Las cifras proporcionadas para educación por la OCDE en su informe Panorama de la educación Indicadores de la OCDE 2019 evelan incluso mayores esfuerzos para los hogares españes que la magnitud de los recortes de gasto público apuntados esta misma semana por otro informe de la Asociación Estatal de Directores y Gerentes de Servicios Sociales indicando que el gasto social en sanidad, educacion y servicios sociales sigue por debajo de los niveles previos a la crisis y no debe ser rehén de las estrategias políticas de ganar en el relato y no en la acción real ante la opinión pública, encaminadas por el fracaso del simulacro de negociaciones PSOE-Unidas Podemos a un calendario inmutado este verano: a lo sumo el próximo martes 17 el Rey debe decidir en sus conversaciones con los líderes si encarga nueva investidura a algún candidato o se disuelven las Cortes antes del 23 de septiembre para convocar elecciones el 10 de noviembre, las cuartas en cuatro años y sin mas cambios en los líderes que el de Rajoy por Casado. Entre tanto, los Presupuestos estatales, prorrogados una y otra vez, siguen siendo los de Montoro, como ha recordado el lobby del Círculo de Empresarios, con estas palabras de su presidente, John de Zulueta : Los empresarios están más contentos de que no se hayan aprobado los Presupuestos de Montero y de que estemos todavía con los de Montoro.
Se aleja así la posibilidad de que un Gobierno progresista de PSOE y Unidas Podemos frene esos recortes de gasto público, que en educación terminaron con una literatura similar en las propuestas de ambos partidos, si bien ambas tienen grandes diferencias. En efecto, la propuesta final del PSOE ha sido de pasar del actual 4% del PIB en gasto público educativo al 5% del PIB en el año 2025 (aunque no lo dice explicitamente sería recuperar el nivel español de 2009), mientras que la previa del Grupo Parlamentario Confederal Unidas Podemos (Equo, Podemos, En Comú Podem, IU y Galicia en Común) ha sido llegar al 5,6% del PIB y dos años antes.
Entre tanto los últimos resultados estadísticos son que los recortes educativos acumulados año a año desde 2009 no cesan: 47.519 millones hasta 2017, y las familias gastan 16.618 más, según destacó a finales de julio Ibercampus.es, añadiendo que el gasto público era al terminar 2017 casi 4.500 millones menos que en 2009, mientras las familias lo subían en 2.400 millones. Cifras que ahora la OCDE enmarca por cada familia y comparativamente, en un informe de cuya evolución Gobierno en funciones se ha mostrado satisfecho ante resultados como el de que la población con estudios superiores sube un18% en 10 años.
Últimas propuestas en educación de PSOE y UP para frenar los recortes
Las últimas propuestas del PSOE y UP pueden compararse aún. Tras un Pacto educativo y una Ley Básica de Educación que derogue la LOMCE, la medida 77 en el texto integro de las 370 Propuestas para un Programa Común de la Izquierda presentada por el PSOE al empezar este septiembre incluye "elevar la inversión educativa en España en un 5% del PIB en el año 2025, colocándonos así en la media de los países de nuestro entorno", tal y como planteó Pedro Sánchez dentro de su programa para la invesridura fallida de finales de julio.También la fiscalidad necesaria para conseguir esa reversión de los recortes educativos es muy diferente en ambas propuestas.
En lo literal el contenido es casi idéntico al formulado un mes antes en el texto íntegro de la segunda medida para educación de las Propuestas para Retomar el Diálogo por un Acuerdo Integral de Gobierno de Coalición, realizadas en agosto por Unidas Podemos, aunque el plazo y las cantidades implicaban un ritmo de esfuerzo de más del doble en el gasto público educativo: "Además de modificar el marco normativo, también incrementaremos los recursos públicos destinados a la educación y becas, hasta situar la inversión educativa en España en un 5,6 % del PIB en el año 2023, colocándonos así en la media de los países de nuestro entorno".
Lo que dice la comparación de la OCDE sobre gastos educativos
El Panorama de la educación Indicadores de la OCDE 2019 ilustra la comparación de los recortes generalizados en el gasto público en educación con tres tipos de ratios o relaciones principales,luego desglosadas para cada nivel educativo: el % del PIB educativo de cada pais, la parte dedicada a educación en cada presupuesto público (del que sale el gráfico evolutivo que encabeza esta información) y el esfuerzo adicional a ese prresupuesto público por parte de empresas y familias. España dedicaba un 9,4% de sus presupuestos públicos a educacion el año 2005 y pasó al 8,6% en 2016; es decir, a 0,8 puntos menos, equivalente a una reducción del 8,5% del presupuesto que había en el 2005. Esos 0,8 puntos suponen la misma cuota de recorte que en el total de la OCDE (desde el 11,6% al 10,8%) y algo menos que los 10 puntos (10,6% al 9,6% registrados por la UE23 ((países europeos que por tener mayor nivel de desarrollo son miembros de la OCDE: Alemania, Austria, Bélgica, República Checa, Dinamarca, España, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Hungría, Irlanda, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Países Bajos, Polonia, Portugal, Reino Unido y Suecia).
Sin embargo, como ilustra el mismo gráfico, aquella cuota en el presupuesto publico educativo español de partida era un 19% inferior a la media de la OCDE y un 11,32% menor que en la UE23. Una década después, esas diferencias se habían ampliado respecto al total de la OCDE (el 8,6% español es una cuota 20,3% inferior al 10,8% de la OCDE pese a su reducción al 10,42% respecto a los países europeos.
También eran y siguen siendo amplias las brechas españolas si se comparan con el PIB en vez de con los presupuestos públicos. En 2016, último ejercicio con resultados comparativos, los 34 países más desarrollados del mundo que formaban parte de la OCDE gastaron en educación una media del 5,0% de su PIB, un 10% más que el 4,5% de la UE23 y un 14% más que el 4,3% del PIB en España, respectivamente.
Pero donde las diferencias son más notables y crecientes es al comparar el mayor gasto privado de las familias al que han llevado esos recortes presupuestarios, especialmente en el caso de la universidad. Así lo reflejaban otros indicadores oficiales seguidos por Ibercampus.es, como los costes educativos para las familias según el índice de precios al consumo: ya en 2015 la universidad se había encarecido para ellas desde 2011 un 30,8% de media como consecuencia de la subida de las tasas por matrículas y la reducción de becas, pese al deterioro de salarios y otras rentas. Carestía que en la Comunidad de Madrid presidida entonces por Esperanza Aguirre acumulaba un récod nacional del 51,65%, seguida por Canarias (un 35%,4%) y Cataluña y Cantabria (cerca del 33% cada una).
Ahora, la OCDE dice para todos los niveles educativos que el gasto total (público y privado) en las instituciones educativas como porcentaje del PIB aumentó en España desde un 3,9% en 2005 hasta un 4,3% en 2016 como refleja el gráfico que sigue, aunque cabe recordar que la crisis no empezó hasta el 2009, cuando como hemos dicho este indicador alcanzaba el 5%. El gasto total para los países de la UE23 (4,5%) era en 2016 similar al de España, aunque inferior a la media de los países de la OCDE (5,0%). Pero incluso así superaban el 6% países como Noruega, Chile y Reino Unido, frente a Irlanda, Italia o Grecia, países que no llegan al 4% de gasto total como porcentaje del PIB:

Por niveles educacativos, la OCDE dice que España gasta una cantidad equivalente al 3,1% de su PIB en los niveles de Educación Primaria, Secundaria y postsecundaria no Terciaria. Este valor es inferior a la media de la OCDE (3,5%) y de la UE23 (3,2%).
Una media del 3,5% del PIB en los países OCDE se destina a Educación Primaria, Secundaria y postsecundaria no Terciaria, mientras que el 1,5% del PIB representa los gastos dedicados a la Educación Terciaria, dominada por la universidad. En los países de la UE23 los porcentajes son del 3,2% y 1,2%, respectivamente. Estas cifras sitúan a España por debajo de los porcentajes registrados en la media de los países de la OCDE y de la UE23 en cuanto a la Educación Primaria, Secundaria y postsecundaria no Terciaria, mientras que para Educación Terciaria el gasto en España es igual al de la UE23, aunque ambas por debajo de la media de los países de la OCDE
El análisis de los gastos como porcentaje del PIB realizados exclusivamente en Educación no Terciaria refleja que la proporción de gasto procedente del sector público es del 2,6% en España (media OCDE 3,1% y UE23 3,0%). Los países con más de un 4% de gasto público en estas etapas son Noruega y Brasil. Por otro lado, Japón (2,4%) es el que menos gasto público como porcentaje del PIB dedica.
En casos como España este gasto se ve compensado con el gasto privado, que en este nivel educativo proviene de los hogares mayoritariamente. Los países con mayor gasto privado como porcentaje del PIB son México y Reino Unido, ambos con el 0,7%. España (0,4%) se encuentra en una situación similar a la media OCDE (0,4%) y UE23 (0,3%). En algunos países, como Finlandia, Suecia o Noruega prácticamente no existen gastos privados.
Los efectos de la crisis económica global iniciada el 2008 se dejan notar aún en los ajustes de los presupuestos nacionales, y por tanto afecta al gasto en las diferentes instituciones educativas. A pesar de que la inversión volvió a crecer a partir del año 2010, lo hizo en menor medida que el PIB de los países y con diferencias según el nivel educativo.
En Educación Primaria, Secundaria y postsecundaria no Terciaria, la media de países de la OCDE se redujo en torno al 8,1% entre 2010 y 2016 la inversión en educación como porcentaje del PIB (gráfico 2.22). Para la media de países de la UE23 esta reducción fue del 10,1%, mientras que para España fue menor, cerca del 4,5%. Únicamente 5 de los 30 países de la OCDE con datos disponibles han aumentado el gasto con respecto al PIB entre 2010 y 2016.
Los años que mejor reflejan los recortes educativos ante la crisis fueron los de 2010 a 2016, reflejandos en el grñafico que sigue:

El gasto en relación al PIB ha disminuido un 10,3% para la media de países de la UE23, mientras que en España y la media OCDE el descenso es de un 5,1%, muy similar al caso de los niveles educativos inferiores. El análisis por países presenta una mayor variabilidad, pues casi la mitad de los países con datos disponibles aumentaron el gasto educativo en relación al PIB para este nivel educativo. En 2016, la mayoría de los países dedicó un porcentaje significativo de su presupuesto público a la educación. De media en los países de la OCDE, la educación de Primaria a Terciaria supone un 10,8% del gasto público total, siendo un 9,6% de media en los países de la UE23. España se sitúa en un 8,6%.
Por nivel educativo, la mayor parte de gasto público total en educación se destina al nivel de Educación Secundaria, seguido del nivel de Educación Primaria y a continuación el nivel de Educación Terciaria. Esto se debe fundamentalmente a las tasas de escolarización y a la estructura demográfica de la población.
Como se ve en el gráfico que sigue, España dedica el 2,7% del gasto público total al nivel de Educación Primaria, por encima de países como Alemania (1,4%), Italia (1,9%) y Francia (2,0%) e inferior, entre otros, al de Irlanda (5,0%), Chile (5,9%) y México (6,2%). A la Educación Secundaria se destina el 3,7% del gasto público en España, superior al porcentaje dedicado en Japón (3,4%) o Italia (3,5%), aunque por debajo de la mayoría de los países analizados. Finalmente, el gasto público en Educación Terciaria en España es del 2,2%, superior al de Grecia (1,4%), Italia (1,5%), Japón (1,6%) y Portugal (1,8%), igual al de Francia (2,2%) e inferior, entre otros, al de Chile (5,4%), Noruega (4,2%), Países Bajos y México (4,0%) (gráfico 2.24).

En España, debido a su descentralización territorial, más de las tres cuartas partes de los fondos públicos destinados a la educación (81%) provienen de los gobiernos regionales o autonómicos.
El nivel de descentralización del sistema educativo en cada país es importante, pues determina, en muchas ocasiones, a qué nivel se toman las decisiones relativas a la asignación de los presupuestos en educación. En 2016, en la media de los países de la OCDE, el 58% de los fondos públicos para la educación procedió del gobierno central; el 17% de los fondos regionales, y el otro 25% de los fondos locales. Cifras similares tiene la media de la UE23 (62%, 14% y 24% respectivamente).
En España, al existir un modelo descentralizado de gestión y administración del Sistema Educativo, más de las tres cuartas partes de los fondos públicos (81%) provienen de los gobiernos regionales, el 13% del gobierno central o destinado a partidas centralizadas y únicamente el 6% de los consistorios locales. Los países con una mayor centralización de los fondos públicos destinados a educación son Grecia, Irlanda y Chile, y los más descentralizados, España y Alemania a nivel regional y Suecia y Noruega a nivel local (gráfico 2.25).

Así titula este miércoles el diario.es la información de Daniel Sánchez Caballero sobre el el informe Panorama de la Educación de la OCDE.Los hogares españoles han compensado en los últimos años la caída del 7% de la financiación pública en la educación Las familias asumen en general el 17% del gasto educativo total en España; en la UE de los 23 es el 8% La tendencia es similar en todo el planeta: desde la crisis, los Gobiernos invierten menos en educación, gasto que se ha trasladado a las familias.
Las familias españolas cada vez gastan más en la educación de sus hijos. Gastan (o invierten) más porque cada vez el Estado pone menos dinero sobre la mesa. También porque los precios han subido y la oferta privada crece, a diferencia de la pública.