El estudio forma parte de un proyecto conjunto entre la Universidad Autónoma de Madrid, el Instituto Eduardo Torroja del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Fundación LABEIN en colaboración con industrias papeleras de Madrid y del País Vasco.
El uso del papel prensa (que usan los periódicos) o el estucado (las revistas) en la fabricación de cemento después de seis o siete ciclos de vida permite dar salida al papel como residuo y evita el uso de minerales habituales en este tipo de procesos como la caolinita, un bien escaso que se debe extraer de canteras o minas.
Una aplicación directa del estudio es el cemento mezclado con arena en los morteros autonivelantes, que permiten nivelar suelos de azulejos o madera.
La coordinadora del equipo de la Universidad Autónoma, Rosario García, ha asegurado a Efe que el papel residual también se puede usar como descontaminante de suelos, en la fabricación de fibras de vidrio o en aparatos con tecnología láser.
Dos tesis doctorales trabajan actualmente en este tipo de aplicaciones que parten de nuevos materiales de síntesis creados desde el papel residual que apenas se encuentran en la naturaleza, según García.