El departamento de lengua española de la Universidad de Kabul no tenía ni un solo alumno en primer curso el año pasado, y éste, en cambio, ya cuenta con 50. El interés por el español se ha disparado en Afganistán y en sólo 12 meses el número de alumnos que estudian este idioma en la capital afgana se ha doblado. La mayoría dice que quiere aprender español porque es un idioma de proyección internacional, pero sobre todo porque pueden encontrar un trabajo bien remunerado en Afganistán: como intérpretes de las tropas españolas.
El departamento de Lengua, Historia y Literatura Hispánicas de la Universidad de Kabul se creó en 1979, durante el régimen soviético en Afganistán, de la mano de profesores cubanos que cada año viajaban a la capital afgana. Asimismo, en aquella época los estudiantes afganos de español tenían la posibilidad de ir a Cuba a estudiar durante un año y, de hecho, muchos de los afganos que en la actualidad hablan en Kabul un español casi perfecto estuvieron en su juventud en la isla caribeña.
El departamento de español de la Universidad de Kabul se mantuvo abierto durante toda la guerra e incluso durante la época de los talibán. Al menos teóricamente. En la práctica, sin embargo, hacía poca cosa: desde la caída del régimen del presidente afgano Najibuallah, dejó de tener alumnos y sus profesores fueron destinados a otras tareas en la universidad.
En 2002, militares españoles desplegados en Afganistán mejoraron las instalaciones del departamento, repartieron material escolar y ellos mismos se ofrecieron como profesores y el 18 de diciembre de ese año se retomaron las clases de español en la universidad.
Profesores militares
En los últimos años el profesorado del departamento de español se ha nutrido sobre todo de militares españoles y de otros residentes españoles en Kabul que, desinteresadamente, han querido impartir clases. En la actualidad el departamento tiene cinco profesores afganos, una argentina y tres españoles. De éstos, uno es un militar, y otra, la mujer del embajador de España en Afganistán.
Precisamente la embajada española en este país se propone ahora impulsar el departamento de español de la Universidad de Kabul y, según ha informado recientemente, el Ministerio de Asuntos Exteriores aprobará una partida en ese sentido este año e incluso se plantea la creación de un lectorado.
De hecho, la existencia del departamento de español beneficia a la propia embajada y a las tropas españolas en Afganistán, que necesitan intérpretes afganos. Y también supone un filón para los propios afganos que, aprendiendo español, tienen la posibilidad de conseguir un empleo bien remunerado trabajando para la embajada o para las tropas españolas.
Ya en la actualidad, cuatro estudiantes y dos profesores afganos se trasladan cada cuatro meses a la provincia de Badghis, en el noroeste de Afganistán, para hacer prácticas y trabajar como intérpretes de las tropas de España.
La salida laboral del español ya ha dado sus frutos en la Universidad de Kabul, que este año ha doblado el número de estudiantes de español y ya cuenta con 70 alumnos. Hay 50 -una docena, mujeres- en primer curso, y en tercero y cuarto, una veintena más. No hay segundo curso, porque el año pasado no había ni un solo estudiante de primero.
El jefe del departamento de español, Kabir Nezami -que fue uno de los afganos que durante el régimen soviético completó sus estudios en Cuba-, afirma que aún faltan muchas mejoras. «Nuestro profesorado no está bien preparado ni tampoco tenemos buenos materiales pedagógicos», se queja. Por no tener, no disponen ni de equipos básicos. La impresora de departamento hace meses que no funciona por falta de cartuchos de tinta.
