota) al tiempo que recibía 1.500 millones de dólares en créditos. También en ese mismo año se firmó el Concordato España-Santa Sede. Ambos Acuerdos supusieron un paso decisivo en el reconocimiento internacional de España. 

Eisenhower
  • En tan sólo un año –Octubre de 1956 a Noviembre de 1957– se construyó un oleoducto de 850 Km. desde Rota a Zaragoza pasando por Torrejón de Ardoz para dar servicio a dichas Bases. Y en diciembre de 1959, Eisenhower aterrizaba en la Base de Torrejón cubriendo el suceso más de 500 periodistas, 10 autobuses, 15 cabinas de radio, 110 aparatos telefónicos, 7 líneas de fototelegrafía, decenas de cámaras de cine/televisión y millón y medio de personas asistentes al acto. El trayecto Torrejón-Madrid pasaría a la Historia como anticipo de la etapa de mayor crecimiento económico que haya tenido España hasta entonces. 
  • De 1952 a 1957 se puso en marcha el primer Plan de concentración parcelaria cuyo objetivo era ofrecer a cada agricultor el menor número de fincas posible a cambio de todas las por él aportadas al Plan. Actuación imprescindible porque en Galicia, por ejemplo, un agricultor de entonces podía ser propietario de 500 parcelas de menos de 100 M2 y alejadas entre sí 50 Km.
  • Dicho Plan no sólo supuso la concentración/integración de parcelas sino el incremento de su potencial económico mediante la mecanización, regadío y colonización, por una parte, así como su identificación, titulación y registro notarial como pasos previos para la gestión de ayudas y subvenciones públicas.
  • En 1959 –y bajo la Presidencia de Carrero Blanco– se acometió el Plan de Estabilización Económica que –fundamentalmente- estableció el Marco normativo dirigido a normalizar la Economía española hasta entonces rígidamente autárquica y dirigida a la producción sólo nacional y para un mercado exclusivamente interior.

López Rodó
  • La búsqueda de la estabilidad económica (mediante el equilibrio de ingresos y gastos), la necesidad de aceptar las reglas de la ortodoxia financiera y monetaria mediante la convertibilidad de la peseta –en 60 pts./dólar-,   la eliminación de las coberturas de protección mobiliaria hacia la Deuda pública (pignoración), la lucha contra la inflación, la apuesta por el mercado, la liberalización progresiva del comercio interior, la búsqueda expansiva de los intercambios comerciales internacionales y la entrada de España en el FMI, OCDE y Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento se ven definitivamente confirmados en el nuevo Plan. 
  • Sus autores: los ministros Ullastres (Comercio), Navarro Rubio (Hacienda) y López Rodó (Jefe de la Oficina de Coordinación y Programación Económica) bien coordinados entre sí y dotados de buena preparación intelectual/profesional en el Área económica.

Ullastres

 

2.- Crecimiento económico.

  • De 1964 a 1975 se implementaron tres Planes de Desarrollo Económico y Social, de carácter indicativo, bajo la dirección –ya como Ministro- de López Rodó. Su resultado más visible fue la creación de los Polos de Desarrollo industrial repartidos por toda España: Valladolid (FASA-Renault), Vigo (Citroen), Huelva (Industria Química), Zaragoza, Sevilla, Burgos, Granada, Córdoba, Oviedo y Madrid (corredor del Henares): un auténtica locomotora industrial que permitió un crecimiento anual del PIB, acumulativo y a lo largo de esos quince años del 7´2%: un milagro económico que permitió el nacimiento de su primera clase media.
  • Tanto los Planes de Concentración Parcelaria como la creación de los Polos de Desarrollo Industrial, inmediatamente posteriores, conllevó un éxodo rural tanto hacia los nuevos núcleos urbanos, industriales y de servicios  (proceso de urbanización) como hacia los grandes núcleos industriales europeos en un proceso de emigración permanente. Se calcula que en torno a cuatro millones de españoles cambiaron de residencia en el período. 
  • Dos infraestructuras resultaron determinantes para el desarrollo económico de la etapa: 1/ Por un lado la puesta en funcionamiento de siete centrales nucleares para la producción de energía eléctrica (“átomos para la Paz”, se denominaron): Zorita (1965), Garona (1970), Ascó (1971), Vandellós (1972), Almaraz (1973), Cofrantes (1973) y Trillo (1979). Lemoniz, aunque proyectada en 1972, no se puso en funcionamiento tras la moratoria nuclear de 1984 decretada por el Gobierno de Felipe González y cuyo coste se ha repercutido en los recibos de la luz –a razón de 65 millones de euros/año-  hasta su amortización en 2015. Y 2/ La regularización hidráulica de las cuencas del Ebro, Duero, Tajo, Guadiana y Guadalquivir que dieron como resultado –mediante la construcción de numerosos embalses y presas-  multiplicar por diez la capacidad de agua embalsada (de 4.133 hm3 a 38.819 hm3) desde 1940 a 1970.Y multiplicar por cuatro la superficie de regadío (de 450.000 hectáreas en 1942 a 1.655.000  en 1972).Entre los cinco embalses más grandes de España –construidos en el período- se encuentra el de Mequinenza (1964) con razón llamado el “Mar de Aragón”. 
  • Tanto la regularización de las cuencas hidráulicas –con la consiguiente construcción de embalses y pantanos- como la ampliación del regadío conllevó la construcción, de nueva planta, de más de trescientos pueblos –repartidos por todo el territorio nacional- destinados bien al realojo de la población afectada por las aguas del pantano recién construido como a nueva colonización. Entre ellos se encuentran 28 en Aragón: 14 en Huesca, 12 en Zaragoza y 2 en Teruel. Se calcula que este Plan de reasentamiento poblacional afectó a unas 50.000 familias: el mayor éxodo de migración interior hasta entonces conocido. 
  • Las remesas de emigrantes supusieron una entrada anual de divisas que permitió dar la vuelta –de negativa a positiva- de nuestra balanza comercial con el exterior. Si a principios de los 60 el superavit de la Balanza comercial ascendía a 163 millones de dólares, al final de esa década lo hacía a 1.400 millones junto a un crecimiento de la fuerza laboral a razón de 100.000 nuevos trabajadores cada año.
  • Los ingresos por turismo de extranjeros arrojó un superavit en la Balanza de Servicios  de 2.300 millones de dólares al pasar el número de visitantes anuales de apenas 6 millones –al inicio del período- a más de 30.Y las entradas de capital extranjero a largo plazo se elevaron sustancialmente pasando de 227 millones de dólares en 1961 a cerca de 1.000 millones en 1970. 
  • Esta gigantesca maquinaria de ahorro exterior (remesas de emigrantes, entradas por turismo e inversión extranjera) fue la que permitió: 1/ financiar la expansión industrial de España mediante la  importación de equipos, compra de patentes e incorporación de tecnología moderna; 2/ una nueva distribución por sectores  del su tejido industrial (transformados metálicos, construcción, industrias químicas, alimenticias, textil y metálicas básicas); 3/ la revolución del sector terciario y de servicios al representar –al final del período- más del 50% del PIB y dejando reducidos a la Agricultura y la Pesca a menos del 10%; y 4/ mantener, durante 15 años y como ya he señalado, un crecimiento de la Economía en torno al 7´2% anual y acumulativo de su PIB.
  • En el período comprendido entre 1965-1975 tanto la productividad del trabajo como los salarios aumentaron exponencialmente creciendo el PIB real por habitante y año en 3.000$; en 9.000 $ la productividad media del trabajo y en 8.000 $ el salario medio real por trabajador asalariado. Lo que unido a la baja –por no decir inexistente- presión fiscal sobre las rentas del trabajo, la nueva clase media pudo afrontar sin problemas la adquisición de uno –o más- pisos en propiedad, equiparlos con los electrodomésticos de la época, comprarse un coche y hacer disfrutar a la familia, entonces numerosa comparada con la actual, de un glorioso veraneo –en la playa o en la sierra- de casi tres meses mientras el cabeza de familia hacía de “Rodríguez” en la ciudad: por primera vez en España, un mayor nivel de vida y su moderado coste –y, especialmente, la vivienda en propiedad-  resultaban asequibles aunque sin ocultar y silenciar grandes diferencias entre las clases altas, medias y populares españolas. 

3.- Cambios sociales

  • El de mayor trascendencia fue la total renovación de las clases medias españolas con la incorporación a las mismas de los nuevos profesionales y ejecutivos de la nueva economía junto a los nuevos y jóvenes empresarios que contribuyeron a crear una tupida red de pequeñas y medianas empresas a lo largo y ancho del territorio nacional. Se tenía y consideraba como miembro perteneciente a la clase media a quien tuviese un trabajo estable, ingresos suficientes para comprarse un piso de 2-3 dormitorios, mantener –él solo y si estaba casado- a una familia (la mayoría de cinco miembros), comprar un coche y –adicionalmente- otra casa (en la playa o en la sierra) para las vacaciones familiares. 
  • También las clases populares se beneficiaron del crecimiento económico: al incremento de jornales y sueldos se añadió el complemento anual que representó el trabajo temporal en el extranjero (principalmente a Francia).Lo que no impidió la existencia de un amplio abanico de sueldos entre los obreros mejor y peor pagados si incluimos –entre los últimos- a los habitantes de zonas rurales y suburbios más pobres de las grandes ciudades. 
  • La población española experimentó – en ese período- un crecimiento neto de 5.429.746 habitantes a consecuencia del saldo vegetativo positivo y constante del 10% anual (diferencia entre nacimientos y defunciones).El número de nacimientos se mantuvo por encima de los 600.000 anuales siendo 1964 el año de mayor crecimiento: en torno a los 700.000. Lo que representa  nueve millones de nacimientos, equivalente a la cuarta parte de la población. En la actualidad –y con mucha mayor población- los nacimientos apenas llegan a los 400.000 al año y con tendencia a la baja. A 2019, el número de nacimientos se sitúa en 359.770.
  • La familia extensa de origen rural (padres, hijos y abuelos) fue sustituida por la familia nuclear urbana  de cinco miembros –como promedio- y en la que el cabeza de familia corría con las responsabilidad exclusiva de subvenir a las necesidades familiares dado que –por lo común- la mujer se dedicaba al cuidado exclusivo del hogar y de los hijos; situación muy distinta a la actual en la que ambos cónyuges colaboran –con su trabajo- al funcionamiento de la unidad familiar y con menor número de hijos. Por supuesto, no estaba permitido el divorcio  ocurriese lo que ocurriese dentro de una Institución social considerada –junta a otras- de las “de por vida”.El matrimonio civil se introdujo en España a partir de 1969:un primer indicador del desapego de los españoles/as a los modos y costumbres del pasado. 
  • El crecimiento de la economía y la llegada de millones de turistas configuraron un nuevo escenario en las costas españolas mediante la Declaración de Zonas de Interés Turístico Nacional. Se impulsó la construcción de urbanizaciones, hoteles, infraestructuras, autopistas y aeropuertos en los principales destinos turísticos. Lo que se vio y vivió –a partir de entonces- en las costas españolas acaba de ser  expuesto y escrito magistralmente por León Arsenal en su libro “Aquellos fabulosos veraneos” (2017, Ed. EDAF): los  bikinis de dos piezas, los mirones y ligones, el equipamiento básico a base de sombrilla, hamaca y nevera, los chiringitos, los horarios y formas de ocupación de las playas, los ritos, entretenimientos  y nuevas costumbres, el boleybol instalado a pie de playa, las cremas Nivea, aquellos menús a base de filete empanao, tortilla con pimientos fritos y raja de melón o sandía, acompañados de tinto y casera, los malos –por no decir nulos- hábitos cívicos e higiénicos de muchos españoles en relación a desperdicios y basuras, las bandas de niños y pre-adolescentes. las nuevas amistades fraguadas para siempre, aquellos amores de juventud y playa, tan traicioneros: “¡Qué tiempo tan feliz vivimos tú y yo en nuestros años de loca juventud…!”decía la canción de aquel verano.
  • Las fuertes inmigraciones rurales impulsadas por la implantación de grandes empresas –principalmente metalúrgicas y eléctricas- exigieron disponer de viviendas con destino tanto para la clase media emergente como para las clases populares. Nacieron –tanto en las ciudades como en su periferia y Área metropolitana- bloques de casas de gran altura. Las cementeras, fábricas de ladrillos y armaduras de acero corrugado para pilares y forjados de las nuevas viviendas funcionaban a pleno rendimiento en lo que fue el primer boom de la construcción. 
  • Junto a la vivienda de nueva construcción vino su nuevo equipamiento: en la cocina no podía faltar la nevera y lavadora de primera generación así como la cocina compacta con horno incorporado, bien eléctrica o de gas butano, y dejando atrás el carbón de almendrilla de la cercana postguerra. Fueron famosas las marcas Coíntra, Aspes y Fagor, entre otras. Aunque algunos reservaban el salón –la pieza más amplia y lujosa de la casa- “por si venía una visita”, la mayoría la destinó a colocar su fetiche sagrado: una TV de rayos catódicos de no más de 24/26 pulgadas, al principio en blanco y negro y algo más tarde en color de baja calidad. Algunos dotaron al salón –adicionalmente- de un tocadiscos Philips, Akai o Technis para escuchar los discos de vinilo de 33 y 45 RPM. Más adelante compitió con él la pletina de cinta de audio con Dolby incorporado de la marca Pioneer.
  • El cuarto de baño marcó época con su bañera, lavabo, inodoro y bidé. Algún abuelo del pueblo, que vino a hacer una visita al nuevo piso de su hija –o nieta- en la ciudad, le preguntó que “para qué servía esa guitarra”.Por primera vez, el cuarto de baño dispuso de agua caliente accionando un calentador – a gas- instalado en la terraza de la cocina. Como la familia era numerosa, el tiempo destinado a la ducha estaba  limitado y controlado. La bañera se fue convirtiendo –poco a poco- en un adorno de poco uso hasta ser sustituida –ya más tarde- por el plato de ducha. 
  • El coche –junto al televisor– se convirtió en otro objeto de deseo. El primero en lograrlo fue el Seat 600 –de patente italiana- y del que se fabricaron más de 600.000 unidades y para cuya compra había que hacer cola  de hasta dos años. Tenía forma de huevo, costaba unas 60.000 pts. y su velocidad máxima apenas alcanzaba los 90 km/hora. Velocidad máxima adecuada para unas carreteras de doble sentido asfaltadas –deprisa y corriendo- sobre  caminos seculares y que, tras circular por infinitas curvas del recorrido, atravesaban las plazas de todos los pueblos. Un viaje desde Madrid a la costa levantina, con seis ocupantes y la baca del coche repleta de utensilios para la playa (sombrilla, hamaca y nevera) podía durar entre ocho y nueve horas. 
  • Desde el punto de vista cultural, la radio, la televisión –principalmente ésta última- y el cine tuvieron un papel determinante en la configuración de los nuevos hábitos de ocio de los españoles. En 1956 nace la TV y su implantación que, si en 1966 apenas alcanza al 1% de las familias,  al final de la década rebasa el 75% y en 1975 al 90%. Esta primera televisión –con todas las limitaciones que puedan atribuírsele- fue un formidable instrumento socializador de efectos determinantes para la homogeneización social y para la creación de lazos familiares y comunitarios. Sus contenidos de evasión se extendían desde las novelas rosa, policíacas y música de los folclóricos Juanito Valderrama, Antonio Molina y las tonadilleras Imperio Argentina, Estrellita Castro, Lola Flores, Conchita Piquer, Juanita Reina etc. Y sin olvidar el fútbol que –ya entonces- había desplazado a los toros en la predilección popular. El cine mantuvo sus más de 3.500 salas con cerca de dos millones de plazas. 
  • Tampoco faltaron los inolvidables cantantes de pop tanto españoles como sudamericanos e italianos de entonces. ¡Qué peligro y qué subidón de la bilirrubina tenían aquellas baladas of love en los guateques de las tardes-noche de los sábados! y que tenían lugar en los pisos de estudiantes, Colegios mayores universitarios e –incluso- en los salones de muchas familias de clase media y de mente tolerante y abierta:”prefiero tenerlos y conocerlos de cerca” solían decir de los chicos, las madres respecto de los posibles pretendientes de sus hijas. Aunque la lista es interminable, no puedo olvidar los discos de Nino Bravo, Camilo Sexto, J. L. Perales, Rocío Dúrcal, Julio Iglesias, Albano y Romina Power, Bertín Osborne, Dúo Dinámico, Cecilia, Juan Pardo, José Vélez, Junior, Mari-Trini, Mocedades, Paloma San Basilio, Roberto Carlos, Dyango, Demis Roussos, Peret, Raphael, Alberto Cortez, Karina, Los Brincos, Miguel Ríos, Elsa Baeza, J.M. Serrat, etc. 

     

  • Como cabía esperar, estos procesos de cambio económico y social trajeron consigo otros cambios importantes en la nueva estructura de valores de la sociedad española, propia tanto del ámbito urbano como de la apertura a nuevos modos de vida y costumbres importados del exterior a través del turismo y la televisión: 1/Quebraron los valores asociados a la España tradicional y rural y que se hizo patente tanto en la relajación de los criterios morales hasta ahora aplicados a las prácticas sexuales como a las  distintas formas de vida importadas del exterior: la virginidad, previa al matrimonio, comenzó a perder predicamento social. 2/ Surgió pujante el movimiento obrero que tomó conciencia –por primera vez- de su condición de clase y que se tradujo en frecuentes conflictos sociolaborales que –ya en 1970– rebasaron los 1600 y  dejando patente la inadecuación al momento de los Sindicatos Verticales. En 1966, las primeras elecciones sindicales consagraron al Sindicato CCOO como el interlocutor preferido de los trabajadores; 3/La sociedad española se secularizó con rapidez a juzgar por los hechos: a finales de los 60, dos tercios de los menores de 25 años reconocían no tener religión alguna y los católicos practicantes, en las grandes ciudades, no llegaban al 10%. Tanto  el crecimiento económico como el turismo extranjero y el retorno a España de los emigrantes fueron determinantes en este rápido proceso secularizador; y 4/ Los estudiantes universitarios –hijos de esa misma clase media emergente- fue otro factor de movilización y cambio. Sus objetivos iniciales fueron democratizar la representación estudiantil y la vida universitaria en su conjunto como primer paso para el restablecimiento de las libertades  políticas; convencidos como estaban de que la experiencia universitaria no podía limitarse a la adquisición de conocimientos humanistas, científicos y técnicos sino como una oportunidad para el aprendizaje de la vida real y transformación de la sociedad. Ya en los años 50 los estudiantes rechazaron la incorporación obligatoria al SEU iniciándose un período de algaradas continuas que desembocaron en el cierre –en 1965– de la Universidad y en 1969 la declaración del estado de excepción. 

     

Julio Iglesias

  • No es posible entender el proceso de aparición de la primera clase media española de aquellos quince años gloriosos sin acudir a la profunda y radical toma de conciencia que nuestros padres adquirieron acerca de la importancia de la formación. Ellos, por circunstancias obvias, no pudieron ir a la Universidad pero muchos –no todos- “se lo quitaron de la boca” para que sus hijos/as pudieran hacerlo. La educación era percibida y vista como el único ascensor social en la España de la posguerra. Tanto las guarderías como los colegios y Universidades se quedaron pronto  pequeños para una demanda imparable. Tampoco fue ajeno a este esfuerzo por la formación de los/las  jóvenes procedentes del medio rural la creación de nada menos que de veintidós (22) Universidades Laborales –en régimen de internado la mayoría- repartidas por todo el territorio nacional y creadas en el período comprendido entre 1956-1975. Por ellas pasaron más de medio millón de alumnos/as,  al poco tiempo convertidos en los cuadros medios profesionales y que también pasaron a engrosar la nueva clase media española. 
  • Contra lo que hacemos hoy, los hábitos domésticos y de consumo de nuestros padres y abuelos eran mucho más ecológicos y protectores del medio ambiente que los nuestros. Nuestras madres: 1/ devolvían vacías a la tienda cercana –y a la que iban andando y no en coche- las botellas de leche, gaseosa, cerveza, refrescos, etc. (todas de cristal) para su esterilización y posterior llenado;2/tanto la compra como la preparación de la comida la hacían a diario sin acudir a pre-cocinados, enlatados, congelados porque –entre otras razones- los primeros frigoríficos –aunque de dos puertas- el espacio reservado para la congelación era ínfimo; 3/ lavaban los numerosos pañales de bebés –primero a mano y con lavadora después- sin acudir a los desechables. Junto con el resto de la ropa, todo se secaba al sol y al aire –entonces sano- de la terraza con la que contaban la mayor parte –por no decir todos- de los nuevos pisos; 4/ reutilizaban la ropa y libros del colegio de los hermanos mayores para su posterior uso por los menores en lugar de tirarla o almacenarla in aeternum en la buhardilla como reliquias del pasado; 5/ colocaban la única televisión  de la casa en el salón para su uso compartido por todos los miembros de la familia en lugar de instalar una en cada habitación, como ahora; 6/ protegían los objetos delicados (vajilla, objetos decorativos etc.) con papel de periódico en lugar de hacerlo con costosos embalajes y plásticos acolchados con burbujas; 7/ hacían ejercicio físico trabajando, yendo a la compra andando, cocinando y limpiando a mano la casa (sin robots ni aspiradoras) en lugar de ir al gimnasio; y 8/ en las habitaciones sólo había un enchufe en lugar de regletas de diez tomas para todo tipo de aparatos y artilugios. 

4.- Vosotros, sus hijos.

  • Vosotros, los nacidos en torno a 1964, fuisteis la mayor cohorte de nacimientos en el período contemplado (1960-1975) representando su mayor  pico de nacimientos: 697.697. Habéis conseguido para España –gracias al esfuerzo de vuestros padres y abuelos- el mayor período de prosperidad. Formáis la generación más culta, rica, democrática, igualitaria, socialmente solidaria y tolerante. “Vive y deja vivir” es, ha sido y será siempre vuestro “santo y seña” y dejando para siempre arrumbados los dualismos –“conmigo o contra mi”- de tan perniciosas y nefastas consecuencias del pasado. Nunca pretendisteis imponer a nadie un mundo mejor sino que cada uno mejorara el suyo a su modo y manera. Nunca encontrásteis nada demasiado atrevido…mientras no os obligasen a hacerlo. 
  • Habéis formado el mayor  grupo de profesionales con poder de decisión en las Empresas y en el sector público; y mandado en casi todo -por talento o por número- en moda, costumbres, audiencias públicas y hábitos de consumo. Y no faltan quienes atribuyen el crecimiento del paro -y aunque parezca increíble- a lo complicado que resulta encontrar a profesionales con el nivel de conocimientos, experiencia y liderazgo de los nacidos en la década de los 60
  • Junto a vuestros padres, habéis creado la base sobre la que se asentó e hizo posible la Transición Política y resultáis determinantes en la orientación del voto y su resultado en cada confrontación electoral y política. También sois los mayores deudores de España al haber tenido que suscribir abusivas hipotecas con las que comprar un “pisito” en propiedad a treinta –y más-  años de plazo. Aunque para vosotros “todo pasa y todo queda porque lo nuestro es pasar” del genial cantautor J.M. Serrat
  • La mujer fue vuestra compañera y aliada porque, de entre los nacidos en aquel año mítico (1964), iniciaron o finalizaron estudios universitarios el 22% de las mujeres y el 17´5% de los hombres. En la actualidad se declaran activos el 91´3% de los hombres y el 80´3% de las mujeres. En paro, el 21´2 % de los hombres y el 22´6% de las mujeres: nada que ver con las generaciones anteriores respecto al creciente e imparable protagonismo de la mujer en la sociedad española.
  • Sin embargo, los que ahora estáis próximos a cumplir los 56 y más años (los nacidos en 1964) no sois menos de los de entonces (697.697) sino aún más (unos 740.000).Y no sólo porque ha habido menos fallecimientos gracias a las vacunas, antibióticos y creciente red hospitalaria sino porque se os han incorporado 75.000 extranjeros y otros 35.000 naturalizados que se han incorporado a vuestra misma cohorte de edad. Aunque también es preciso reconocer que, cuando vosotros llegásteis a la paternidad –algunos, ya algo tarde- y vuestras  mujeres se incorporaron al mercado de trabajo, los nacimientos de entonces –los de 1964– mermaron a pasos agigantados: 1´7 hijos por mujer es el promedio que ahora cabe esperar de las mujeres en edad fértil. Y no de todas porque el 15% no ha tenido ninguno. 
  • Aunque muchos fuisteis padres tardíos (otros muchos ni lo intentaron) la solidaridad familiar con vuestros padres, hijos  –y hasta nietos- es de una solidez roqueña. Os han llamado la generación sándwich porque con la misma facilidad con la que pagáis los colegios de vuestros hijos, también ayudáis a pagar la residencia de vuestros padres y –en casos- hasta ayudáis a vuestros nietos. Y ello a pesar de que, aunque  sois los menos afectados por el paro, habéis tenido que adaptaros al compás binario de trabajo y desempleo renunciando para siempre al trabajo fijo y “de por vida”. Franco prohibió la huelga aunque también el despido: eran los tiempos de la autarquía, reliquia del pasado.
  • El consumo os ha perdido. Habéis pasado del hambre de la postguerra a la dieta rigurosa para mantener el tipo; de la harina de almortas –y hasta de las algarrobas- a los batidos energéticos; de la ropa usada de vuestros padres o hermanos mayores a la ropa de marca; de la cazuela hogareña y humeante de vuestras madres –de riquísimas legumbres- a los congelados, loncheados y precocinados cada vez más baratos; de las vacaciones en la playa de casi tres meses con vuestra madre y hermanos a los circuitos programados de una semana y aprovechando las rebajas. 
  • Ya no usáis trapos de cocina ni servilletas, sustituidas por otras de papel desechable; y, aunque pareciera que –por ello- sobraría la cosmética, nunca se vio tan alto nivel de gasto en cremas y potingues convertidos en productos de primera necesidad; porque ellas –y a juzgar por los datos de 2019 relativos a la esperanza de vida– aspiran a vivir hasta los 86.2 y vosotros hasta los 80´9 con tendencia a la ampliación de dicho parámetro estadístico. Ya sólo compráis lo importante: dedicáis más tiempo y dinero a un buen desayuno que a los cocktails. Y cada vez sois más quienes preferís vivir de alquiler que compraros un piso: una larga y pesada carga para vosotros/as y un chollo fiscal para Ayuntamientos, CC.AA. y omnipresente Estado al que llaman del Bienestar, aunque –ya también- en serio peligro de extinción. 

      ¡Adiós a aquellos  gloriosos años queridos! ¡Adiós para siempre, adiós!

 

Algunas aportaciones académicas de referencia sobre la clase media y el Estado de Bienestar en España

La clase media, su concepto, tamaño relativo, patrones de ingresos y gastos, potencial productivo e importancia política está interesando nuevamente a la estructura económica y a la economía del desarrollo y al público en general. Muestra de esto último fueron en España textos periodisticos como Desoccidentalización, de Lluís Bassets en EL PAIS, o el más reciente de Y así llegó el fin de la clase media de Cristina Caballero en EL MUNDO

Académimente, el concepto clase media cambia y evoluciona tan aceleradamente como la realidad. Eso explica que muchos se interesan por el mismo en países que la están perdiendo como en España, o en otros como China o los nuevos emergentes, donde se extendió mientras Occidente asistía a la crisis financiera iniciada el 2008, y todo parece indicar que se extenderá más tras la pandemia de COVID 19, a medida que los cambios socioeconómicos de las últimas crisis alejan de la posesión de una potente clase media a países donde la clase media tardó en llegar, como España. Ese cambio lo refleja muy bien Wikipedia al decir que cuando Karl Marx a mediados del siglo XIX escribía El Capital era un grupo reducido de escasa importancia, por lo que centró su obra en el antagonismo entre obreros y capitalistas surgidos de la burguesía emergente en siglos anteriores. Pero apenas medio siglo después las clases medias ya eran el principal grupo económico en los países de la Europa desarrollada, cuando Max Weber (padre de la sociología) escribía La ética protestante y el espíritu del capitalismo, publicado en 1905, y mucho mas Economia y Sociedad, de 1922.

Tras las estratificaciones sociales del viejo régimen  y la aparición de burgesías de la tierra, el comercio o la industria, las clases medias se extienden sobre todo con la revolución industrial, a medida que se altera la distribución de los recursos ecómicos y politicos. Cuando cambian factores como el trabajo y el dinero o la autoridad o poder, aparecen  diferentes sentidos de vida, religión, educación y cultura para cada parte de la sociedad.De ahí que según Weber la sociedad se estratifica como un continuo a lo largo de tres dimensiones o status paralelas: económica,  política y social. No obstante, en muchos de los trabajos académicos se simplifica la investigación al distribuir los ingresos por décimas partes o decilas, en cuya tarea el concepto más amplio de clase media se extiende desde la tercera a la novena decila.  

Mucho ha cambiado pues desde que escribí y obtuve la máxima calificación por mi trabajo de Oposición al Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado  "Los efectos queridos y lo queridos del Desarrollo económico" . Pero si tuviera que orientar trabajos escolares o académicos que además de incluir símbolos e indicadores estadísticos lo hicieran desde el rigor conceptural mencionaría las siguientes obras:

Thorp, Rosemary. Progreso, pobreza y exclusión: una historia económica de América Latina en el siglo XX. No. 330.09 THOp. Washington: Banco Interamericano de Desarrollo, 1998.

-Treiman, Donald J., and Harry BG Ganzeboom. The fourth generation of comparative stratification research The international handbook of sociology 122 (2000): 150.

-Erikson, Robert & Goldthorpe, John H (1993). The Constant Flux: A Study of Class Mobility in Industrial Societies. Cary (NC): Oxford University Press.

-Esping-Andersen, Gösta (1999). Social Foundations of Postindustrial Economies. Cary (NC): Oxford University Press.

Subirats, Joan, et al. Pobreza y exclusión social. Un análisis de la realidad española y europea. Barcelona: Fundación La Caixa (2004).

-Moreno, Luis, Ana Arriba, and Araceli Serrano. Multiple identities in decentralized Spain: The case of Catalonia Regional & Federal Studies 8.3 (1998): 65-88.

Enguita, Mariano Fernández. "Escuela pública y privada en España: La segregación rampante." Revista de Sociología de la Educación-RASE 1.2 (2008): 42-69.

-García, José Saturnino Martínez. Estructura social y desigualdad en España. Los libros de la Catarata, 2017.

-Martínez, Rosa María Capel. El trabajo y la educación de la mujer en España (1900-1930). Ministerio de Cultura, Dirección General de Juventud y Promoción Socio-Cultural, 1982.

-Navarro, Vicenç. El subdesarrollo social de España. Vol. 677. Anagrama, 2015.

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