Según Fabio Panetta, miembro del Comité Ejecutivo del BCE, un euro digital reduciría los costes de las transacciones, promovería la inclusión financiera, al asegurar que las personas que actualmente no tienen acceso a los servicios financieros puedan utilizar los pagos digitales, y permitiría a los usuarios comprar en cualquier tienda y país de la zona del euro.Ademas, el euro digital también ofrecería seguridad. Como el efectivo, sería un derecho directo frente al banco central y, por tanto, no tendría ningún riesgo, ni de liquidez, ni de crédito, ni de mercado.
Al emitirlo el banco central, que no tiene interés comercial en monetizar los datos de los usuarios, el euro digital contribuiría a proteger la privacidad de las personas frente al uso comercial o a intrusiones injustificadas. Una estructura de gobernanza adecuada y transparente que sea conforme al Reglamento europeo sobre protección de datos también aseguraría que los datos personales de los usuarios solo sean accesibles a autoridades legítimas, lo que impediría actividades ilícitas como el blanqueo de capitales o la financiación del terrorismo.
El citado ejecutivo explicó que un euro digital aseguraría la competitividad en el mercado y estimularía la innovación al permitir que empresas, tanto grandes como pequeñas, centren en él su oferta. Al basarse en el euro digital, los intermediarios europeos estarían en condiciones de potenciar los servicios que ofrecen a sus clientes y competir incluso con gigantes tecnológicos mundiales que amplían su actividad a los servicios de pago y financieros. Y el dinero de banco central seguiría siendo el núcleo del sistema de pagos, lo que reforzaría la autonomía europea en la era del dinero digital.
Las claves del anuncio pasan también porque el BCE no quiere quedar atrás respecto a los preparativos de las autoridades de China, EEUU, Inglaterra y otros países. Y es que la digitalizacio os adentramos en la era del dinero digital. Hoy, la digitalización está llegando a todos los ámbitos de nuestras vidas, y la pandemia de coronavirus (COVID-19) ha demostrado lo rápido que puede producirse un cambio de este tipo. Está afectando al modo en que pagamos. Cada vez es más frecuente comprar digitalmente o por Internet y la utilización del efectivo como medio de pago está disminuyendo.
Las soluciones privadas de pagos digitales o por Internet tienen grandes ventajas, como su comodidad, rapidez y eficiencia. Pero también plantean riesgos relacionados con la privacidad, la seguridad y la accesibilidad y pueden ser caros para algunos usuarios. Los pagos digitales siguen siendo la forma de pago más utilizada por los consumidores de rentas más altas, mientras que los de rentas más bajas prefieren el efectivo, lo que demuestra su función esencial para la inclusión financiera.
Durante siglos, el emisor soberano de dinero ha proporcionado su propia moneda a los ciudadanos como símbolo de estabilidad, seguridad y confianza. Suministrar moneda como bien público es un elemento fundamental de la misión de los bancos centrales. Pero ante la transformación digital que se está produciendo actualmente, y que podría transformar el panorama de pagos e incluso todo el sistema financiero, los bancos centrales deben ser audaces y seguir el ritmo de estos cambios.
En consecuencia, el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo decidió y anunció este miércoles poner en marcha oficialmente un proyecto para preparar la posible emisión de un euro digital. Más concretamente, esto significa que dedicará los recursos necesarios a diseñar un producto listo para el mercado. No obstante, la decisión sobre la emisión de un euro digital se adoptará en una fase posterior y, en todo caso, el euro digital sería un complemento del efectivo, no su sustituto, según resalta la nota de prensa del Eurosistema.
El primer paso, el Informe del Eurosistema sobre un euro digital, sentó las bases e identificó los motivos de la posible emisión de un euro digital[1].Las personas que viven en la zona del euro pueden acceder sin costes a un medio de pago seguro y universalmente aceptado en forma de efectivo. Pero los pagos digitales y por Internet también deberían reunir estas características.
El segundo paso, una vez publicado el informe del Eurosistema, fue celebrar una consulta pública. BCE recibió un número de respuestas sin precedentes, lo que demuestra el enorme interés de los europeos en los posibles beneficios de un euro digital. La consulta también reveló que la privacidad, la seguridad y la posibilidad de utilizar el euro digital de forma generalizada son las características más importantes para los hogares y las empresas[2].
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Véase el Informe sobre un euro digital publicado por el Eurosistema.
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Según datos de Cambridge Centre for Alternative Finance.
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Véase el informe Digital euro experimentation scope and key learnings.
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Véanse la Declaración de los miembros de la Cumbre del Euro de 25 de marzo de 2021, la carta resumen de la reunión del Eurogrupo de 21 de mayo de 2021, las Conclusiones del Consejo de la UE relativas a la Comunicación de la Comisión sobre una Estrategia de Pagos Minoristas para la Unión Europea de 4 de marzo de 2021, la Resolución del Parlamento Europeo, de 10 de febrero de 2021, sobre el Banco Central Europeo – Informe Anual 2020 y la Comunicación, de 19 de enero de 2021, de la Comisión Europea «Sistema económico y financiero europeo: fomentar la apertura, la fortaleza y la resiliencia».