Los científicos, para llegar a estos resultados, analizaron datos de los genomas de un total de 253.288 personas y revisaron cerca de dos millones de variantes genéticas comunes.
De este modo, detectaron un total de 424 regiones genéticas y, en estas, localizaron un total de 697 variantes que podrían estar relacionadas con la altura.
Hasta el momento, los estudios previos habían identificado un importante número de genes que influían en la altura, pero se pensaba que esta herencia genética procedía de las alteraciones genéticas más comunes.
Sin embargo, al duplicar el tamaño de la muestra genética con que se contaba hasta ahora permite también "aumentar el poder estadístico" y "se pueden hacer nuevos descubrimientos", anuncia Hirschhorn.