¿Cuenta lo mismo el voto de una persona que el de un grupo social a la hora de asignar el poder a los diferentes sufragios emitidos ante una toma de decisión? Y por otra parte, ¿garantizaría ese sistema una toma de decisiones más equilibrada?
“Tradicionalmente, ha habido tres reglas para asignar el poder a cada voto”, explica Carlos Romero, uno de los investigadores de la investigación publicada desde la ETSI de Montes, Forestal y del Medio Natural de la UPM “La primera opción es asignar a “una persona un voto”, la segunda, la de dar “un voto a un grupo social” y la tercera, la opción de minimizar la discrepancia entre las dos reglas anteriores”, añade.
Para lograr una gestión más eficiente del poder de voto, los investigadores apostaron por una combinación de las tres reglas anteriores que permita equilibrar el poder de voto de individuos y grupos sociales en un proceso de toma de decisiones.
“En muchos sistemas de voto, los responsables de la toma de decisiones (votantes) no son tratados de manera equitativa y equilibrada”, subraya Jacinto González Pachón, también investigador de la UPM y primer firmante de este estudio. “Es el caso de muchos procesos de votación en los que la toma de decisiones es colectiva y en los que se involucra a diferentes partes interesadas. En estos casos, si una de esas partes acumula un mayor número de miembros, acciones o elementos implicados que las demás, se encuentra con que sus votos tienen un mayor peso en la decisión final. Es algo que vemos mucho, por ejemplo, en las instituciones Europeas donde países con un mayor número de miembros tienen un mayor peso en la votación que otros países”, explica.
Efectivamente, en muchos procesos electorales, el sistema de voto tiene cierto grado de ponderación que hace que no todos los votos emitidos tengan el mismo peso en la decisión final. Para evitar esta situación y tratar de equilibrar al máximo el sistema, los investigadores dela UPM adaptaron una técnica de optimización propuesta en 2001 por uno de los investigadores de este trabajo con el nombre de “extended goal programming ” con el objetivo de integrar dentro de una estructura coherente las tres reglas anteriores.
Como resultado de ello, los investigadores han propuesto una nueva fórmula a la hora de ponderar los votos que permite el establecimiento de nuevos índices del poder del voto que no están basados en una sola regla de toma de decisiones y que ofrece la posibilidad de basar en diferentes criterios la asignación del poder de voto haciéndolo más equilibrado y adaptado a cada caso.
La metodología propuesta tiene un carácter teórico, aunque las aplicaciones potenciales pueden ser importantes no sólo en ámbitos políticos sino también en contextos más amplios de toma de decisiones participativas. En esta dirección, investigadores del grupo están actualmente aplicando este enfoque en problemas de decisiones públicas en entornos ambientales con diferentes grupos sociales implicados.
El proyecto, financiado por el Ministerio Español de Economía y Competitividad y por la Unión Europea a través de una beca Marie Skldowska-Curie se ha publicado en la revista Soft Computing.
Jacinto González-Pachón, Luis Diaz-Balteiro & Carlos Romero (2019). A multi-criteria approach for assigning weights in voting systems, Soft Computing, 23 (17): 8181-8186.doi.org/s00500-018-3453-x.
Carlos Romero (2001). Extended lexicographic goal programming: a unifying approach, Omega, 29: 63-71