En la cita, que se había convocado inicialmente de forma presencial en París y tuvo que adaptarse al formato virtual, cada alianza ha presentado algún ejemplo de buenas prácticas. En el caso de EUNICE, ha intervenido en el ámbito de las sinergias entre la educación superior y la investigación, uno de los pilares fundamentales de este consorcio. La intervención corrió a cargo de su líder, Paweł Śniatała -Universidad Tecnológica de Poznań (Polonia)-, quien subrayó la importancia de la cooperación entre los ámbitos investigador y estudiantil, que «se traduce en beneficios para la sociedad».
Matxalen Llosa, vicerrectora de Internacionalización y Compromiso Global de la Universidad de Cantabria, explica que la participación en el foro permite a la institución «visibilizar» su trabajo, «relacionarnos con el resto de universidades y estar en primera línea de las estrategias de política educativa que se llevan a cabo».
Forman parte de UNICE, junto a Universidad de Cantabria (UC), Brandenburg University of Technology Cottbus-Senftenberg (BTU), Alemania; Politechnika Poznanska (PUT), Polonia; Université de Mons (UMONS), Bélgica; Université Polytechnique Hauts-de-France (UPHF), Francia; Universitá degli Studi di Catania (UNICT), Italia, y Vaasan Yliopisto (UVA), Finlandia
Celebrado con el objetivo de ofrecer un espacio de debate para reflexionar sobre el papel de las universidades en la Europa del futuro y su contribución a la construcción de la misma, el encuentro ha contado con la participación de las autoridades nacionales, la Comisión Europea y representantes del sector de la enseñanza superior.
La iniciativa «Universidades Europeas», puesta en marcha en 2017, concentra 41 proyectos piloto de tres años de duración en los que participan más de 280 instituciones de toda Europa y más de 1.000 socios tales como centros de investigación, empresas, etc. Se trata de 41 alianzas que están poniendo a prueba diferentes modelos para una «universidad del futuro» innovadora, inclusiva y de categoría mundial y, de esta manera, desarrollar el potencial científico de las universidades, coordinar los diferentes ámbitos de innovación, afrontar retos como el cambio climático, flexibilizar y personalizar el aprendizaje, promover los valores fundamentales y proyectar las universidades hacia la internacionalización, entre otros fines.
