Guiar a los jóvenes y a sus padres a la hora de elegir una carrera.
Una de las políticas de la Administración pública que debería empezar a implementar es introducir como una asignatura escolar la orientación universitaria. Los estudiantes y los padres deberían ser informados sobre las capacidades y las cualificaciones que se demandan en el mercado laboral. Asimismo, los centros educativos y las universidades deberían ser lo suficientemente flexibles como para permitir adaptar los currículums a las demandas del mercado laboral y proveer a los jóvenes de capacidades que son bien recibidas en las empresas.
Guiar a los jóvenes hacia aquellos mercados donde haya trabajo.
Las Administraciones Públicas deberían animar a los estudiantes a que se encaminen hacia aquellas “áreas ricas en trabajo”. Además, deberían tomar las ventajas que existen de las relaciones con otros países de habla española y animar a los jóvenes que mudarse y establecer una vida laboral allí. No obstante, y siempre evitando el fenómeno “fuga de cerebros”, estas estancias deben ser por un periodo corto de tiempo y se debe animar a los jóvenes a que vuelvan a España.
Desarrollar una nueva industria modelo en España.
El Gobierno debe dar un impulso a la economía. En lugar de intentar subvencionar e incentivar el paro juvenil, las autoridades deben enfocarse en atraer inversiones extranjeras y buenos negocios a través del Ministerio de Asuntos Exteriores. Una intensa industria modelo puede ser afortunada. Estas medidas conducirán a su vez al crecimiento, a la creación de empleo y a la caída de la tasas del desempleo juvenil
Cambiar el marcado legal y recortar la burocracia
El marco legal para despedir a los jóvenes en el mundo de los negocios debe cambiar, así como reducir la burocracia. En concreto, se tiene que revisar el problema de las prácticas profesionales y los contratos de aprendizaje laboral. Es necesario un mayor diálogo entre las empresas y la Administración Pública para encontrar la solución que mejor le vaya a los intereses de los jóvenes.
Formación continua para desempleados y trabajadores desalentados
La Garantía Juvenil debe ser utilizada y actividad para cada joven de forma individual. Además, éstos deberán tener acceso a ella dentro de los cuatro meses consecutivos a su graduación.
Crear políticas de empleo adecuadas a cada perfil.
La población joven es diversa y heterogénea. Por ello las políticas debe ser tratadas de forma individual en función de sus objetivos, su media y sus cualificaciones.
Debe existir una colaboración más cercana entre las empresas y las universidades.
Con el objetivo de reducir los problemas de discordancias a la hora de definir las capacidades que se demanda en el mercado laboral, las compañías y universidades líderes tienen que aprender a comunicarse de forma efectiva sin una infraestructura definida por la Administración Pública.
Institucionalizar al consejero
Institucionalizar la figura de “dirección de consejo” “consejero laboral” o “experimentado laboral”, una persona o grupo de personas que pueda aconsejar, entrenar proveer de información y guiar a las personas que estén planeando, guiando y dirigiendo sus vidas en hacia el mundo laboral.
Perspectivas a largo plazo
Este estudio trae consigo las medidas que impactarán a largo plazo para reformar el sistema educativo y el marco legar del empleo juvenil por completo. Ya se ha corroborado que las subvenciones y las iniciativas a corto plazo no son efectivas, sino que causan gastos elevados
Evitar la "fuga de cerebros" para siempre
Crear las condiciones para permitir que los jóvenes emigrantes vuelvan. Es importante evitar la “fuga de cerebros” a otros países y contar con las medidas para traer a la gente de vuelta a España una vez que la economía se haya recuperado.