La robótica submarina se convirtió entonces en su materia de trabajo. «Para realizar los estudios que este organismo realiza se necesita una maquinaria que no se fabrica en España, nos dimos cuenta de ello además desde allí nos lo hicieron saber, con lo cual vimos una buena opción de negocio», apuntó Juan Diego Jiménez, director ejecutivo de Naga Technologies.
La exploración marina necesita de una maquinaria compleja que hasta el momento el IEO alquilaba a Francia o compraba en EE.UU. Se trata de aparatos que bajan a una profundidad de entre 1.000 y 6.000 metros, para recoger muestras que servirán para estudios tanto geológicos como biológicos. La institución española se ha convertido en el primer cliente de esta empresa con sede en el Centro Andaluz de Emprendedores, CADE, y le ha abierto mercado en otros países. Su homólogo en Portugal ha presentado una proyecto para diseñar una máquina que baje a una profundidad de 3.000 metros para recoger muestras de corales de agua fría.
«Esta misma situación se está dando en otros países de Europa. Italia y Grecia tienen institutos oceanográficos muy fuertes y allí tampoco se fabrica maquinaria de este tipo. Nuestro objetivo es extendernos al resto de Europa y en estos países podemos tener una oportunidad», apuntó Jiménez. Su última iniciativa en el exterior tuvo lugar en el II Foro Hispano-Chino, que se celebró en el país asiático el 31 de octubre y el 1 de noviembre, donde despertaron el interés del gobierno chino en su trabajo. No fue posible empezar entonces una negociación pero se están llevando a cabo los contactos previos, según apuntó el director ejecutivo.
Además de la elaboración de proyectos de robótica submarina, la empresa tiene dos vías de desarrollo abiertas. Por un lado tienen un proyecto de asesoría técnica, para empresas tanto del sector público como privado, para la obtención de equipamiento. «Hasta ahora esta labor la venían desarrollando biólogos y geólogos pero es más oportuno que la realicen personas que conozcan el funcionamiento de los aparatos», apuntó Juan Diego Jiménez.
Por otro lado, pretenden formar a personas para trabajar en campañas oceanográficas. Se trata de subirse durante un mes en un barco con destino al océano, cerca de las Islas Maldivas o entre Islandia e Irlanda, y dedicarse a la reparación y operación de equipos. En función de la complejidad de su trabajo, la labor de formación dependerá directamente de la empresa malagueña, o serán otras empresas las encargadas de impartir la instrucción apropiada, argumentó el director ejecutivo.
Fuente: Sur.es
