Un grupo de científicos del Centro Andaluz de Biología del Desarrollo (CABD) trata de dar un paso más en el conocimiento de las células madre a través del estudio de una especie de mosca, Drosophila melanogaster. El sistema reproductor de este insecto servirá de modelo para entender mejor el comportamiento de las células madre y avanzar en su utilización futura en el tratamiento de ciertas patologías humanas. La Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa ha financiado este proyecto dentro de la orden de excelencia con 218.000 euros.
Las células madre juegan un papel esencial en el desarrollo, ya que permiten la generación de distintos tipos celulares como las neuronas o los gametos y el mantenimiento de tejidos adultos como la sangre, la piel o el epitelio intestinal. Para ello es necesario que las células madres retengan el potencial que les permite dividirse de manera casi ilimitada y dar lugar a células hijas que se diferencian en distintos tipos celulares.
Y para conocer mejor estas células madre es posible recurrir a modelos de experimentación simples y fáciles de estudiar en laboratorio, como es el caso de Drosophila melanogaster. Esta mosca sólo tiene cuatro cromosomas y su genoma ya está secuenciado. Gracias a más de 80 años de estudio, hoy sabemos que muchos de los procesos biológicos de Drosophila tienen, a pesar de la simplicidad genética de esta mosca, una gran similitud con vertebrados superiores como ratones y humanos.
Para subir un escalón en el conocimiento del comportamiento de las células madre, este grupo de científicos ha elegido el estudio del ovario de esta mosca porque, según indica el investigador principal del proyecto, Acaimo González, “este órgano está constituido por muy pocas clases de células –incluidos varios tipos de células madre – , lo cual nos permite ser capaces de identificar las células madre de manera inequívoca. Además, Drosophila permite hacer un análisis genético de la biología de las células madre, algo esencial en nuestra investigación”.
Con el análisis del ovario del insecto, los científicos del CABD tratarán de entender por qué una célula madre tiene la capacidad de dividirse a lo largo del tiempo y de permanecer indiferenciada. A través de la utilización de microarrays, el estudio tratará de caracterizar aquellos genes que se expresan en células madre y estudiar su función. Porque según indica Acaimo González “conseguir reconocer qué genes son responsables del mantenimiento de las células madre es esencial para entender que impide que una célula madre entre en diferenciación y mantenga su potencial proliferante intacto”.
