La investigación destaca el “enorme esfuerzo por parte de las instituciones universitarias por implantar las nuevas tecnologías, poniendo a disposición de los profesores un buen entorno, o ampliando la tecnología WIFI en los campus”. En todas hay Vicerrectorados dedicados a la implantación de las Tecnologías de la Información y de manera particular a la formación virtual, Secretariados o centros específicos, así como presupuestos concretos e inversiones constantes para facilitar el acceso a las nuevas tecnologías en la Universidad.
Los profesores que se aventuran en estas opciones educativas están muy motivados y cuentan con planes de formación del profesorado, sobre todo, en los aspectos técnicos, así como algún tipo de apoyo para el manejo de estos nuevos instrumentos como los Centros de apoyo al profesorado, “iniciativa pionera en España y a la que miran otras universidades españolas”.
La importancia de la didáctica
Sin embargo, tras la evaluación realizada, habría varios aspectos en los que se podría incidir. Desde el punto de vista de los agentes consultados falta afinar en la formación combinando la capacitación en aspectos tecnológicos (muy trabajados hoy) con los didácticos (para qué se pueden utilizar todos estos nuevos medios). También habría que “tener en cuenta la formación del alumnado en el uso de estas herramientas, que a veces se da por supuesto y no siempre saben utilizar”.
“Faltan jornadas, eventos que difundan las buenas ideas en este campo o premios que motiven la iniciativa original”, asegura Cabero, “ya que, según los profesores consultados exige mucho más esfuerzo de preparación de clases y atención constante del alumnado”. No existen referentes de buenas prácticas en el uso de los recursos on line para la enseñanza universitaria que orienten a los profesores. Por eso, entre los objetivos a medio plazo de los investigadores, está la elaboración de un Catálogo de Buenas Prácticas que serviría para dar pistas al profesorado que empieza con este tipo de formación. Puede que medidas así ayuden a subsanar una de las preocupaciones más importantes: que aún no todo el profesorado desea participar en estas acciones formativas.
Motivados e innovadores
A través de este proyecto se ha podido elaborar un perfil de profesor que opta por la tecnología para la enseñanza. La mayoría de los que se decantan por esta opción lo hacen con una sola asignatura (45%). Eso sí, se trata de un docente altamente motivado en la enseñanza, que considera que las nuevas tecnologías son una herramienta para llevar a cabo el proceso educativo, y es totalmente innovador; le gustan los retos que le puede plantear el estudiante. Tiene claro que la enseñanza tiene que ser algo diferente a la mera traslación de información.
En cuanto al alumno que decide cursar asignaturas on line, como en el caso de la formación del CAV, es un estudiante que ve en esta opción una oportunidad de obtener créditos de libre configuración de forma flexible y relativamente cómoda en cuanto la organización de su tiempo. Como han manifestado “le ofrece la posibilidad de acceder a contenidos o profesores que no ofrece su universidad”. De hecho “un 78% de los alumnos de las universidades andaluzas que han usado plataformas de aprendizaje on line en alguna asignatura se declaran satisfechos con la experiencia y un 72% le encuentran aspectos positivos”. Es más, los profesores que trabajan con estas plataformas on line afirman que “Los alumnos de las universidades andaluzas que utilizan sistemas de formación on-line (como complemento a las clases presenciales o bien en asignaturas completas) aumentan su rendimiento en el aprendizaje, se implican, participan más y son más activos en la acción formativa”.