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Por qué menos desigualdad beneficia a todos / OCDE

Desigualdad y pobreza, duplicadas en España por la crisis, amenazan al crecimiento y la cohesión

Redacción
Golpe de la OCDE en la víspera electoral española a los partidos que han gobernado en la presente crisis económica, justo tres años y medio el PSOE y otros tres años y medio el PP. El mensaje del informe presentado este jueves se resume en que desigualdad y pobreza, más que duplicadas en España durante la crisis solo hasta el 2011 (y desde entonces mucho más), se han situado en su máximo nivel desde que se inició su medición hace 30 años y amenazan al crecimiento y la cohesión social.

El informe de la organización para la Cooperación y el Desarrollo, titulado In It Together: Why Less Inequality Benefits All (Por qué menos desigualdad beneficia a todos), señala como causantes principales de esa desigualdad a los ajustes fiscales, las subidas de impuestos y los recortes sociales. Recurre así a explicaciones indirectas, obviando otras como el creciente poder de mercado, las políticas aplicadas por los gobiernos y el apoyo que dan a esas deficiencias las tecnologías. El caso es que, entre los 34 países de la OCDE, el 10% de los más favorecidos posee ya el 50% de la riqueza total, mientras el 40% de los más pobres solo tiene el 3% de la misma.

"Nunca fue tan elevada la diferencia entre ricos y pobres”, afirma la OCDE, que junto a otras influentes instituciones  internacionales agita desde hace varios años la agenda mundial, según los expertos. Los datos de este informe llegan hasta el año 2011, pero posteriormente otros informes de la OCDE, el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Organización Internacional de Trabajo (OIT), Banco Mundial, la Comisión Europea, e incluso recientemente el Foro Económico Mundial de Davos han llamado la atención sobre que España es uno de los países donde más está creciendo la desigualdad.

Como escribió el profesor Gustavo Matías en el 2011, fecha a la que se refieren la mayoría de los datos de este informe de la OCDE, “circularon ya entonces al empezar el año estimaciones de los riesgos de la desigualdad y desgobierno mundial que los presentaban como los dos mayores peligros de crisis sistémica, al relacionarlos entre sí y con otros destacados problemas, caso de la alimentación, la seguridad económica y la predicción y gestión de grandes riesgos y desastres naturales. Las previas voces de alarma llegadas desde el Fondo Monetario Internacional, el G-20, la ONU (cuyos programas ajustan por la desigualdad el índice de desarrollo humano del PNUD), la revista The Economist y el World Economic Forum (WEF) de Davos, y en especial la última, asumieron la desigualdad como el mayor desafío mundial y empezaron a competir con las socialistas y radicales en su resolución. Justo cuando el Estado suscita dudas sobre su capacidad de seguir siendo instrumento a largo plazo, por la tendencia a agravar las crisis de deuda en los países desarrollados ante las tendencias al envejecimiento de la población”.

El nuevo informe de la OCDE estudia desde 2007 y 2011, los años más duros, donde en España los ingresos en las familias descendieron una media del 3,5% anual en ese periodo. Como en Irlanda o Islandia. En el caso de Grecia, llegó al 8% anual. Pero todo parece indicar que ese descenso de los ingresos en España desde entonces hasta ahora se ha vuelto a duplicar, ya que todavía a finales del 2014 había todavía 3,1 millones de ocupados menos que al empezar la crisis, cifra que se elevaría a cerca de 3,5 millones si las comparaciones se hacen en términos equivalentes de tiempo, ingresos y calidad de contrato.

Resalta la OCDE que el incremento de las desigualdades es más evidente al comparar las capas sociales más altas y las más bajas. Dice que, en España, el 10% de los hogares más desfavorecidos perdieron un 13% anual de sus ingresos entre 2007 y 2011, mientras el 10% de los que más tenían solo perdieron un 1,5% anual de sus ganancias. Aquí otras medidas han elevado esas desigualdades, como los ajustes fiscales, al elevar los impuestos sobre los ingresos y el consumo (en 2011 y 2013), a la vez que se producían recortes sociales (2013) para las capas más bajas. El incremento de empleos temporales o las diferencias salariales entre hombres y mujeres también han contribuido. En este caso, los países con peor nota son, por este orden, Alemania, México y España, dice la OCDE, que en el vídeo adjunto de presentación explica cómo el aumento de la desigualdad amenaza cohesión y crecimiento:

Así, la pobreza se ha elevado de forma preocupante. En toda la OCDE, la población por debajo del nivel de pobreza ha pasado del 1% al 9,4%. En España, está en 18%, casi el doble que antes de la crisis. En Grecia, en el 27%. Lo que más alarma a la OCDE es que los más afectados ya no son ciudadanos de mayor edad, sino los jóvenes.

Entre tanto, la desigualdad de ingresos ha alcanzado máximos y se mantiene en niveles aún más altos en muchas economías emergentes. El más rico el 10 por ciento de la población en la OCDE ahora ganan 9.6 veces el ingreso de los más pobres el 10 por ciento, por encima de 7: 1 en la década de 1980 y 9: 1 en la década de 2000, según un nuevo informe de la OCDE. En 2012, el 40% poseía sólo el 3% de la riqueza total de los hogares en los 18 países de la OCDE con datos comparables. Por el contrario, el 1% más rico concentraba un 18% de todas las propiedades. 

"Hemos llegado a un punto de inflexión”, declaró al presentar el informe el Secretario General de la OCDE, Ángel Gurría (ver vídeo), acompañado por Marianne Thyssen, Comisario Europeo de Empleo, Asuntos Sociales, Habilidades y Movilidad del Trabajo. "La evidencia muestra que la alta desigualdad es mala para el crecimiento (…) Al no abordarla, los gobiernos están recortando en el tejido social de sus países y perjudicando al crecimiento económico a largo plazo ".

El informe pone de relieve la necesidad de mejorar las condiciones de trabajo, reducir la participación cada vez mayor de personas que trabajan a tiempo parcial, con contratos autónomos o temporales. Entre 1995 y 2013, más del 50% de todos los puestos de trabajo creados en los países de la OCDE cayó en estas categorías. Trabajadores temporales poco cualificados, en particular, tienen ingresos mucho más bajos e inestables que los trabajadores permanentes. Los jóvenes son los más afectados: EL 40% tienen trabajos no estándar y aproximadamente la mitad de todos los trabajadores temporales son menores de 30 años. 

Otro reto es reducir la brecha de género. El aumento en el número de mujeres que trabajan ha ayudado a contener la subida de la desigualdad, a pesar de tener un 16% menos de probabilidades de estar en el trabajo remunerado y ganar alrededor de 15% menos que los hombres.  

El aumento de la desigualdad entre 1985 y 2005 en 19 países de la OCDE analizados se estima que ha eliminado 4,7 puntos porcentuales de crecimiento acumulado entre 1990 y 2010. Las familias con perfil socio-económico más bajo sufren así caídas significativas en los logros y habilidades educativas, lo que reduce su movilidad social potencial.

Entre países, los mayores índices de desigualdad están en dos países iberoamericanos (Chile y México), tras los que siguen Turquía, Estados Unidos e Israel , mientras que los menores están en Dinamarca, Eslovenia, Eslovaquia y Noruega. La desigualdad es aún mayor en las principales economías emergentes, aunque ha caído en muchos, incluido Brasil. Recientemente,  OCDE vió peligrar las pensiones de 80 millones de latinomericanos, al tiempo que declaraba que las “bajas tasas de paro esconden enormes cifras de informalidad” y que España es el país que más recortó en ayuda al desarrollo dentro de la OCDE

Recetas para aminorar el problema

Para reducir la desigualdad y aumentar el crecimiento inclusivo, la OCDE dice que los gobiernos deben promover la igualdad de género en el empleo, ampliar el acceso a mejores puestos de trabajo, y fomentar una mayor inversión en educación y habilidades durante la vida laboral. La redistribución a través de impuestos y transferencias es también una forma eficaz para reducir la desigualdad.

En las últimas décadas, la eficacia de los mecanismos de redistribución se ha debilitado en muchos países. Para hacer frente a esto, las políticas deben garantizar que los individuos más ricos, y también las empresas multinacionales, pagan su parte de la carga fiscal.

Coincidiendo con la publicación de este informe y sus complementos, la OCDE ha puesto en marcha una nueva herramienta web interactiva para comparar los ingresosen diferentes países para comparar percepciones y realidades, examinando cuál es la distribución del ingreso de cada país.

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