Los que se atrevieron a poner su cara y a decir ante las cámaras que debe p
Al ya más que mancillado nombre de Ramoncín (y la SGAE), hay que sumarle desde ayer otros tantos que pasan a la lista negra de músicos posicionados contra la piratería y la descarga libre: Rosario, Alejandro Sanz, Chenoa, Loquillo, Aute, Ana Belén… Cualquier artista conocido que se haya atrevido a manifestarse por lo que cree justo es hoy como una piñata en un cumpleaños. Los palos les vienen de todos lados: usuarios anónimos, bloggers, columnistas, medios de comunicación y hasta el PP han arremetido contra ellos, participando en un "linchamiento" público sin precedentes.
Derechos enfrentados
El internauta no perdona a aquél que se atreva a proponer un recorte en su libertad, en su conexión y en el libre albedrío que gobierna la Red. No en vano, frente a las 2.500 firmas que pudieron recopilar los músicos, se recuerdan ahora las más de 270.000 que reunieron los internautas el pasado mes de marzo exigiendo derechos. El ministro no quiso recibirles entonces, según ellos mismos denuncian.
La lucha entre unos y otros salpica de pleno a la Ley de Economía Sostenible que Zapatero defiende hoy en el congreso. La norma incluye una propuesta que permitirá desconectar el acceso a Internet de los ciudadanos que vulneren material protegido por los derechos de autor.
Los internautas aseguran que esto vulnera la libertad de expresión, información y el derecho de acceso a la cultura a través de Internet. Mientras que los músicos piden a la desesperada una solución a una industria herida de muerte y a una profesión poco comprendida. Presión por ambos lados por el Gobierno y un panorama de guerra que no ha hecho más que comenzar.
Parece imposible encontrar una solución que contente a todos. Lo que está visto, es que en la España de hoy no todo el mundo puede manifestarse libremente para defender sus derechos.