A grandes rasgos, el sistema universitario estadounidense, con todas sus debilidades, funciona bastante mejor que cualquiera de los países europeos. Y dentro de Europa, el Reino Unido presenta el mejor modelo, acompañado de algunos países centroeuropeos y nórdicos. Todos estos temas son analizados en el informe ´La universidad, en la encrucijada´, elaborado por
Una de las conclusiones a la que se llega es que las inversiones en educación superior y en investigación, así como los rendimientos obtenidos, son, en general, inferiores en Europa que en Estados Unidos, país que presenta un sistema sólido y competitivo. Un hecho preocupante, como reconoce el autor del estudio y catedrático de Filología Vasca en la Universidad del País Vasco, Pello Salaburu, ya que se está quedando atrás en la generación y transmisión de la fundamental fuente de riqueza del siglo XXI: el conocimiento.
Según publica Cinco Días, Estados Unidos mira con gran atención a todo lo que acontece en las denominadas nuevas potencias. En este sentido, conviene recordar que de China salen anualmente más de dos millones de graduados, y que en poco tiempo ha duplicado su porcentaje de jóvenes universitarios. Pero además, la tasa de crecimiento en inversiones en I+D en este país es del 17% en los últimos años. Mientras Estados Unidos intenta responder a los nuevos retos, Europa descansa de forma plácida.
La situación, en lo que respecta a España, es bastante preocupante, porque incluso en Europa ocupa puestos de cola, por delante de los países del Este que se han incorporado a la UE en los últimos años. Esto se debe, explica Salaburu, a un condicionante de tipo económico: el PIB es de los más bajos en relación con los países de nuestro entorno. Pero también existen otros elementos que hacen que los recursos utilizados en la educación no se gestionen del modo óptimo. "Tenemos unas estructuras universitarias caducas, con una legislación sobredimensionada e intervencionista y una estructura de profesorado basada en el funcionariado", señala el autor del estudio.
Y añade que todo esto "dificulta de forma seria la necesaria flexibilidad que requiere en el mundo moderno el funcionamiento de una institución ágil y capaz de adecuarse en cada momento a lo que la sociedad espera de ella".
Donativos desinteresados
En el análisis se esbozan algunas de las razones por las que las universidades estadounidenses tienen éxito. En primer lugar, en Estados Unidos la presencia de la sociedad en la universidad es mucho más constante que en Europa y, en particular, que en España. Se trata de un problema que pone de manifiesto, insiste el ex rector de la Universidad del País Vasco, el poco reconocimiento social a la aportación de la institución universitaria al desarrollo de un país, como es la formación de los estudiantes y la impartición de títulos.
La sociedad no se identifica con la universidad y, al no hacerlo, quienes más debieran apoyarla, los que se han formado en ella y gracias a esa formación disponen de ingresos mayores que el resto, se olvidan de
Por otro lado, las universidades se deben liberar de la tutela del Estado y gozar de más autonomía.
Otro elemento que han de tener en cuenta las universidades es la diferenciación como vía para competir hoy día. Han de ofrecer valor añadido al alumno. Harvard, Berkeley o UCLA, aun teniendo diferencias, son centros generalistas, mientras que Stanford está especializada en investigación y ciencias experimentales, o MIT, que se ha convertido en una referencia en conocimientos técnicos y de tecnología. A pesar de ello, son universidades con un gran prestigio.
A nuestra universidad le queda mucho camino por recorrer para alcanzar este modelo. Bolonia puede significar el inicio del recorrido.