viernes,19 agosto 2022
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Adela Cortina, Catedrática de Ética

«Difícilmente podrán darse empresas socialmente responsables sin la contrapartida de consumidores responsables»

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Adela Cortina es una activista de la ética, una mujer de acción que ha conseguido sentarse donde ninguna mujer lo había hecho jamás, en la Academia de las Ciencias Morales y Políticas. Además, esta catedrática de la Universidad de Valencia es la impulsora junto con un grupo de empresarios y académicos de la Fundación Étnor para fomentar y divulgar los valores éticos en la actividad económica y empresarial. Adela Cortina nos ha hecho un hueco en una apretada agenda marcada por seminarios, congresos y foros de debate para acercarnos a un tema de actualidad, como es la Responsabilidad Social Corporativa (RSC).

 

P.- Como catedrática de Ética y Filosofía Política, ¿es la Universidad un ámbito fecundo para inculcar la ética en las profesiones y en los negocios? ¿Cree que se están llevando a cabo las iniciativas necesarias en este sentido?

R.- Sin duda, la Universidad puede y debe jugar un papel fundamental, pues por ella pasan hoy en día un gran número de futuros profesionales en diferentes campos. Además, la empresa es una institución más de nuestra sociedad y, por ello, cuando hablamos del modelo de empresas que queremos estamos reflexionando al mismo tiempo acerca del modelo de sociedad que anhelamos. Esto último, reflexionar sobre nuestra sociedad y construir propuestas para tener sociedades cada vez mejores, es una de las finalidades más importantes de nuestras universidades, así que, a mi juicio, es imprescindible que estos asuntos estén muy presentes en el ámbito universitario.

Aunque es cierto que se están llevando a cabo muchas iniciativas en este sentido en nuestras universidades, yo diría, como en las notas que ponían a los niños en la escuela, que ‘necesita mejorar’. No sólo desde el punto de vista de la docencia y la investigación sobre estos asuntos, sino también como institución.

La responsabilidad social no es algo que afecte sólo a las empresas, sino que es preciso hacerla llegar a todo tipo de instituciones, porque es, sobre todo, una cuestión de corresponsabilidad.

P.- ¿De qué forma trabaja la Fundación Étnor para llegar con su mensaje a la sociedad?

R.- La Fundación Étnor surge en 1991, cuando aún no era muy habitual hablar de ética empresarial, con una filosofía clara: trabajar conjuntamente empresarios, directivos y académicos, especialmente del ámbito de las éticas aplicadas, en la reflexión acerca del papel que la ética tiene en el mundo de la empresa y la economía.

Hoy en día seguimos manteniendo esta filosofía porque, si algo caracteriza a la Fundación, es que reflexionamos conjuntamente todos aquellos que tenemos algo que decir acerca de este asunto.

A lo largo de estos años hemos concretado nuestro proyecto en cuatro grandes áreas de trabajo: la investigación, la difusión, la formación y el acompañamiento a las empresas que deciden apostar por estas cuestiones.

Ahora bien, somos conscientes de que nuestro trabajo será fecundo a largo plazo, como casi todo lo importante en la vida. De ahí que intentemos hacer las cosas con serenidad y prudencia, convencidos de que no por apresurarse se alcanza antes la meta.

P.- Según un Observatorio de Ética y RSE, ‘ERSE´06’, realizado por Étnor un 56,2 por ciento de los empresarios y un 65,8 por ciento de la sociedad afirmaba no haber oído hablar nunca de RSE. ¿Se puede ser optimista a la vista de estos datos?

R.- Teniendo en cuenta que los temas de Responsabilidad Social de la Empresa, tal y como se están trabajando hoy en día, son relativamente nuevos, creo que no es un mal resultado, aunque, por supuesto, no nos deja satisfechos. Sin embargo, detrás de estos datos hay dos cuestiones muy importantes, a mi juicio.

En primer lugar, nuestro Observatorio contiene datos del tejido empresarial valenciano, compuesto básicamente por pequeñas y medianas empresas, y sucede que los datos desglosados muestran que la empresas de un cierto tamaño conocen mucho mejor el tema. Uno de los retos fundamentales es, por tanto, hacer llegar la RSE a las PYMES, y para ello son necesarias herramientas concretas, enfocadas a este tipo de empresas, más allá de las que puedan ser más conocidas, como las Memorias de Responsabilidad Social o Sostenibilidad, que se están poniendo en marcha las empresas más grandes.

En segundo lugar, otro aspecto importante que vemos al analizar estos datos es que el desconocimiento de la Responsabilidad Social de la Empresa es mayor en la sociedad que en el mundo empresarial. Esto significa dos cosas, a mi modo de ver. Por un lado, que no es cierto que las empresas estén asumiendo estas cuestiones por una presión de la sociedad. Y, por otro, que deberíamos reflexionar muy seriamente acerca del papel que debe jugar la sociedad como consumidora de los productos de la empresa. Difícilmente podrán darse empresas socialmente responsables sin la contrapartida de consumidores responsables, dispuestos a valorar la apuesta de la empresa por estos temas.

P.- ¿Deben contemplar las empresas la RSC como una herramienta para luchar contra la crisis económica o, por el contrario, ésta puede peligrar en un momento con este?

R.- Desde luego, si el enfoque de algunas empresas al acercarse a la RSC ha sido fruto únicamente de una época de bonanza económica, en la que las cuentas de resultados eran positivas, seguramente será difícil que mantengan esta apuesta cuando los beneficios ya no son tan cuantiosos. Es decir, si se entiende la RSC como un pasivo o un coste para la empresa, parece lógico pensar que en épocas complicadas se reduzca al máximo posible ese coste.

Sin embargo, si la apuesta por la RSC responde a un nuevo modelo de empresa, convencida de que ha de responder a las expectativas legítimas de los grupos de interés, parece poco inteligente alejarse de estos grupos justamente cuando la situación económica es más complicada.

Por otro lado, creo que en una época de gran incertidumbre, como la actual, es más necesario que nunca que las empresas apuesten por valores capaces de ayudarles a forjarse una manera de ser y de hacer las cosas. Cuando las empresas se toman esto en serio y lo comunican a sus grupos de interés, están mucho mejor preparadas para afrontar el futuro, porque es mucho más fácil ganarse la confianza de sus grupos de interés, que es un capital imprescindible hoy en día para cualquier organización.

 

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